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Parana » Informe Digital
Fecha: 03/07/2025 15:48
Kuzushi es el principio fundamental del judo, que implica romper el equilibrio del oponente antes de ejecutar una técnica. Se logra al desplazar su centro de gravedad mediante empujes, tirones o movimientos circulares que lo obligan a perder estabilidad en una dirección específica. Sin un adecuado kuzushi, la proyección resulta ineficaz, ya que el rival puede resistir o contrarrestar con facilidad. Por eso, en cada técnica de judo, primero se realiza el kuzushi (desequilibrio), luego el tsukuri (entrada y preparación), y finalmente el kake (ejecución del lanzamiento). ¿Cuál es la relación con la realidad política? Les pido un momento de atención para aclarar esta conexión, porque considero que la oposición necesita aplicar el kuzushi si desea detener la política de ajuste en áreas críticas como salud, educación, jubilaciones y asistencia a personas con discapacidad. La sesión de ayer en la Cámara de Diputados concluyó en escándalo, con agresiones y chicanas entre el oficialismo y la oposición que llevaron a que se levantara. Sin embargo, el próximo martes se discutirán en comisión el aumento presupuestario para las universidades y la declaración de emergencia pediátrica solicitada por los trabajadores del Hospital Garrahan. No obstante, hubo un proyecto que pasó más desapercibido y que probablemente sea el más importante: la modificación de la ley que regula los DNU. Esto representaría el kuzushi, en términos de judo. Luego, sería necesario reunir dos tercios para que se produzca la segunda fase, que sería el tsukuri o entrada, para posteriormente impulsar leyes anti motosierra que, en nuestra metáfora de judo, serían el kake, la ejecución del lanzamiento. Hasta ahora, la oposición ha logrado frenar algunos aspectos de la motosierra oficial, como los aumentos en los haberes jubilatorios, aunque son contados. No obstante, el Gobierno termina aplicando vetos o imponiendo las modificaciones que busca mediante decretos de necesidad y urgencia. Es decir, los vetos y los DNU son parte de la caja de herramientas del Gobierno. Si el Ejecutivo promulga un decreto o veta una ley, la oposición requiere dos tercios en ambas cámaras para revertir esa decisión. De esta manera, con apenas más de un tercio en una de las cámaras, donde alcanza con el apoyo de algunos pocos diputados aliados, el Gobierno logra avanzar, a pesar de contar actualmente con solo 39 diputados y seis senadores. En esta columna de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), realizaremos un repaso sobre el funcionamiento de este mecanismo y analizaremos por qué es necesario modificar esta normativa para que el Congreso pueda actuar como un verdadero poder de contrapeso en la república. El gobierno de Milei inició con un megadecreto de aproximadamente 300 artículos, de los cuales la mayoría ya están en vigor. El famoso DNU 7023 fue anunciado por el presidente Milei el 20 de diciembre de 2023, a diez días de asumir la presidencia, y declaró: “He firmado este decreto para comenzar a destrabar este andamiaje jurídico e institucional opresor que ha destruido nuestro país”. La medida incluyó la derogación de las leyes de Góndola, de Alquileres, de Tierras, de Compre Nacional y de Abastecimiento, del régimen laboral y de la normativa que impide la privatización de empresas públicas, entre otras. Impresionante. Son leyes que tienen un fuerte impacto en la vida de las personas, sin ser debatidas con nadie. Es importante mencionar que en Estados Unidos, un país donde el presidencialismo tiene tanto peso como en Argentina, un presidente puede firmar decretos, conocidos como órdenes ejecutivas. Sin embargo, estas medidas no pueden anular leyes aprobadas por ambas cámaras del Congreso. La otra faceta del funcionamiento del gobierno de Milei respecto a la labor legislativa es el veto. El Presidente nunca ocultó su manera de proceder al respecto. A cinco meses de haber asumido, participó del Economic Forum y expresó: “Bukele no tenía ningún diputado cuando asumió. Gobernó a puro veto, que es lo que voy a hacer yo. Les voy a vetar todo.” Uno de los vetos más conocidos fue el que Milei aplicó al aumento que se gestionó para los jubilados tanto en Diputados como en Senadores, impulsados por una parte del radicalismo, el peronismo, el pichetismo y algunos diputados del PRO. En ese momento, Milei logró reunir 85 diputados: sus legisladores, la mayoría del PRO, parte de los radicales, el peronismo tucumano vinculado al gobernador Jaldo —el mismo que ahora advierte al Presidente que de no gobernar con los gobernadores no podrá gobernar—, y algunos bloques menores como el de Píparo y el del MID. A estos diputados, Milei los denominó los 85 héroes y los invitó a compartir un asado en la Quinta de Olivos. Uno de los momentos más icónicos fue la anécdota del legislador Damián Arabia (PRO), quien comentó que llevó a la cena una ensalada de papa y huevo, con la idea de que cada uno debía cubrir su menú. La indignación generada por esta comida provocó una manifestación de jubilados en la Quinta de Olivos. “Mientras ellos comen asado, nosotros no comemos nada. Si como, no pago los remedios. Si pago los remedios, no como”, expresó angustiada una de las jubiladas presentes. Tres días después, el líder de la Cámpora, Máximo Kirchner, tuvo una intervención bastante particular al respecto: “El veto es una facultad constitucional, hay que dejar de patalear. Hay que ponerse a construir”. Probablemente, los jubilados no coincidan con esta intervención de Máximo Kirchner. Sin embargo, el diputado de Unión por la Patria tiene un argumento válido. El veto es una facultad constitucional y cambiarlo implicaría una modificación de la Constitución en ese aspecto. Por lo tanto, lo que efectivamente la oposición intenta hacer es modificar la ley de DNU, algo que se puede lograr con mayoría simple en ambas cámaras. Lo mismo ocurre con el polémico tema de la ampliación de los integrantes de la Corte: se puede aumentar la cantidad de jueces del tribunal con mayoría simple, pero para nombrarlos, se requieren dos tercios. Si el Gobierno puede vetar la ley que modifica los DNU, nuevamente se requerirían dos tercios de ambas cámaras para defenderla y así bloquear esta forma de proceder del Gobierno. Al mismo tiempo, si no se consiguen los dos tercios, el Gobierno podría rechazar la modificación de la legislación, lo cual tiene total lógica. No puede ser que una ley requiera aprobación por mayoría simple en dos cámaras, mientras que un decreto solo necesite el consentimiento tácito de una de ellas. Además, un decreto puede anular una ley, sin que una de las cámaras se reúna para rechazarla. Si se alcanzaran los dos tercios, la oposición podría promover varias leyes de protección a las áreas sensibles afectadas por la motosierra de Milei, como lo son el Hospital Garrahan o las universidades, y evitar sus vetos. Todo gira en torno a la necesidad de alcanzar los dos tercios, algo que implicaría trabajar con diputados del PRO desilusionados con la decisión de fusionarse con La Libertad Avanza. Es fundamental avanzar en este cambio antes de las elecciones de octubre. En esta instancia, el Gobierno solo tiene para ganar en cuanto a la cantidad de diputados, ya que únicamente renueva tres bancas. Si la oposición sigue postergando esta iniciativa, acceder a los dos tercios se volverá cada vez más difícil. No obstante, incluso si el Gobierno obtiene un 40% de los votos, será muy complicado que logre tener el tercio propio necesario para continuar sosteniéndose con los DNUs y los vetos. Seguirá dependiendo de la oposición. Por ejemplo, si en octubre lograra el 40% de los votos en las elecciones legislativas de medio término, en las cuales solo se renueva la mitad de Diputados (127 bancas) y un tercio de Senadores (24 bancas), sería muy difícil alcanzar un tercio propio. Esto se debe a que hoy parte de 39, y el resto ya está ocupado por bancadas que no se renuevan. En el Senado es aún más complejo: parte solo de 6 y necesitaría al menos 24 para alcanzar un tercio. Si la oposición llega a notar que Milei sigue siendo un proyecto de primera minoría, es probable que cambie de enfoque y se facilite avanzar hacia una unidad opositora más confrontativa y menos colaborativa. Obviamente, el objetivo del Gobierno es Diputados, porque en Senadores nunca alcanzaría el tercio. Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi TV/ff
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