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» Corrientesaldia
Fecha: 01/07/2025 16:29
Fue durante una mesa interreligiosa que formó parte de la Jornada Internacional de Trasplante. Líderes del catolicismo, judaísmo, islam, evangelismo y adventismo compartieron sus visiones sobre la vida, la muerte y el acto de donar. En el marco de la Jornada Internacional de Trasplante, que tuvo lugar recientemente en Corrientes, se llevó a cabo una mesa interreligiosa sin precedentes en la provincia. Allí, representantes de las principales religiones compartieron sus miradas teológicas sobre la vida, la muerte y el acto de donar órganos, tanto en vida como post mortem. Desde el catolicismo, el padre Ariel Weimann destacó que “nadie nace por azar, todos tenemos una misión” y afirmó que donar órganos “es seguir haciendo el bien, incluso después de la muerte”. Además, subrayó la importancia de vencer miedos y prejuicios: “Yo soy donante, ya lo hablé con mi familia. Es un acto que llena el alma”. El rabino Marcelo Wajcer, representante del judaísmo, remarcó que “donar órganos está permitido en vida y también después de la muerte, siempre que no se atente contra la vida del donante y se respeten ciertos criterios religiosos”. Agregó que “el que salva una vida, salva al mundo”, un principio clave en la doctrina judía. Por el islam, Saida Haddad explicó que el Corán enseña que “salvar una vida es como salvar a toda la humanidad”. Resaltó que la donación es válida tanto en vida como después de la muerte, siempre que se respete el cuerpo del fallecido y exista consentimiento. “Es parte de nuestra caridad”, dijo. La pastora evangélica Elena Inés Franco sostuvo que “Jesús nos enseñó a dar la vida por los demás, y donar órganos es una forma de seguir ese ejemplo”. Aclaró que, aunque algunas iglesias aún tienen reparos, la mayoría coincide en que se trata de un acto de amor al prójimo. Desde la Iglesia adventista, el pastor Roy David Peter expresó que la donación es una decisión personal que no contradice los principios de su fe. “Creemos que, si una vida puede continuar en otra persona, ese acto será de bendición”, afirmó. Durante la charla, cada referente también reflexionó sobre cómo las diferentes religiones entienden la muerte. Coincidieron en que se trata de un paso hacia otra vida, un tránsito que no debería impedir pensar en el bien que se puede seguir haciendo. “Donar órganos no es un arrebato, es un proceso, una forma más de dar”, resumió el padre Weimann. La actividad cerró con un mensaje común: acompañar desde la fe a quienes atraviesan el dolor de perder a un ser querido, promoviendo la donación como una oportunidad para transformar ese dolor en esperanza.
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