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  • “Por favor, dejá este trabajo”, el pedido de la madre de la enfermera que murió al estrellarse el avión sanitario en el que viajaba

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 01/07/2025 04:42

    A Denise le decían "la enfermera solidaria" (justiciapordenise) “Mamá, ya dejamos al paciente en el hospital. Ya vuelvo”, escribió Denise Torres García. El 1 de julio de 2022, Mónica Ferrara (la madre) trabajaba desde su casa. Tenía la televisión encendida, haciéndole compañía, mientras esperaba el llamado de su hija, ese en el que le avisara que ya había aterrizado y le contara cómo había sido el traslado aéreo del bebé de cinco meses que había llevado en brazos durante el trayecto entre Buenos Aires y Río Grande. La negligencia lo impidió. Al momento del despegue, la aeronave estalló. Las víctimas fueron Denise, un médico, el piloto y el copiloto. Según las pericias, una falla elemental —la ausencia de un clip de bloqueo en los controles de la cabina— fue determinante en el desenlace. “No fue un accidente, porque pudo haberse evitado”, dice Mónica, que supo del triste final porque una amiga la llamó para preguntarle por Denise. Estaba mirando en la tevé una noticia que daba cuenta del estallido de la aeronave. “Empecé a mandarles mensajes y ya no le llegaban”, revive, quebrada. Al cumplirse tres años, los familiares de los fallecidos siguen reclamando justicia. En la causa judicial aún no hubo indagatorias y recién ahora cuentan con los informes periciales, que concluyeron que hubo “negligencia” en el mantenimiento del avión. “Pareciera que la investigación no busca responsables. Nosotros no nos vamos a rendir”, sostiene con una fuerza inquebrantable, esa que solo tienen las madres a las que les arrebataron a sus hijos. Denise cantaba y estaba grabando sus propios temas (justiciapordenise) Denise, la mujer que no dejaba de soñar Era enfermera pediátrica y tenía un deseo: ingresar al Hospital Garrahan. Se lo había propuesto y estaba estudiando para postularse y cumplir ese sueño. Incluso había llevado sus apuntes al traslado que le tocó hacer aquel 1° de julio. Para ella no había tiempo que perder. Había crecido con una enseñanza clara: que la vida es ahora, que siempre hay que luchar por los propios anhelos y ayudar al otro cada vez que se pueda. Denise sabía mucho de eso. La tragedia la había golpeado muy fuerte cuando apenas tenía 19 años, y entendió entonces que su motivo en la vida era el servicio y la militancia social. “Estaba estudiando Medicina en la UBA cuando su novio murió en un accidente vehicular. Quedó destrozada. Había hecho un CBC perfecto, con muy buenas notas; la cursada la llevaba impecable. Pero perder a su novio de esa manera fue muy duro para ella. Dejó todo en pausa, por un tiempo”, cuenta Mónica. “Jugaba al hockey, al futbol, cantaba —estaba grabando sus canciones—, iba a dar clases a los chicos del Barrio Mujica, tocaba el piano y la guitarra, y estudiaba mucho…”. Denise al momento de recibirse de licenciada en Enfermería (justiciapordenise) Respetó sus tiempos y, un día, decidió retomar no solo sus actividades, sino también dedicarse de lleno a lo que amaba hacer. “Me dijo que iba a volver a estudiar, pero no Medicina: que se cambiaría a la Licenciatura en Enfermería, porque eso la acercaba más a las personas. Quería ser enfermera pediátrica para estar cerca de los pacientitos y sus familias”, relata su madre. Así lo hizo. Se recibió y se dedicó por completo a su trabajo. Aunque amaba lo que hacía, su empatía no le permitía dejar todo en el sanatorio. Denise sufría en carne propia el padecimiento de las niñas y niños internados. “Ella manejaba moto y, a veces, cuando venía a casa a visitarme, la veía sacarse el casco con los ojos todos llorosos. Era porque un paciente oncológico había muerto, o porque alguno no estaba bien. Hablaba mucho con ellos, los hacía cantar, buscaba la manera de hacerlos sentir bien. También acompañaba mucho a las mamás y a los papás”, destaca su madre sobre la inmensa labor de la joven, que murió antes de cumplir 31 años. Denise y Mónica compartieron muchos viajes y convicciones de vida (justiciapordenise) Ese amor que Denise daba le era retribuido. Cuando estaba de franco, atendía las videollamadas que le hacían sus compañeros porque alguno de los pequeños pacientes quería hablar con ella o verla. “Y ella dejaba de hacer lo que estuviera haciendo, no le importaba nada más que verlos y hablarles. Nunca le importó que fuera su día de descanso”, dice Mónica. También sintió todo lo que su hija generaba durante el duro momento de despedirla. “Al velorio fueron todos sus amigos y compañeros, pero también los padres de sus pacientitos. Una mamá me contó que Denise hacía cantar a su hija mientras estaba internada, y que eso le hizo mucho bien, porque por ese rato se olvidaba de su enfermedad. ¡Así era ella!”. En ese triste momento, también la despidieron sus compañeros del Partido Obrero, donde militaba causas sociales. Dijeron: “Denise era una compañera que formó parte de la UJS. Militó en la Facultad de Ciencias Sociales y durante muchos años en la carrera de Enfermería de la UBA, en la agrupación El Frente. Fue una defensora tenaz de la profesionalización de la carrera, siempre luchando contra las injusticias hacia Enfermería. En el último tiempo se recibió de licenciada y apostaba a seguir formándose como docente. También era amante del deporte, formando parte de diferentes equipos de hockey y de fútbol de la UBA, durante muchos años. Daba clases y formación para los más pequeños. Apasionada con sus amigos, una luchadora que apostaba a un cambio social siempre en favor de los trabajadores y los más débiles”. Denise practicaba hockey y fútbol femenino (justiciapordenise) “Fue el peor día de mi vida” Aquel 1° de julio, Mónica estaba concentrada en su trabajo cuando recibió una llamada. Era una amiga. “Moni, ¿dónde está Denise?”, le preguntó. Sabía que, desde hacía tres meses, la joven trabajaba como monotributista para una empresa de vuelos sanitarios, y estaba viendo en un canal de noticias que un avión sanitario se había estrellado en el aeropuerto de Río Grande. Cuatro personas habían muerto. “Le dije que Denise estaba en Río Grande y que me había avisado que ya estaba volviendo... ‘¿Qué pasa? ¿Por qué me preguntás?’, le dije. Y me respondió: ‘Quedate tranquila, estamos averiguando’. Entonces, giré la cabeza, vi la tele prendida y apareció la imagen del accidente... ¡Fue el peor día de mi vida! ¡El peor día de mi vida! ¡No lo podía creer! Empecé a mandarle mensajes a Denise y ya no le llegaban...”, recuerda Mónica. Su voz se quiebra. Se toma unos segundos y admite que recién ahora puede contarlo sin derrumbarse. Dice que eso se lo debe al grupo Renacer, que reúne a madres y padres que enfrentan la muerte de sus hijos. Consternada, sigue: “Fue horrible, muy traumático. Con el tiempo empezaron a aparecer también secuelas de salud: en el papá de Denise, en mí, en mi hijo, en mis nietos… Ellos tuvieron ataques de pánico, no pueden hablar de su tía porque se largan a llorar. Estas cosas marcan a toda la familia. Dejan una huella muy grande, muy profunda”, asegura. Cada 31 de agosto, Mónica sigue celebrando el cumpleaños de Denise. La acompañan los amigos de la joven (justiciapordenise) Lo que más la indigna, asevera, es la falta de contención institucional tras la tragedia. “Nadie, de ningún lado —ni la policía, ni ninguna autoridad— me llamó para avisarme. Me enteré por esa amiga y por lo que vi en la tele. Después, cuando ya se sabía todo, tampoco me llamaron. Nunca me comunicaron oficialmente nada”. Fue recién después de un mes, cuando Mónica comenzó a hablar públicamente, que obtuvo alguna reacción. “Recuerdo que salí en el programa de Guillermo Andino y empecé a nombrar a los responsables. Lo único que les importó fue eso: que los nombre. No que murieron cuatro personas. Empezaron a desesperarse. Gustavo Latorre, que era el que contrataba a mi hija, mandaba mensajes a todo el mundo pidiendo que le pasaran mi número. Decía: ‘La mamá de Denise está hablando mal de mí en los medios’. Eso era lo único que le preocupaba. Nunca me llamó para preguntarme si necesitaba algo. Nunca. Ni una palabra”, dice decepcionada. Mónica aclara que ni siquiera recibió una compensación simbólica. “Esto es lo que menos me importa, pero muestra la clase de gente que son: ni siquiera abonaron los vuelos que hizo mi hija. Nada”. La familia la recuerda por la empatía y las ganas de vivir que tenía (justiciapordenise) En ese momento de duelo, decidió pagar un mes más de alquiler para ser ella quien sacara las pertenencias de su hija del departamento, ubicado a cinco cuadras de su casa. “¿Te imaginás lo que es para mí? Salgo a hacer unas compras y paso por el departamento que ella alquilaba. Cuando tuve que vaciarlo todo fue impresionante… A veces pienso que fue otra persona la que hizo todo eso. Me quedé un mes en su casa y decidí pagar un mes más de alquiler porque quería tomarme mi tiempo para desarmar todo. Ella era muy celosa de sus cosas, y yo sentía que le estaba faltando el respeto abriendo cajones, revisando. Te juro que fue muy duro guardar todo, regalar su ropa, sus cosas. Algunas me las quedé. Vivo en un dos ambientes, así que imaginate: tengo mi casa y la casa de ella adentro, esquivando valijas y cajas. Quiero mudarme a un lugar más grande para armar un cuarto con sus cosas: el piano, la guitarra, todos los instrumentos que tenía. Quiero poder conectar con eso en algún momento, porque a las dos nos gustaba mucho la música”. Más de una vez, Mónica sintió ganas de “tirar la toalla”, admite, pero una fuerza inexplicable la hace seguir. No lo duda: es el amor y la fuerza de Denise, la joven que nació el 31 de agosto de 1991 y que fue una beba muy esperada. “Cuando estaba por llegar el día que cumpliría 31 años, me junté con todos sus amigos y compañeros, eran más de 100 chicos de todos lados, de todos los ámbitos donde se movía, y en el club Banco Provincia celebré su cumpleaños. Hicimos un brindis por ella, porque a ella le gustaba la joda y festejar su cumpleaños. Hoy lo pienso y no sé cómo pude hacer eso... Creo que estaba, no sé, anestesiada. No sé qué me pasaba. Y desde entonces, en su cumpleaños, nos juntamos en su bar favorito de Núñez. Sus amigos me acompañan muchísimo. Es una red tan fuerte que nos sostiene. Los amigos nos acompañan mucho. En el club le pusieron su nombre a la tribuna y siempre están haciéndole homenajes. Era muy querida, muy querida. Nadie se olvida de ella y eso también me reconforta un poco...”. Una de las marchas en Belgrano que pidió "Justicia por Denise" El injusto final y la causa judicial Antes de empezar a volar, Denise se formó en un hospital y luego entró a trabajar el área de Terapia Intensiva Pediátrica del Sanatorio Finochietto. Pero el trabajo durante la pandemia de coronavirus la agotó. " No paraba el personal de salud y ella siempre quería estar. Pero estaba tan agotada que decidió pedirse una licencia de unos 20 días. Yo le decía que se tomara tiempo para ella, no sólo para el trabajo... Renuncia al sanatorio porque quiere ir por una vida más tranquila. Entonces la recomiendan para hacer los traslados aéreos, entra y estaba contenta porque no estaba todo el día laburando. Iba cuando le salía un vuelo y después se podía dedicar a todas sus otras actividades... ¡Pero le arruinaron la vida! La noche anterior hablamos y me dijo: ‘Mañana viajo a Tierra del Fuego’ y no sé, pero yo tenía mucho miedo cada vez que se iba, porque eran aviones chiquitos... Y 15 días antes llegué a pedirle: ’¡Por favor, dejá ese trabajo!’ Porque todo el tiempo le pedía que me avisara cuando llegara a cada tramo...“, revive Mónica. Denise tenía pensado dejar el trabajo: el 4 de julio de 2022, tenía un examen para evaluar sus condiciones para ingresar al Garrahan. En el vuelo de ida comentó que se estaba preparando para eso y que si se retrasaba la vuelta, aprovecharía para estudiar. Una de las imágenes tomadas por vecinos de la zona de Río Grande Ese 1 de julio de 2022, un avión sanitario Learjet 35A de la empresa Flying America, contratado por la firma ADER/MD FLY Servicios Aéreos —especializada en traslados de pacientes— partió desde San Fernando, en el norte del conurbano bonaerense, con destino a la ciudad de Río Grande, en Tierra del Fuego. El objetivo del viaje era trasladar a un bebé junto a sus padres. Además de Denise, integraban la tripulación el médico pediatra Diego Ciolfi, el comandante Claudio Canelo y el copiloto Héctor Vittore. El traslado transcurrió con normalidad: la familia del bebé llegó a destino, y los cuatro tripulantes se disponían a emprender el regreso. A poco de despegar, la aeronave explotó e impactó contra el suelo. Murieron todos en el acto. La Junta de Seguridad en el Transporte (JST) —organismo dependiente del Ministerio de Economía— presentó recientemente su informe final. El documento señala omisiones en los controles periódicos de mantenimiento y recomienda al fabricante “modificar el manual de operación” del modelo Learjet 35A. El avión se estrelló en inmediaciones del Aeropuerto Internacional Gobernador Ramón Trejo Noel. Testigos relataron que escucharon una fuerte explosión y vieron una columna de humo. Denise trabajaba en el área de Terapia Intensiva Pediátrica del Sanatorio Finochietto Denise trabajaba en la unidad de terapia intensiva pediátrica del Sanatorio Finochietto, en la Ciudad de Buenos Aires y era fanática de Racing. “Tenía toda la vida por delante”, dice con pena Mónica. “Como familiares, nos sentimos desamparados. Le faltan el respeto a las víctimas y a nuestras familias. Hace tres años que esperamos algún avance. Es muy desgastante y, mientras tanto, los responsables siguen como si nada. Hay mucha impunidad”, agrega. El expediente está radicado en el Juzgado Federal de Río Grande, a cargo de la jueza Mariel Borruto, con intervención del fiscal Marcelo Rappaport. Según el informe de la Junta de Seguridad en el Transporte, entre 2016 y 2020 se dejó de colocar el clip de bloqueo entre los comandos de la cabina, una pieza clave que había sido retirada durante tareas de mantenimiento. Con el uso, los mandos se soltaron, y los pilotos perdieron el control. “Elegimos confiar en que tanto el abogado Francisco Ibarra como la fiscalía y la jueza Borruto nos devuelvan la esperanza de que, al menos una vez, no gane la impunidad”, confía Mónica. Las familias consideran que la demora en la entrega de los informes técnicos es una muestra más de la desidia con la que avanza el expediente y del tiempo que tarda en llegar una resolución judicial. Mientras tanto, siguen esperando justicia. *La familia abrió una petición en la plataforma Change.org para pedir Justicia por Denise

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