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  • Cómo manejar la confianza

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 30/06/2025 06:51

    Como trabajar en la confianza. - (Imagen Ilustrativa Infobae) Existen múltiples razones por las cuales las personas consultan a profesionales o buscan la manera de superarse. En el plano laboral, se observa mucho el síndrome del impostor, el miedo a hablar en público, el temor a vender lo que uno hace, la dificultad para explayarse en otros idiomas e incluso el silencio para que no se piense algo equivocado. Si bien cada uno de esos síntomas son particulares y requieren de tratamientos específicos que permitan llegar al origen del problema, hay un denominador común que parece estar por debajo de muchas de esas dificultades: la sensación de que uno “no es suficiente” para algo. Lo cierto es que incluso en las mayores historias de éxito que se puedan conocer, existe un protagonista que no se siente suficiente para algo. Desde quienes tienen dificultades para lograr sus objetivos hasta los que figuran en las tapas de las revistas de negocios: todos tienen su talón de aquiles. Las razones pueden ser interminables: la apariencia física, la nacionalidad, la edad, el género, el carácter, etc. Tener pocos estudios, no hablar inglés, venir de una determinada clase social, etc. Las personas, en general, no soportamos la idea de que los demás piensen mal de uno. Como seres sociales, tenemos miedo al rechazo y vemos en estas variables una posibilidad de ello. Ahora, está claro que el “no ser suficiente” es una percepción subjetiva, más allá de las características físicas, sexuales, étnicas, físicas, etc. No ser suficiente es lo que cada uno siente en función de sus creencias y su historia personal. Razones al por mayor Ese no sentirse suficiente puede provenir de falta de autoestima y también un poco de lo que se suele denominar “una vara muy alta”. Sin embargo, en algunos casos esa vara alta ayuda. A algunas personas las empuja a progresar, tomar riesgos, exigirse y capacitarse. Alguien con la vara baja posiblemente tenga menor autoestima, pensando que algunos temas le son imposibles de lograr e inaccesibles. Pero claro, así como la exigencia estimula, también puede ser una barrera. En ese sentido, un ejecutivo que no tenga nivel de First Certificate posiblemente no querrá decir una palabra en inglés. O un cantante, por no tener la voz de Freddie Mercury, no animarse a cantar en un show. Por eso, la vara alta puede ser un estímulo, pero en casos extremos una barrera demasiado difícil de franquear. ¿Se puede construir la confianza? Lo cierto es que si hurgamos un poco más, debajo del ser o no ser suficiente para algo aparece la palabra mágica: confianza. O sea, tenerla o no tenerla, esa es la cuestión. A ver… todos venimos precargados de confianza al nacer. A los niños hay que sacarlos a la fuerza de una piscina fría, con los labios morados, pero aún así no piensan que se van a enfermar. Un bebé no rechaza a su madre para que le haga upa aunque tenga el pañal sucio. Luego, lógicamente, van sucediendo situaciones que nos hacen cambiar el sistema de creencias. Si vamos un poco más allá, podemos pensar que detrás de la falta de confianza está ese escudo que nos sirve para no asumir riesgos y no sentirnos culpables por ello. También es cierto que algo de falta de confianza puede sumar, de esa manera uno logra “estirarse”, ser más. Cuando uno comienza un nuevo desafío es posible que al principio no lo haga del todo bien; se critique por ello, practique, mejore un poco, y así. La realidad es que la habilidad, la astucia, la destreza y la creatividad crecen andando. Hay, por lo tanto, que ponerse a andar: emprender, equivocarse, entrenar, probar, olfatear, capacitarse, acertar, volver a caer. Es importante allí la persistencia, el intentar no una ni dos veces, sino muchas más: eso a la larga genera confianza. Sin embargo, a veces, cuando la falta de confianza es muy grande, cuesta hacer todo eso. En esos casos, hay que poder destrabar esa carencia, ver cómo dar el primer paso. ¿Cómo se hace? Lo primero es detectar el porqué. Cuáles fueron los eventos o situaciones que causaron la falta de confianza. Luego, se debe “reprogramar” la mente subconsciente para que donde figuraba la creencia de “no vas a poder”, aparezca una nueva que sostenga que “hay posibilidades”, son accesibles y “te las merecés”. Como todo en la vida, uno se acostumbra a la confianza: a tenerla, en el mejor de los casos; o a no tenerla, en las situaciones que venimos desarrollando. Alrededor de eso, del acostumbramiento a una u otra opción, se construye nuestro día a día. Llega un momento en que damos por sentado que somos de una manera. Sin embargo, con ayuda, siempre hay tiempo para volver atrás, para preguntarnos y reconstruirnos, y luego comenzar a andar ese camino que habíamos pensado estaba reservado para otros.

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