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Parana » Informe Digital
Fecha: 04/07/2025 13:31
La confianza del sector agropecuario argentino ha vuelto a evidenciar signos de debilidad. En la más reciente medición del índice Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral para el bimestre mayo-junio de 2025, la confianza de los productores disminuyó un 5%, pasando de 137 a 130 puntos. Aunque el indicador general se mantiene en territorio positivo, las expectativas sobre el futuro del agro se desplomaron un 19%, encendiendo alertas especialmente en lo que respecta a inversiones. “El dato más alarmante es el deterioro en la visión a futuro. La confianza acerca de la situación del sector en los próximos 12 meses descendió de 132 en marzo a 107 puntos en esta última medición”, afirmó Carlos Steiger, director del Ag Barometer Austral. Esta caída se debe, principalmente, a la disminución en el Índice de Condiciones Presentes, que se redujo de 100 a 94, y a la fuerte contracción del Índice de Expectativas de Inversión, que bajó un 8,5%, un desplome del 32,5% desde noviembre de 2024. Actualmente, se posiciona en apenas 75 puntos, y el 63% de los productores considera que no es un buen momento para invertir, en contraste con el 59% que pensaba lo mismo en marzo. “El productor necesita rentabilidad, pero también reglas de juego claras y estables por al menos cinco años para decidir sobre inversiones a largo plazo. Hoy ese escenario no existe”, explicó Steiger. “En la coyuntura actual, marcada por la incertidumbre política y económica, las decisiones de inversión en activos fijos como maquinaria quedan postergadas”, añadió. Ha disminuido la confianza de los productores con respecto a la situación del sector agropecuario en los próximos 12 mesesAustral Desde noviembre de 2024, el índice presenta una tendencia errática, con subidas y bajadas alternadas. “Ya son cuatro las mediciones consecutivas que evidencian esta volatilidad. La incertidumbre permea al productor, influenciada tanto por factores políticos y macroeconómicos como por elementos sectoriales concretos”, señala el informe. La finalización de la rebaja parcial de retenciones el 30 de junio pasado es uno de los factores que impactó negativamente en el ánimo del productor. La gran mayoría asumía que el beneficio no se prorrogaría, y aunque algunos aún mantienen la esperanza de una eventual eliminación del impuesto tras las elecciones legislativas de octubre, la expectativa general es baja. “La productividad y la capacidad de innovar son lo que sigue sosteniendo al productor argentino en un entorno adverso. Sin embargo, hay señales preocupantes, especialmente para aquellos que alquilan tierras y cuentan con márgenes más ajustados”, advirtió Steiger. El informe identificó diversas variables que influyeron en el deterioro de la confianza: a nivel internacional, los conflictos bélicos en Medio Oriente y la imprevisibilidad de las políticas de la administración Trump en Estados Unidos. Además, existe un contexto internacional de precios deprimidos para cereales y oleaginosas, que afecta directamente los márgenes del sector. En el ámbito local, persisten elementos estructurales como las retenciones a la soja y el maíz, los altos costos logísticos, la inflación en dólares de los insumos y las altas tasas reales en pesos. “La productividad y la capacidad de innovar son lo que sigue sosteniendo al productor argentino en un entorno adverso. Pero hay señales preocupantes, sobre todo para quienes alquilan tierras y tienen márgenes más ajustados”, reiteró Steiger. La rebaja temporal de retenciones tuvo un efecto limitado. Al inicio de la medida, apenas el 28% de los productores había aprovechado la baja para realizar ventas anticipadas. Sin embargo, en junio, ante la inminente finalización del beneficio, el 72% optó por vender. “Si bien la baja temporal mejoró la rentabilidad a corto plazo, la confianza en la política agrícola sigue siendo limitada”, afirmó Steiger. Ganadería, una excepción En este contexto complejo, el único sector que muestra algo de dinamismo es el ganadero, según revela el informe. En mayo, los precios internacionales de la carne vacuna -de acuerdo al índice de la FAO- alcanzaron niveles récord, lo que impulsó el precio de exportación en el mercado argentino. Según Steiger, “aumentar el stock ganadero es esencial para satisfacer la demanda interna, que exige un consumo de 48 kilos per cápita, y para responder a un mercado exportador cada vez más activo”. Aunque aún no se refleja de manera contundente en las inversiones, se vislumbra una posible recuperación, especialmente si se consolida la tendencia en los precios globales. “El stock ganadero ronda los 52 millones de cabezas, aún lejos del pico de 60 millones de 2007. Aumentar esa cifra es crucial para sostener el consumo interno y atender la demanda externa”, enfatizó Steiger. Campaña de trigo En relación con la nueva campaña de trigo 2025/26, la encuesta mostró una estabilidad notable: el 86% de los productores no modificó su plan de siembra, a pesar de la caída en los precios internacionales del cereal. El 71% aseguró que esos valores no influyen de manera decisiva en su decisión. Cabe recordar que el Ag Barometer Austral es un índice de confianza del sector agropecuario que mide la percepción de los productores respecto a la situación actual y futura del agro, así como su disposición a invertir. Se construye a partir de cinco preguntas fijas en una encuesta a 406 productores agropecuarios cuyo valor bruto de producción anual es igual o superior a 200.000 dólares.
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