Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • El ahijado político de Toto Caputo quiere que Misiones se endeude como en los años 90

    » Misionesparatodos

    Fecha: 04/07/2025 09:22

    El diputado provincial electo por La Libertad Avanza (LLA), Diego Hartfield, elogió públicamente las recientes emisiones de deuda externa por parte de las provincias de Córdoba y Santa Fe, y afirmó que le gustaría que Misiones siguiera el mismo camino. “Ojalá que algún día Misiones también salga a tomar deuda”, expresó sin matices, en declaraciones televisivas al periodista Jorge Kurle en Canal 6. Hartfield, ex tenista profesional y actual bróker financiero, celebró la decisión del gobernador cordobés Martín Llaryora de colocar bonos por 725 millones de dólares, con una tasa del 9,75% y vencimientos entre 2030 y 2032. “Ahora, Pullaro parece que también lo va a hacer”, añadió en referencia al gobernador santafesino Maximiliano Pullaro, que recientemente anunció una operación similar por 1.000 millones de dólares. Para el legislador libertario electo, el endeudamiento externo no sólo es positivo sino necesario: “Necesitamos financiamiento barato, las empresas necesitan financiamiento y las provincias también”, argumentó, alineado con el pensamiento de la ortodoxia económica y los mercados financieros. En la misma entrevista, Hartfield no perdió oportunidad para insistir con su agenda: volvió a cuestionar los programas “Ahora”, que ofrecen descuentos y cuotas sin interés a los consumidores misioneros, criticó el régimen impositivo provincial, defendió abiertamente el “carry trade” (la bicicleta financiera con tasas altas en pesos), y volvió a celebrar la desregulación del mercado yerbatero, pese a la crisis que atraviesa el sector. También contó que mantuvo recientemente un “distendido encuentro” con el ministro de Economía nacional Luis “Toto” Caputo, cerebro financiero del gobierno de Javier Milei. El regreso de un modelo que ya conocemos Las declaraciones de Hartfield reflejan con claridad el espíritu del modelo libertario que se está aplicando a nivel nacional, y que recuerda inevitablemente al que imperó en la Argentina de los años 90, bajo el influjo del neoliberalismo, la convertibilidad, el endeudamiento y la desregulación indiscriminada. En ese entonces, muchas provincias se lanzaron a tomar deuda externa bajo condiciones de aparente estabilidad, pero luego quedaron atrapadas en compromisos impagables que ahogaron sus presupuestos y afectaron directamente los servicios básicos y la obra pública. Proponer, hoy, que Misiones se endeude a tasas cercanas al 10% en dólares, como hace Córdoba, es una idea que carga con un pesado antecedente histórico, especialmente en un país que todavía sufre las consecuencias del sobreendeudamiento de los últimos años. Yerbateros empobrecidos y frontera en fuga La ideología económica que Hartfield defiende no es una hipótesis: ya se aplica y ya muestra sus consecuencias. La desregulación del mercado yerbatero, que el diputado electo sigue apoyando, provocó en pocos meses un desplome del precio de la hoja verde, dejando a cientos de productores al borde de la quiebra, sin precio mínimo ni herramientas de negociación frente a los grandes molinos. “El modelo Milei” —que Hartfield reivindica sin ambigüedades— está golpeando en carne viva al interior productivo. Los yerbateros hoy venden por debajo de los costos y no pueden sostener ni la cosecha ni el empleo. La desprotección es total. Lo mismo ocurre en el comercio de frontera, uno de los motores económicos de Puerto Iguazú, Irigoyen, San Javier, Alba Posse y Posadas. La falta de políticas diferenciales frente a la asimetría de precios con Brasil y Paraguay hace que miles de misioneros crucen a diario para comprar lo básico: alimentos, ropa, productos de higiene, electrodomésticos. Argentina es un país caro, con salarios deprimidos y sin protección para las economías regionales. La consecuencia es clara: fuga de divisas, caída de ventas y cierre de comercios locales. Lo que dejó la deuda en los 90: ajuste, atraso y pérdida de soberanía provincial Cuando en los años 90 muchas provincias argentinas —entre ellas Misiones— se lanzaron a tomar deuda en dólares alentadas por la estabilidad ficticia de la convertibilidad, las consecuencias llegaron en forma de ajuste, recorte de derechos y dependencia del poder central. En Misiones, aquel ciclo implicó la paralización de obras, el congelamiento de salarios públicos, despidos, atraso en los pagos a proveedores y una grave pérdida de autonomía presupuestaria. El endeudamiento externo, lejos de ser una solución, terminó agravando los problemas estructurales de la provincia. Cada vencimiento de deuda se convirtió en un problema fiscal y político, y muchas veces se recurrió al auxilio nacional para pagar intereses, con condicionamientos severos en materia de gasto público. Incluso, a finales de esa década, Misiones debió emitir cuasimonedas (como los famosos "bonos") para poder pagar sueldos. La deuda fue una trampa que hipotecó el futuro y limitó durante años la capacidad de invertir en salud, educación e infraestructura. Hoy, volver a ese esquema de dependencia financiera sería repetir una experiencia que dejó cicatrices profundas en la sociedad misionera. Por eso, los llamados al endeudamiento deben ser vistos con extrema cautela, especialmente cuando provienen de sectores que repiten recetas que ya fracasaron. Fuente: Misiones Opina

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por