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Diamante » Neonetmusic
Fecha: 02/07/2025 14:10
El gobierno de China ha reiterado su intención de controlar el proceso de reencarnación del Dalái Lama, lo que ha provocado una nueva ola de rechazo por parte de la comunidad tibetana en el exilio. A través de una vocera oficial, Beijing sostuvo que cualquier sucesión espiritual debe realizarse mediante sorteo en una urna de oro y contar con su aprobación, reafirmando un mecanismo del siglo XVIII utilizado por la dinastía Qing. Esta posición refuerza el rol del Estado como autoridad máxima sobre el budismo tibetano, en contraste con la tradición espiritual que guía a esta comunidad desde hace siglos. Tenzin Gyatso, actual Dalái Lama y figura central del budismo tibetano, confirmó recientemente su intención de que la institución espiritual continúe después de su muerte. El líder espiritual —que reside en el exilio en India desde 1959— anunció que su sucesor será elegido por la oficina Gaden Phodrang Trust, sin intervención externa. Además, indicó que el próximo Dalái Lama podría nacer en cualquier parte del mundo, siempre que sea un lugar con libertad religiosa. Beijing, sin embargo, insiste en que toda sucesión debe adaptarse a las normas chinas. Alega que el budismo tibetano forma parte de la cultura nacional y que cualquier reencarnación debe ser autorizada por el Estado. Esta narrativa oficial busca reforzar la idea de que las religiones deben alinearse con las políticas del Partido Comunista, lo cual ha generado crecientes tensiones con los tibetanos en el exilio. Durante la 15ª Conferencia Religiosa Tibetana, los representantes espirituales del Tíbet reafirmaron su compromiso con el proceso tradicional de reencarnación y rechazaron tajantemente la interferencia del gobierno chino. La comunidad exiliada teme que Beijing intente imponer una figura paralela que sirva a sus intereses políticos y debilite la identidad cultural tibetana. Este nuevo episodio en la prolongada disputa entre China y el Tíbet evidencia el choque entre el autoritarismo estatal y la libertad religiosa. Para los tibetanos, el Dalái Lama no es solo un líder espiritual, sino un símbolo de resistencia, compasión y esperanza. Su linaje representa un puente entre la tradición, la espiritualidad y la dignidad cultural de un pueblo que sigue luchando por preservar su identidad. Noticia vista: 133
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