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» Diario Cordoba
Fecha: 03/07/2025 03:41
La sociedad cordobesa se ha concentrado este miércoles a las puertas de la Subdelegación del Gobierno en la capital para recordar al joven cordobés Paco Molina, cuando se cumplen diez años de su desaparición, con 16 años de edad, y pese al tiempo, los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado mantienen abierta la investigación para dar con su paradero, a la vez que la familia, con sus padres, Isidro y Rosa, y su hermano, Pepe, contando con el apoyo institucional y de la ciudadanía, convoca distintos actos para mantener viva la esperanza en hallarlo. En la convocatoria han estado arropados por familiares de personas desaparecidas, como Rafael Muriel, de quien se perdió el rastro el 1 de septiembre de 2016 en Adamuz, con 58 años, y Soraya Borrallo, natural de Montemayor y desaparecida en la isla de La Palma el pasado 15 de febrero, con 42 años. También han estado presentes la subdelegada del Gobierno en la provincia, Ana López; el delegado de la Junta en la provincia, Adolfo Molina; el alcalde de Adamuz, Rafael Ángel Moreno; la comisaria principal jefa de Policía Nacional en Córdoba, Dolores López; el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Córdoba, el coronel Ramón María Clemente; la jefa del Departamento de Atención a Familias del Centro Nacional de Personas Desaparecidas, Nuria Vinuesa; el presidente de la Fundación QSD Global, Paco Lobatón, y distintos representantes políticos y de Bomberos y Protección Civil. Al respecto, Isidro Molina ha agradecido la presencia de cada una de las personas que acompañan en este acto por su hijo, Paco Molina, destacando que desde Policía Nacional y Guardia Civil han trasladado su "preocupación por los desaparecidos" y mostrado "la labor que llevan y su interés por encontrarlos", a lo que ha agregado que el Centro Nacional de Desaparecidos "trabaja mucho con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como con las asociaciones y familias". Los agentes "siguen buscando a Paco", ha valorado el padre, quien ha agradecido contar con los investigadores en la concentración, al tiempo que ha subrayado que "es muy importante que las familias nos apoyemos y demos todo el cariño que nos queda", a lo que ha agregado que "la búsqueda de Paco no puede depender sólo de momentos públicos, sino también del trabajo continuo, decidido y transparente que exigimos como familia". "Han pasado diez años de la desaparición de Paco y todavía no sabemos qué pasó", ha confesado Isidro, para declarar que son "diez años de incertidumbre, lucha y multitud de preguntas que aún no tienen respuesta, pero también diez años de una búsqueda que no cesa, porque el amor de unos padres y de una familia no se rinde". Exigen el estatuto de la persona desaparecida Según ha expuesto, "este acto es para recordarlo, para mantener viva su presencia, pero también para recordar a quienes tienen responsabilidades que la desaparición de una persona no prescribe". "Mi hijo tiene que volver y mientras eso no ocurra, seguiremos pidiendo lo que nos corresponde: verdad, justicia y acción", ha defendido Isidro, quien ha pedido a las instituciones "ayuda para lograr el Estatuto de la Persona Desaparecida". Por su parte, la madre de Paco, Rosa Sánchez, ha leído una nota "más sentimental" describiendo sus diez años "cargados de misterio, de incertidumbre y de dolor", confesando que para ella "el tiempo se detuvo ese día". "Lo más aterrador no es perder a un hijo, lo más aterrador es no saber cómo lo perdiste, ni por qué el silencio es lo único que responde cada vez que preguntas", ha declarado. Son ya diez años de "incertidumbre que no han resuelto el por qué de su extraño: voy a dormir fuera de casa, tan distinto a la forma que siempre entraba y salía de casa", relatan en el manifiesto leído, de manera que Isidro y Rosa han vivido estos diez años pegados al teléfono, día y noche, "siempre pendientes de una llamada, entre sobresaltos, sobre qué número aparece que no está en sus contactos registrados". Han mantenido intacto el deseo de saber y la esperanza de encontrarlo, de que en algún momento llame a la puerta. Respecto al citado estatuto, han defendido tramitarlo como ley y "así cambiar la cruel declaración de fallecimiento al cumplirse los diez años", con multas de más de mil euros en algunos casos, de forma que "hay que terminar con ese dolor añadido que supone declarar el fallecimiento de una persona ausente, no retornado, ni encontrado". "Mientras no haya evidencia de muerte, hay esperanza de vida", han remarcado, aseverando que "la Policía está por la labor de localizar a Paco y la investigación tiene que dar su fruto, mediante la línea abierta actualmente u otras futuras".
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