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  • Elecciones Rafaela 2025: el enojo de los ciudadanos golpeó a todos, pero más al oficialismo

    » Rafaela Noticias

    Fecha: 30/06/2025 03:10

    Elecciones Rafaela 2025: el enojo de los ciudadanos golpeó a todos, pero más al oficialismo La primera certeza que dejaron las elecciones generales de este domingo en Rafaela es el estado de ánimo con que el grueso de los ciudadanos enfrentó la obligación -y el derecho- de votar. Hubo que hacer números muy finos para que finalmente el porcentaje de participación superara el 50%, un piso histórico para una elección general. No fue el frío del termómetro lo que dejó en casa a tantos ciudadanos. Fue el frío del espíritu. El desencanto, la falta de expectativas, la ausencia de un horizonte claro que indique que yendo en tal o cual camino existe una esperanza de mejoría. El votante no encontró, en el mapa de la oferta electoral, una respuesta a esas sensaciones. Se votó sin el entusiasmo de otros momentos. Por supuesto no todo tiene que ver con Rafaela y su mundo de 100 mil habitantes, sino que se proyecta mucho más allá. En el menú del enojo entraron una infinidad de factores, que no viene al caso analizar: hay tantas razones como votantes, se podría decir, para explicar los colores que adoptó la paleta cromática de la política rafaelina. Algunas primeras conclusiones Será tema del lunes analizar triunfos y derrotas en detalle. Causas y consecuencias del resultado. Pero hay unas primeras conclusiones que resulta imposible obviar en lo inmediato, con el plato todavía caliente en la noche helada del domingo. Hay una derrota insoslayable de la lista que representó al gobierno municipal. Para el Ejecutivo lo peor no fue la derrota en sí, sino que la misma no fue sorpresiva. La esperaban. Entonces, por algo fue derrota. Interpretar el resultado será la primera prueba. La primera tentación es leer este resultado como un golpe definitivo contra el proyecto de poder que encarna a nivel local Leonardo Viotti, pensando en 2027. Esa conclusión sería, al menos, apresurada. Dos años es una vida y más en la vertiginosa política argentina. Todo es reversible, pero está muy claro que la cuesta se hizo más empinada para el intendente y su equipo. El margen de error es más chico. Una derrota de la magnitud de la sufrida por Unidos para Cambiar Santa Fe amerita un control de daños rápido, eficaz y firme. Las respuestas, como todo remedio, dependerán del diagnóstico. Será tarea del equipo del quinto piso de Moreno 8 identificar con precisión las causas fundantes del resultado. Es muy improbable que la primera reacción sea la de cambiar piezas en el gabinete. En el equipo de Viotti no sobran cuadros políticos y rearmar el grupo de trabajo sería incluso desaconsejable. En cambio, para un observador cualquiera parece impostergable que en las próximas 24 horas el intendente haga una amplia convocatoria a los concejales electos no sólo para las felicitaciones de rigor, sino para comenzar a trazar la hoja de ruta que tendrá el Concejo a partir de diciembre, cuando la mayoría automática deje paso a una oposición fortalecida y a un frente interno -en Unidos conviven socialistas, macristas, radicales y demoprogresistas, cada uno con sus respectivas ambiciones- con muchas grietas por cerrar, como lo muestra la incapacidad para retener el voto total de las PASO. Sería un primer contacto que sirva para romper el hielo, pero también para mostrar un gesto de acercamiento hacia cambios que deberán llegar más temprano que tarde. Un tiempo perdido La sensación inocultable es que Viotti perdió la oportunidad de hacerse fuerte en el 2024, su año de luna de miel en el gobierno. No pudo mostrar el famoso "equipo" preparado para gobernar desde el primer día, pero lo peor fue que él mismo tomó distancia de los lugares que solía frecuentar: dejó de estar en el contacto directo y llano con el vecino común, que a veces necesita tanto un oído comprensivo (el del intendente necesariamente debe serlo) como una respuesta eficaz que no siempre está al alcance de la mano. Saber decir NO puede resultar también muy valorado, cuando corresponde esa negativa. En todo caso, lo peor es no estar para decirlo. Podría decirse que Viotti, en este año y medio de gestión, levantó tanto la guardia para cuidarse de potenciales golpes que terminó perdiendo de vista el escenario más completo de una ciudad que había depositado grandes expectativas en el cambio de época luego de treinta y dos años de gobiernos justicialistas. Si hay que buscar un pecado original, probablemente se lo encuentre en el espacio temporal del almanaque 2024. ¿Y el candidato? Scavino no encajó nunca en el gusto del votante rafaelino. Repitió algunas fórmulas que "no pegaron" y su estilo radiofónico, expuesto al territorio llano de la voluntad popular, sonó soberbio y artificial, aunque quienes conocen a la persona más allá del hombre público pueden dar fe que no es esa su conducta diaria. Hacerlo exclusivo responsable del resultado sería no sólo injusto e ingrato, sino esencialmente equivocado. Y no ayudaría a potenciar la gestión, sobre todo porque Scavino deberá ser una espada importante en el futuro Concejo. Ganadores de festejo mesurado Tampoco sorprendió el triunfo de la lista de Más para Santa Fe. Soltermam no innovó: después de haber ganado con holgura las PASO, su principal preocupación fue no meterse en el barro nacional, hacer lo más "local" posible la elección y evitar cualquier movimiento que levantara olas. Le salió bien sólo por una realidad incontrastable: el núcleo duro del tradicional voto antiperonista no pudo soldarse sólidamente con todo el resto del arco político no peronista o independiente. Con la ciudad dividida en tercios gruesos (unos más gordos, otros más débiles), el voto histórico del justicialismo le alcanzó para celebrar un triunfo claro. Una pregunta que cabe hacerse es: ¿significa este triunfo la piedra fundamental para volver a ser una opción de poder en la ciudad? Todo indica que no. El justicialismo está todavía en la búsqueda de la personalidad que cubra los requisitos para hipotéticamente conducir la gestión local. Está demostrado que cuando se miden estaturas no todos dan la talla y la política cuece liderazgos a fuego lento, incluso en épocas de opciones efímeras. Juan Senn se mostró como uno de los arquitectos del triunfo y aún está orejeando las cartas para ver si su tiempo se acelera al 2027 o le conviene esperar al turno siguiente. Pero en la carrera también podría anotarse a Paz Caruso y nadie descarta a un Alcides Calvo que conserva porciones importantes de lealtades. ¿Y Luis Castellano? El dice que su tiempo ya pasó. ¿Seguro? La Libertad Avanza es la otra gran ganadora de la elección, está fuera de duda. Pero en este caso hay más de un desafío y muchas incógnitas. Lo primero es lo primero: cómo encajarán dos outsiders de la política, como los concejales electos Fabricio Dellasanta y Milagros Zafra, en el esquema institucional de la ciudad. "Se terminó esto, se terminó aquello", repetía en la hora del triunfo Dellasanta. Tendrá que aprender, porque nadie nació sabiendo, que no se terminó nada: hasta el 10 de diciembre falta muchísimo y en el medio hay un país que camina por los filos de muchos abismos como adivinando en cuál va a caer. Aún las mejores intenciones pueden chocar con las reglas de juego imperturbables de la institucionalidad, entre las cuales los consensos mínimos son indispensables y el respeto a las normativas, una obligación. La suerte del bloque de LLA y de su futura proyección política estará ineludiblemente atada a lo que pase con el país. Garantías, como se adivina, hay pocas. Sobre estas realidades quedó parada la ciudad. Y sobre una certeza fundamental: votos más, votos menos, en este domingo la sensación térmica dominante en el termómetro de la realidad es que Rafaela está huérfana de liderazgos de largo plazo.

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