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Concordia » Diario Del Sur Digital
Fecha: 03/07/2025 02:50
Por «Corchito» González desde el EDOS para Diario del SUR Digital Ahora le tocó el turno a Obras Sanitarias. Esta semana me pasé por “el tanque” a saludar a los compañeros municipales, después de mi ya clásico recorrido por los engendros institucionales de esta gestión. Primero, la Caja Mixta: fundida, sin un peso para dar créditos a los trabajadores, como lo contamos en notas anteriores. Después, el Invytam: el ente de vivienda que no hace viviendas, pero sí números mágicos —recauda $38 millones por año y gasta $6.600 millones—. Todo un modelo de gestión al estilo Azcue: siempre en rojo, siempre con déficit, y siempre con la culpa puesta en los que estuvieron antes. El Edos, ese ente autárquico que hace agua… y no precisamente porque haya mejorado el servicio. Como diría un empleado de organismo: Obras sanitarias, ni obras, ni sanitarias. Arranquemos fuerte: en 2024 el EDOS recibió $2.600 millones de la muni. Sí, dos mil seiscientos palos. ¿Y cómo terminó el año? Con un agujero de $427 millones. Y para que esto recién empieza: según los chicos del área contable (que viven entre mates y planillas con olor a quemado) en el 2025 el déficit ya apunta a pasar los $1.000 millones. O sea, le entran los millones como agua al tanque… y se escapan igual de rápido. Nos estamos cagando de risa, pero es pa’ llorar de verdad, eh. ¿Quién está a cargo de este quilombo? Bueno, agárrense: Cuando uno empieza a averiguar, saltan funcionarios por todos lados. Porque, fiel al estilo Azcué, donde antes había uno, ahora hay cuatro o cinco. ¿Por qué? Porque hay que conformar a todos: los radicales, los del PRO, los del MID, los libertarios… y hasta algún colado más que pasaba por ahí y pidió un carguito. Es como un casting de “Gran Hermano de la Burocracia”: el que no entra, se enoja. Y Azcué prefiere llenar oficinas antes que bancarse un WhatsApp de queja a la madrugada. El Cr Del Cerro: contador jubilado en CTM, interventor económico del EDOS. Va dos horitas por día a «controlar los números» (o a dormir la siesta, no se sabe bien), y no atiende a nadie. Literal. Los empleados no saben ni qué cara tiene. Sueña con ser concejal, pero mientras tanto no labura ni de decorado. William Sosa: jefe de planta, con más poder que el resto, pero con denuncias por persecución laboral e irregularidades en compras de insumos y equipos de la planta, que está tapada como baño de obra. Lo bancan menos que corte de agua en verano. Axel Acevedo: Director, sin secundario, pero con soberbia nivel dios. Es el «oreja» de Azcue, el que va y le lleva los chismes al intendente. Básicamente, un puntero con cargo. Entrás al EDOS y se siente el ego antes que el olor a cloro. El personal lo adora… como a un dolor de muela. Joaquín Gobetto: Gerente Técnico. Firma todo, pero no decide nada. Está en modo «no me meto», muerto de miedo porque cada vez que le dan un papel parece una trampa mortal. Y sí, también tienen su par de «soldadas fieles», dos empleadas (Mariela y Yolanda) a las que Del Cerro les prometió meter a sus hijos si se portan bien. Así se mueve la máquina: acomodos, amenazas y caos. Y como si fuera poco, entre los cuatro están todos peleados, se odian, se pasan factura y cada uno jala para su lado. Es una especie de Gran Hermano municipal, pero sin rating y con la cisterna rota. El resultado es obvio: lo que reina en el EDOS no es la gestión, es la anarquía total. Nadie coordina nada, todos se pisan la manguera y el agua —como la plata— se va por cualquier lado. Encima ahora quieren bajar 21 contratos con aportes, y los empleados ya están en alerta: “a la primera baja, esto explota”. El horno no está para bollos ni para galletitas de agua. Los gremios ya pusieron el grito en el cielo y están con las antenas paradas: cualquier movimiento raro, se pudre todo. En un organismo donde reina la anarquía, el desmanejo y los funcionarios están más ocupados peleándose entre ellos que gestionando, cualquier chispa alcanza para incendiar la pradera con la sequía que hay. Mientras tanto, los responsables del desastre repiten el libreto de siempre: la culpa es del secretario de Hacienda, Ferreyra. Según estos iluminados, el problema es que “no manda la plata”. Dicen que los fondos del presupuesto no llegan en tiempo y forma, y que así no se puede planificar nada. Claro… como si fueran modelos de gestión suiza esperando una transferencia para funcionar. Lo cierto es que, aunque la plata demore o no llegue completa, la joda no para, los cargos se multiplican como gremlins. Y mientras agitan esa excusa, aprovechan para tapar el verdadero desmanejo: alquileres de máquinas truchas, compras de insumos y herramientas que nunca aparecen, adicionales para los amigos de la gestión y otros curros que son vox populi dentro del organismo. La culpa es siempre de otro, pero el negocio interno sigue más aceitado que nunca. En resumen: otro ente que se va a pique, con funcionarios que no sirven ni para regar una planta y un intendente que gobierna a control remoto y con delay. En conclusión, el EDOS pasa a formar parte de la lista de entes que están financieramente en rojo, nadie hace nada y la joda sigue. El EDOS no solo hace agua. Está navegando de frente contra el iceberg, y arriba, los que manejan, están jugando al Candy Crush. Así que, vecinos, no esperen mucho de este organismo para el verano. Vayan comprando Coca-Cola, porque con estos personajes al mando, la única agua que parece garantizada es la que viene en botellas. ¡Hasta la próxima nota, queridos lectores! Les habló su servidor, el inconfundible «Corchito González», cronista del caos municipal. No arreglamos nada, pero por lo menos nos reímos un rato. Salud y a juntar bidones. Próximas notas: 1)Porque Tío Rico no maneja más las cooperativas en la Muni y se dedica a los trolls? ¿Quién las maneja ahora? 2)La verdadera alianza política en Concordia donde quedo afuera Frigerio y Bordet. 3)El aeropuerto fantasma… 4)Las compras directas de Azcué y su funcionario estrella
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