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» La Capital
Fecha: 01/07/2025 19:28
Arribaron en octubre de 1933 desde Italia para formar parte de la Armada argentina. Fue la primera y única vez que Rosario recibió submarinos en su costa En la jornada primaveral del 17 de octubre de 1933, los primeros tres submarinos de la historia Argentina llegaron a la costa de Rosario por única vez. Habían sido construidos en Italia por orden del gobierno nacional en 1927 y arribaron al país en abril seis años después. Eran una verdadera novedad y, después de estar algunos meses en la recientemente inaugurada Base Naval de Mar del Plata, recorrieron distintas localidades del interior a orillas del río Paraná. Los primeros submarinos que adquirieron las Fuerzas Armadas argentinas fueron el ARA Santa Fe, ARA Salta y ARA Santiago del Estero . Fueron denominados “Tarantinos” por haber sido construidos en el astillero Franco Tosti de Taranto, Italia, en 1927. El acuerdo se había celebrado bajo el gobierno del radical antipersonalista Marcelo T. de Alvear, pero los sumergibles llegaron bajo una realidad política muy distinta: fueron recibidos por el presidente de facto Agustín P. Justo en 1933 y en un país donde las Fuerzas Armadas adquirían un lugar cada vez más importante en la sociedad argentina. Los sumergibles llegaron a Buenos Aires, desde Italia, en abril de 1933. Meses después comenzaron a recorrer distintas localidades del interior del país. Antes de llegar a Rosario, estuvieron exhibiéndose en el puerto de la ciudad de Santa Fe , donde fueron recibidos con gran emoción. El diario El Litoral daba cuenta de la importancia del evento y anunciaba que, después de haber estado amarrados al muelle de la capital provincial, partirían para Rosario. "Desde ayer se encuentran en nuestro puerto los sumergibles Santa Fe, Salta y Santiago del Estero", tituló el diario La Capital el miércoles 18 de octubre. Las imágenes del recibimiento de los submarinos dan cuenta de que el evento no pasó inadvertido para los ciudadanos y fueron muchísimos los rosarinos que se acercaron a ver aquellos extraños navíos. nota lc.jpg La llegada del los submarinos Aquel 17 de octubre, el muelle en la bajada de Sargento Cabral estaba colmado de rosarinos que no quitaban su mirada del río Paraná a la espera de la llegada de los submarinos. Desde temprano, mucho antes de que lleguen, la gente se había agolpado en la costa para participar del evento. También estaban presentes varios funcionarios, entre ellos el intendente municipal Camilo Zanni. Los submarinos arribaron a las dos y media de la tarde, bajo el sol de la primavera rosarina, encabezados por la nave Santa Fe al mando del capitán de fragata Ramón Poch. La llegada fue recibida con aplausos eufóricos de los asistentes, mientras que la banda de policía del Regimiento 11 entonó las estrofas del Himno Nacional. Las naves fueron amarradas al muelle y la comitiva oficial encabezada por el intendente municipal subió a los submarinos para recorrer y conocer los nuevos sumergibles. Después de un rato, los tripulantes bajaron a la ciudad. AraSantaFe.jpg Según las crónicas publicadas por La Capital, los marinos recorrieron la ciudad y el objetivo de las autoridades locales era que se sientan recibidos. Tanto es así que durante los días que estuvieron en Rosario les dieron un pase libre a todos los espectáculos que desearan presenciar. Pero además fueron invitados a conocer espacios específicos de la ciudad: los mataderos municipales, la Bolsa de Comercio, la planta de celulosa, el Convento de San Lorenzo y el Jockey Club de Rosario. Muchos de esos recorridos se hicieron sobre los ómnibus pero, sobre todo, de los históricos tranvías de la Empresa Municipal Mixta de Transporte. Mientras tanto, los sumergibles se encontraban amarrados frente a los galpones del puerto. Muchos rosarinos aprovecharon y se acercaron a la costa para pedir verlos de cerca. Los navíos eran una verdadera novedad y más de uno logró bajar a conocerlos. IMG_20250624_162731957 (1).jpg Los submarinos se quedaron en Rosario hasta el 19 de octubre, momento en el cual, a horas de la madrugada, zarparon nuevamente camino a Buenos Aires. Después de haber transitado distintas localidades argentinas, las naves volvía a la capital para terminar finalmente en la nueva Base Naval de Mar del Plata. El camino hacia los submarinos En 1926, a raíz de las gestione del almirante Manuel Domecq García se promulgó la Ley de Renovación del Material Naval N°11.378 que autorizó al Estado Nacional, en aquel entonces bajo la presidencia del radical antipersonalista Marcel T. de Alvear, a adquirir los sumergibles. La nueva legislación contemplaba además la construcción de la infraestructura necesaria para la reparación y el mantenimiento de las naves en las tierras aledañas al puerto de la ciudad de Mar del Plata. AlmiranteDomecqGarcia.jpg Almirante Manuel Domecq García El 12 de octubre de 1927, a bordo del acorazado “Belgrano” en la ciudad italiana de Génova, se firmó el contrato por los legendarios “Tarantinos”, los primeros sumergibles de la Armada Argentina construidos en los astilleros Franco Tosi, de Taranto. Pocos años después, las tres unidades zarparon hacia Buenos Aires el 26 de enero de 1933 al mando del capitán de fragata Ramón A. Poch. Los submarinos navegaron con tripulación argentina desde Italia hasta Buenos Aires: más de 7.000 millas, casi sin escalas, durante 40 días. 10-04-19_tarantinos_03.jpg Llegaron a la capital argentina el 13 de abril y fueron recibidos y revisados por el presidente de facto Agustín P. Justo. De allí fueron a la Base Naval Mar del Plata. Meses después viajaron por el río Paraná para ser apreciados por los ciudadanos de las distintas localidades. Los "Tarantinos" prestaron servicios hasta 1960, siendo el ARA Santa Fe, él último en ser radiado, tras haber realizado más de mil inmersiones. Después de sus retiros, llegaron nuevas generaciones de submarinos y algunos de ellos participaron en la Guerra de Malvinas en 1982.
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