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» Voxpopuli
Fecha: 02/07/2025 11:01
Hasta ahora, las terminales automotrices y las autopartistas se beneficiaban de un esquema que eximía del pago de derechos de exportación a los volúmenes de vehículos y piezas que superaran una cifra de referencia anual (pautada en 137.000 unidades). Este incentivo buscaba premiar el crecimiento y la generación de divisas. Sin embargo, con el inicio de julio de 2025, esa exención ha desaparecido, y la industria deberá enfrentar nuevamente un derecho de exportación que se promedia en un 2,5% sobre el valor de cada auto vendido al exterior. La bronca en el sector es palpable. Fuentes de las automotrices, que habitualmente no alzan demasiado la voz públicamente, han calificado a esta medida no solo como un «pésimo impuesto» sino también como un «pésimo mensaje». La principal queja radica en la absurda lógica libertaria que, en lugar de fomentar la generación de dólares, parece castigarla: «El que produce más partes locales paga más impuesto que quien las importa, una locura que no se entiende,» señalaron desde una terminal. Es una contradicción flagrante con la necesidad imperiosa de Argentina de acumular reservas y promover la exportación. El «Atraso» en las Decisiones y el Daño a la Competitividad Normalmente, esta exención se renovaba casi automáticamente en mayo, lo que permitía a las automotrices planificar su producción y flujos de envío con certeza. Sin embargo, este año, la fecha pasó sin novedades, sumiendo al sector en una urgencia y una incertidumbre que afecta directamente su capacidad de competir en los mercados internacionales. Con más de 130.000 vehículos ya exportados en el año (y un crecimiento del 16,4% en mayo), el impacto de este impuesto será inmediato y significativo. La industria automotriz, que ya tiene una competitividad «muy estresada» por diversos factores económicos internos, ve cómo esta decisión del gobierno de Milei se suma a las dificultades. Mientras el presidente predica la desregulación, impone una carga fiscal que desalienta la inversión y la expansión de un sector clave que genera empleo de alta calificación y trae divisas al país. Esto es un claro ejemplo de cómo la ideología ultraderechista de «no intervención» parece aplicarse solo de forma selectiva, imponiendo cargas donde más duele a la producción. La Doble Vara Libertaria: ¿Libertad de Mercado o Recaudación a Toda Costa? La situación de las retenciones a la exportación de autos se suma al reciente malestar del campo por el restablecimiento de las alícuotas a la soja y el maíz, evidenciando una doble vara en la política económica del gobierno de Javier Milei. Mientras se pregona la eliminación de «impuestos distorsivos», la realidad fiscal aprieta y termina castigando a los mismos sectores que, según el discurso oficial, deberían ser los motores de la recuperación y la llegada de dólares. El sector automotor, que compite globalmente, ahora deberá absorber un costo adicional que lo pone en desventaja frente a sus pares en otros países, donde este tipo de cargas a la exportación son inexistentes. La promesa de una Argentina más libre y competitiva parece chocar de frente con las decisiones económicas de un gobierno que, ante la presión de la caja, no duda en contradecir sus propios postulados fundacionales.
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