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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/06/2025 06:48
El uso de la tecnología parece omnipresente desde hace muy poco tiempo en la Geopolítica y el Hacktivismo Se trata de un meme generado por IA; el audio describe a un cocodrilo en el cuerpo de un Boeing B-17 Flying Fortress, un bombardero utilizado durante la Segunda Guerra Mundial por los Aliados, este “Bombardino Crocodilo” junto con otras como “Tralalero Tralala” son de los más populares entre niños y adolescentes, Bombardino Crocodilo lanza bombas sobre los niños en Gaza y Palestina, no cree en Alá y ama las bombas o “Tung tung tung sahur” es una frase que se utiliza otro meme viral en TikTok e Instagram, que hace referencia a la llamada con un tambor para el “sahur”, una comida durante el Ramadán. Imágenes generadas por IA, voces distorsionadas, contenido absurdo y sin sentido, no se trata solo de memes, o un contenido aniñado, adictivo y random, es otra cosa. El uso de la tecnología parece omnipresente desde hace muy poco tiempo en la Geopolítica y el Hacktivismo, este formato aumenta sus capacidades continuamente y desde el inicio de este 2025 se precipita como el segmento del Cibercrimen de mayor impacto. Influir en el humor social, manipular contenidos, suplantar la identidad de políticos y periodistas es procesos electorales y conflictos bélicos y sociales son el campo fértil sobre el cual se desarrolla esta nueva batalla. Reino Unido, Francia y la Unión Europea denuncian la intervención de Rusia para afectar las democracias e instituciones europeas. También Taiwan, Israel, Ucrania y EE. UU. sufren un hostigamiento continuo. Este fenómeno se potencia con el uso de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y la hiperconexión, especialmente entre adolescentes: 1 de cada 4 pasa más de seis horas diarias en internet. Allí el hacktivismo encuentra terreno fértil, apuntando a menores y su necesidad de interacción social-digital, moldeando su opinión mediante información inoculada de forma subrepticia. Esta práctica se vincula al concepto de “brain rot”, un término informal que alude a la saturación o deterioro mental por consumo excesivo de contenido online trivial, bizarro y repetitivo. En 2024, Oxford University lo consagró como palabra del año. Popularizado en plataformas como TikTok, el término refleja el embotamiento mental provocado por contenido superficial, con especial impacto en adolescentes. Se trata de una sobrecarga digital que compromete concentración, memoria y toma de decisiones. En ese contexto, aparecen mensajes visuales y auditivos subliminales, que actúan por debajo del umbral de la consciencia. Millones de adolescentes reproducen contenidos donde se insinúa que niños de Gaza y Palestina son asesinados por bombas desde aviones. Se trata de mensajes literales, a veces en italiano, que apelan a lo que más atrae a los menores: juegos, amigos y tecnología, generando influencia emocional y política en una audiencia vulnerable. La posibilidad de persuasión parece real, dado que se cree que estos mensajes podrían permear en las personas especialmente si se trata de menores, aunque la evidencia científica sobre la efectividad de este tipo de mensaje es relativa. Sorprende la facilidad con que los autores y sus algoritmos inoculan mensajes camuflados en cada vez más contenidos supuestamente diseñados y destinados a menores de edad, aprovechándose de su inocencia y condición adolescente, quienes podrían actúar sin saberlo como difusores de acciones de hacktivismo, una vez más sin el menor recaudo por parte de padres que al parecer han dejado librado al azar la supervisión de a que contenido acceden sus hijos.
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