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Parana » Informe Digital
Fecha: 03/07/2025 15:44
A la espera de la ratificación del acuerdo con la Unión Europea, el Mercosur firmará un tratado de libre comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), lo que permitirá la creación de un extenso y estratégico mercado para diversificar las relaciones económicas. Este pacto, que contempla 50 exenciones arancelarias, representa una oportunidad significativa para las exportaciones argentinas, en un contexto de ventas récord hacia este bloque y un intercambio comercial superavitario. Las negociaciones con la EFTA, que agrupa a Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, comenzaron en marzo de 2015, y en 2019 se logró un principio de acuerdo. Desde entonces, se ha trabajado en un proceso de revisiones legales y técnicas. “El Tratado de Libre Comercio Mercosur – EFTA creará un área de libre comercio de casi 300 millones de personas, con un PBI combinado de más de USD 4,3 trillones. Ambas partes se beneficiarán de mejoras en el acceso a los mercados para más del 97% de sus exportaciones, lo que se traducirá en un incremento del comercio bilateral y ventajas para empresas y particulares”, comunicó la Cancillería. En 2024, Argentina registró exportaciones a la EFTA por USD 1.660 millones, alcanzando un máximo histórico. Este resultado se debe principalmente a que Suiza es el mayor comprador del oro argentino. De hecho, el año pasado, el país suizo recibió cerca del 37% de las ventas mineras totales, convirtiéndose en el primer mercado del sector. “El valor de exportación del oro creció más del 50%, impulsando fuertemente el comercio en dólares con el bloque. Además, Argentina abastece cerca del 14% de las importaciones de plata de Suiza”, destacó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Al mismo tiempo, con inversiones que superan los USD 8.600 millones hasta el segundo semestre de 2024, la EFTA se posiciona como el quinto inversor extranjero en el país. De esta cifra, Suiza representa el 94% del total. Las empresas de este bloque operan en diversos rubros, que van desde alimentos hasta joyería. El mayor potencial de crecimiento en este mercado radica en los bienes agroindustriales. Aunque aún se desconoce la letra pequeña del acuerdo que se firmará, el pacto de 2019 eximía del arancel al comercio industrial y otorgaba reducciones de tarifas y cuotas para productos agropecuarios. Estos productos incluían, en aquel momento, carnes, miel, lácteos, frutas frescas, trigo, maíz, aceites vegetales y vinos. En este sentido, las condiciones de acceso a la EFTA serán cruciales, ya que el sector agropecuario de este bloque cuenta con más protección que el rural de la Unión Europea, según el BID. Si bien muchos de estos productos ya se exportan, surgen oportunidades para dinamizar sectores como el ganadero, dado que el tratado contempla cuotas de aproximadamente 4.000 toneladas de carne bovina libre de aranceles. De todos modos, Argentina ya provee una amplia gama de importaciones a Suiza: el 26% de las compras de carne de caballo, el 24% de los jugos cítricos, el 20% de las pieles, el 11% del aceite de maní, el 8% de la miel y el 7% de la carne bovina, según la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional. Además, se abastece a Noruega con el 39% del maní sin cáscara y el 30% de los moluscos. “Está aumentando la demanda de productos argentinos como vino, manzanas y miel, entre otros”, resalta la BCR. Finalmente, Argentina es el origen del 46% de las importaciones de pescados y calamares congelados de Islandia, un mercado que presenta buenas perspectivas para las exportaciones de mariscos. Otro aspecto importante es que el PBI per cápita de la EFTA es casi tres veces superior al argentino, lo que significa que hay una población con mayor capacidad de compra para la colocación de manufacturas. El impacto Según Mariano Kestelboim, ex embajador ante el Mercosur, “el acuerdo está bien diseñado en favor del comercio entre los dos bloques. El problema para Argentina es que se está afirmando en un escenario donde hay muchas complicaciones para la industria, relacionadas con otras medidas de apertura, como la reducción de aranceles y la liberalización de condiciones para importar.” “Así, con una aduana mucho más flexible que no controla los precios y las condiciones de importación en general, podría haber un perjuicio grave, e incluso irreparable, para la industria nacional”, advirtió. Aún así, Kestelboim consideró que el acuerdo es prometedor para las exportaciones primarias y las expectativas en ese sentido son favorables. Por su parte, Marisa Bircher, ex secretaria de Comercio Exterior y directora de la consultora Biglobal, afirmó: “El acuerdo entre el Mercosur y la EFTA representa una oportunidad estratégica para insertarnos en mercados de alto poder adquisitivo, como Suiza y Noruega, con condiciones preferenciales para nuestros productos. Esto no solo mejora la competitividad de las exportaciones agroindustriales e industriales, sino que también estimula inversiones, impulsa el acceso a licitaciones públicas en Europa y fortalece cadenas de valor.” Asimismo, “en un contexto global marcado por la fragmentación comercial, avanzar en acuerdos con actores económicos estables y previsibles es clave para diversificar mercados y reducir la dependencia de socios tradicionales. Este tratado abre puertas a la cooperación tecnológica y al desarrollo de estándares sostenibles que pueden elevar la calidad y proyección de la producción regional. En definitiva, es un paso concreto hacia una inserción internacional más inteligente, con un impacto directo en el empleo, la producción y la innovación local.” Por su parte, Marcelo Elizondo, consultor y analista económico internacional, explicó que el tratado agregará 100 millones de consumidores al Mercosur y también significará una mejora en la oferta y competencia agregadas en la economía local gracias a las importaciones desde la EFTA. “Es un acuerdo que debería preceder al acuerdo con la Unión Europea, que es importante. El Mercosur es un bloque muy cerrado y la apertura de mercados sin obstrucciones arancelarias es beneficiosa”, planteó.
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