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Parana » Informe Digital
Fecha: 03/07/2025 01:59
EL CALAFATE.- ¿Cómo evitar que el agua se congele en los bebederos de los campos patagónicos? Esta cuestión impulsó a los equipos técnicos del INTA de Los Antiguos y Balcarce a desarrollar un dispositivo capaz de prevenir el congelamiento del agua, incluso en inviernos rigurosos donde las temperaturas alcanzan los -22°. Además, este innovador sistema puede identificar al animal que se acerca y se activa únicamente cuando se trata de ovejas. El resultado de esta investigación es el Bebedero Térmico Ovino, BeTO, una tecnología que opera con energías renovables, proporciona agua a demanda y ofrece una solución a un problema histórico de la ganadería local: el congelamiento del agua para el ganado. El dispositivo, que asegura el acceso al agua para las ovejas, fue desarrollado en colaboración. Mientras varios componentes se fabricaron en Santa Cruz, el Laboratorio de Internet de las cosas (IoT) del INTA Balcarce elaboró el sistema operativo. El prototipo fue probado en un campo ubicado a 80 km al sur de Los Antiguos, en el noroeste santacruceño, una zona donde el clima desafía seriamente la actividad ganadera. El Bebedero Térmico Ovino alimentado por paneles solaresINTA INFORMA “Aislamos el reservorio por debajo de la línea de congelamiento y recirculamos el agua con un sistema de bombeo. El reservorio tiene la capacidad de entregar 1000 litros de agua, aunque esto se puede escalar”, explicó Santiago Arhancet, ingeniero agrónomo y jefe de la Agencia de Extensión Rural del INTA en Los Antiguos, en diálogo con LA NACION. Esta zona es conocida por su gran desarrollo agropecuario. El bebedero cuenta también con sensores que detectan la presencia de animales, activándose únicamente ante la proximidad de una oveja. Este aspecto es relevante, ya que en Santa Cruz las ovejas compiten con los guanacos, no solo por alimento sino también por agua. Todo el sistema operativo se nutre de energía solar. “Si bien se trata de una solución para garantizar que el animal disponga de agua, también aborda otros aspectos, como la seguridad del operario que tiene que trabajar en condiciones climáticas adversas, y la conservación del recurso hídrico. Cuando los bloques de hielo se rompen, se produce una pérdida de agua”, detalló Arhancet. El equipo del INTA que desarrolló BeTO, en la sede de la Agencia de Los Antiguos, Santa CruzAER Los Antiguos Así, el equipo formado por Martín Roa, Liliana San Martino, Fernando Manavella, Vicente Dimuro, Marcos Clemente y Arhancet fue experimentando con diversas alternativas, fabricando piezas y probando componentes. También lograron financiamiento del Instituto de Promoción de la Ganadería de Santa Cruz (IPG) y obtuvieron materiales de la Asociación Agrícola Ganadera del Noroeste de Santa Cruz y de productores privados. “El bebedero, aunque fue diseñado para ofrecer una solución a los desafíos del clima patagónico y el congelamiento de las fuentes de agua, puede implementarse en cualquier región. Esto se debe a que también previene la evaporación en áreas de mucho calor y asegura agua filtrada y tratada, contribuyendo al cuidado y la sostenibilidad del medio ambiente”, explicó Clemente, del IoT de Balcarce, en una comunicación del INTA. El prototipo del BeTO en el establecimiento San Carlos, en el noroeste de Santa CruzAER Los Antiguos “El bebedero proporciona agua exclusivamente a las ovejas: hemos monitoreado con cámaras trampa y visto que, aunque otros animales se acercan, el agua solo se habilita en presencia de la oveja. A los pocos segundos de acercarse, ya tiene agua disponible y en 1,2 minutos el bebedero está lleno”, afirmó Arhancet. Además de evitar el congelamiento y suministrar agua solo a las ovejas, el sistema tiene la capacidad de renovar su ciclo y vaciarse cuando no hay animales presentes. También trata el agua para prevenir la proliferación de microorganismos. El prototipo se probó en Santa CruzAER Los Antiguos Desde el INTA agradecieron a la familia Garitaonandia, productores del establecimiento San Carlos, quienes facilitaron la prueba del prototipo en su predio, en un potrero remoto que enfrenta condiciones climáticas extremas. “El trabajo con esta familia fue esencial, ya que colaboraron en diversas tareas, permitiéndonos trabajar con toda libertad en el lugar e incluso confiaron en cerrar un bebedero propio para probar BeTO con sus animales. Trabajamos con gran tranquilidad”, destacó el jefe de la Agencia de Extensión Los Antiguos. El proceso para obtener la patente comenzó en febrero de 2024, cuando el INTA presentó la solicitud al Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INTI), diferenciando el prototipo de más de 120 proyectos similares a nivel mundial. “Actualmente estamos avanzando en un convenio de transferencia tecnológica con una empresa de la región para que el prototipo se replique a escala comercial, un paso fundamental para que el producto esté disponible”, concluyó Arhancet.
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