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  • Se presenta la autobiografía de Caro Boetti, la primera mujer trans en recibir una reparación del Estado

    » La Capital

    Fecha: 04/07/2025 13:31

    Carolina Boetti es rosarina, actriz y también la primera persona trans en toda Latinoamérica en recibir una pensión reparativa por parte del Estado por haber sido presa política durante la última dictadura. En el libro “Ese es tu nombre”, editado por el sello independiente local Mal de Archivo Emisiones, cuenta su historia en primera persona. Este sábado 5 de julio, a las 19, lo presenta en Mal de Archivo (Urquiza 1613), acompañada por el equipo editorial, y las lecturas de Marzia Echenique, Omar Serra y María Belén Campero. Habrá música, proyecciones, y performance. La autobiografía no comienza en su infancia en zona oeste, sino en el día en que recibió la reparación: el 17 de mayo de 2018, el gobierno santafesino la reconoció dentro del Régimen Reparatorio para ex Presos Políticos (establecido por la Ley 26.913). De esa manera, Caro marca una suerte de punto de llegada antes de adentrarse en el relato de su trayectoria vital. Ese camino está marcado por las violencias sistemáticas por parte del Estado que comenzaron en plena dictadura, cuando ella tenía apenas catorce años, y que siguieron en democracia. Como siempre han remarcado desde el colectivo travesti-trans, para ellas 1983 no significó el fin de la persecución: su existencia era criminalizada a través de los códigos contravencionales (que se derogan recién en 2010) y las fuerzas policiales las hostigaban constantemente a través de la división de Moralidad Pública. Siguieron ejercieron sobre esos cuerpos disidentes la crueldad represiva que ya no podían volcar tan libremente sobre otras personas. Democracia sin derechos “En democracia, se suponía que todo iba a ser más flexible, pero para mí fue peor porque en realidad había como un resentimiento de los policías. Moralidad Pública nos esperaba en los Falcon en la puerta de nuestras pensiones para llevarnos detenidas. Nos rastreaban y nos levantaban en cualquier lado: en una esquina trabajando, en la puerta de nuestra casa o comprando el pan en la panadería. Era una persecución constante”, contó Caro Boetti en diálogo con La Capital. Por eso, la reparación a Caro y otras compañeras sirvió como antecedente clave para otro logro histórico (y también sin precedentes en la región): el 23 de noviembre de 2023, a pocos días del triunfo de Javier Milei en el ballotage, la Legislatura de Santa Fe sancionó la Ley 14.220 de Reparación Histórica para las Sobrevivientes Travesti-Trans Pos-Dictadura, que busca reconocer la violencia del Estado contra el colectivo en el período democrático. “No tuvimos derecho a nada. No teníamos trabajo, no podíamos ir a un hospital porque nos detenían. Por eso vivíamos en comunidad y nos ayudábamos entre nosotras. Fue una época muy dolorosa pero a la vez éramos jóvenes, teníamos nuestros sueños como toda persona y acá lamentablemente éramos tabú. Por eso, el autoexilio”, siguió. A comienzos de los noventa, Caro se mudó a Europa y vivió en varios países hasta su regreso en 2009. Como contracara de las violencias, el libro también recupera todas esas otras partes de la vida que la hacían posible: sus aventuras, sus amores, sus viajes, su recorrido artístico y, sobre todo, sus tejes con la comunidad travesti-trans de acá y de allá, la familia elegida. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Archivo TravestiTrans Santa Fe (@archivotravestitranssf) >> Leer más: Vuelve el festival Nación Trava para reivindicar la disidencia desde la cultura “Siempre vivimos en comunidad. Alquilábamos pensiones porque no nos alquilaban departamentos, porque al no tener trabajo no teníamos garantías. En las pensiones o en los hoteles nos cobraban el doble o el triple de lo que realmente salía. Pero si aceptaban a una, a la semana caía otra y al mes le copábamos la pensión. Éramos una familia”, compartió Caro, entre risas. Archivo y Memoria Toda esta faceta aparece con contundencia en el archivo fotográfico que construye el libro página a página. Una colección notable que le pone materialidad, cuerpo, sonrisas, paisajes, colores, a la historia de Caro. “Por suerte, pude conservar el acervo fotográfico. Quedó una valija llena de fotos en la casa de mi hermana y ella las guardó. Cuando volví del exilio, ella todavía las tenía”, contó Boetti. En ese gesto sostenido a través de los años, de posar, registrar y guardar, aparece una voluntad de autopreservación: de iluminar los recovecos de la historia, de salvaguardar esas vidas vividas del paso del tiempo y las fuerzas que sostenidamente quisieron (y muchas veces lograron) borrarlas, de mostrar sin lugar a dudas que las personas travesti-trans siempre estuvieron. Movida quizás por esa misma voluntad, Caro fundó en 2020, junto a Yanina Saucedo y Marzia Echenique, el Archivo de la Memoria Travesti-Trans en Santa Fe. “Hacemos un trabajo muy arduo de investigación, hacemos entrevistas, digitalizamos archivo, hacemos muestras y muchas otras cosas para que la memoria esté latente y se conozcan nuestras historias. Más que nada para que nuestra propia comunidad lo sepa, porque hay chicas jovencitas que están transicionando ahora que no tienen ni idea de lo que nosotras hemos pasado. Para mí tienen que saber que no fue fácil llegar a todo lo que podemos vivir hoy, que corrió mucha sangre”, subrayó. También gracias al Archivo, Caro pudo concretar el anhelo de escribir su autobiografía. Después de algunos intentos frustrados por terceros, encontró en Valeria Galliso una aliada fundamental. “Le conté mi idea y ella me dijo que yo escriba y que ella se iban a encargar de encontrar correctoras y demás. Y así fue, un día me senté en la compu y empecé a escribir”, recuperó la autora. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Mal de archivo | Libros y vinilos (@maldearchivo) >> Leer más: La Ferni vuelve a Rosario con su repertorio de folklore disidente Así fue que se armó un equipo editorial, formado por Carolina Elorza (de Mal de Archivo Emisiones), Gilda Vignolo, Joaquina Parma, y la propia Valeria. “Las chicas me ayudaron muchísimo. Estuvieron siempre al lado mío para que esto se pudiera dar. Estoy muy contenta de haberlo logrado. Para mí fue un logro increíble, porque siempre creí que nuestras historias, y sobre todo de esa época, hay que contarlas”, afirmó Caro. Pero antes de la autobiografía y del Archivo, Boetti pudo empezar a contar su historia gracias a la actuación. Cuando volvió del exilio, se sucedieron una serie de eventos que le permitieron abrieron un camino: en 2010 se derogaron los edictos, en 2012 se sancionó la Ley de Identidad de Género y en 2013 conoció a Omar Serra, quien le permitió cumplir su sueño de formarse en teatro y ser actriz. “Cuando tenía catorce años, empecé a estudiar teatro. Estudié con Mirko Buchín, con Néstor Zapata en el viejo Arteón de los primeros años setenta. A los dieciséis años ya no me lo permitieron, y eso quedó en el fondo de mi corazón como una frustración muy grande. Y por las vueltas de la vida, cuando vuelvo del exilio, vuelvo a la casa de Omar Serra. En seguida tuvimos una conexión increíble. Él me impulsó mucho, tomé clases con él, y después me metí de lleno. Pasé por un montón de profesores, y no paré más porque por suerte trabajo en el teatro hasta la actualidad”, narró Caro, que hoy es parte del elenco de “Finalmente reparadas”, un biodrama estrenado en 2019 y dirigido por Serra que cuenta la historia de su lucha y la de sus compañeras. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de FINALMENTE REPARADAS (@finalmentereparadas) “Pude hacer un montón de cosas que la verdad me hubiera gustado hacer cuarenta años atrás. Pero bueno, la vida me dio una segunda oportunidad ahora y eso está muy bueno, y también está muy bueno contarlo. Por eso, nosotras reivindicamos la memoria de nuestras compañeras que no llegaron a vivir estas cosas ni a ser personas trans adultas”, dijo Boetti. Gracias a la reparación, tanto ella como muchas de sus compañeras se dedican a hacer lo que no pudieron hacer de jóvenes, como estudiar o actuar. “La reparación fue muy importante para nuestro colectivo. Nos salvó la vida prácticamente, porque nosotras somos casi adultas mayores. Cuando éramos jóvenes, éramos un colectivo de 40 mujeres trans. Cuando volví del exilio en 2009, quedábamos vivas diez, que somos las que fuimos reparadas. Esas pérdidas fueron muy dolorosas, y esto es una forma también de reivindicarlas de algún modo. La reparación histórica, aunque nunca van a poder reparar realmente el daño que nos hicieron, nos dio una vida más digna”, subrayó Caro. “Y fue gracias a nuestras compañeras que se quedaron y que lucharon un montón para que esto suceda”, cerró.

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