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Parana » Informe Digital
Fecha: 29/06/2025 13:49
A un día de que culminen las alícuotas reducidas de las retenciones a la soja y el maíz, mientras que las que se aplican al trigo y la cebada permanecerán disminuidas hasta el 31 de marzo próximo, el balance de la medida implementada desde fines de enero muestra un impacto significativo: según estimaciones privadas, junio podría concluir con un aporte de divisas superior a los US$6000 millones, marcando un récord histórico para este mes. Algunos anticipan que esa cifra podría elevarse hasta US$7400 millones. Sin embargo, no todo se contabilizaría en este mes, ya que existe un efecto de arrastre de operaciones de los últimos días hacia julio. La finalización de esta medida oficial implicará un incremento en la tributación de la soja, que pasará del 26% al 33%, y del maíz, del 9,5% al 12%. Esto logró dinamizar la comercialización: en junio se registraron Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) por 21,3 millones de toneladas, un notable aumento en comparación con meses anteriores. En abril y mayo se habían anotado 9,2 millones y 9,7 millones de toneladas, respectivamente. Más allá de las predicciones de ingresos en dólares de los expertos, en el sector agroexportador prefirieron esperar a que finalice el mes para ofrecer los datos finales. Por el momento, existe descontento en el agro debido a la falta de continuidad en los derechos de exportación más bajos para los cultivos principales. “Si bien valoramos los relevantes avances que ha realizado el Gobierno en diversos temas, como la reducción del déficit fiscal, el frenado de la inflación y las desregulaciones necesarias, teníamos cierta esperanza de que no se repitiera el aumento de las retenciones”, manifestó la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja). Además, añadieron: “El retroceso en este sentido nos sigue restando competitividad, especialmente para los productores, en un momento crítico de planificación de siembra para la futura campaña.” A su vez, tras la oficialización de la medida, la Mesa de Enlace destacó “la necesidad de eliminar los derechos de exportación” y advirtió sobre “el impacto que este impuesto tiene en la rentabilidad de los productores, especialmente en un contexto de altos costos, caída de precios internacionales y escasa previsibilidad”. En este marco, los precios internacionales de las commodities durante el primer semestre del año se mantuvieron en niveles mínimos, lo que resultó poco atractivo en muchos casos, sumado a las dificultades climáticas. Se registraron Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) por 21,3 millones de toneladas, lo que marcó un notable incremento en comparación con meses anteriores. Para el Gobierno nacional, estos cinco meses de reducción de retenciones habrían cumplido su objetivo central: generar un ingreso extraordinario de divisas. Sin embargo, en el campo también subrayaron el aumento en la comercialización de granos, como reflejó un informe del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (SRA), que estimó un beneficio fiscal total de US$544 millones para los productores, como efecto directo de la medida. “El alivio fiscal impulsado por el decreto significó una mejora del ingreso de US$544 millones por el impacto de la medida en los precios de los cultivos”, precisaron en la entidad. Del total, un 81% correspondió a la soja, lo que implicó un ingreso adicional de US$441 millones para los productores. El maíz representó US$67 millones, mientras que el trigo alcanzó los US$36 millones. Según el estudio de la SRA, hasta hace unos días se habían comercializado 51,6 millones de toneladas de la campaña 2024/25, un 22% más que lo vendido en igual fecha del año pasado. “La baja de retenciones generó un fuerte estímulo a la venta”, indicaron en la Rural. Con el aumento de siete puntos en las retenciones a partir de julio, el precio de referencia de la soja podría caer de $320.000 a $290.000 por tonelada. Lorena D’Angelo, analista de AZ-Group, comentó que se trató de un ingreso considerable de divisas. “Faltando un día, se llevan acumuladas unas DJVE en junio de 21,3 millones de toneladas, lo que podría resultar en un ingreso de divisas de hasta US$7400 millones”, declaró a LA NACION. En este sentido, Juan Manuel Uberti, de la corredora Grassi, aseguró que, si bien no hay un dato oficial, junio debería reflejar cifras anormalmente altas según los volúmenes registrados. “Con cálculos sencillos, basados en precios FOB de los últimos días, el monto total podría alcanzarse en torno a los US$6000 millones, aunque seguramente una parte ingresará en julio”, añadió. El analista Javier Patiño Preciado, de RIA Consultores, advirtió que, debido al incremento de siete puntos en las retenciones a partir de julio, el precio de referencia de la soja podría caer de $320.000 a $290.000 por tonelada. “Conscientes de esto, los productores aceleraron las ventas de soja en junio, incluso con entregas diferidas,” indicó. En efecto, en el sector anticiparon que en julio la exportación y la industria no tendrían mucha necesidad de comprar soja ni los productores de vender, lo que llevaría a una fuerte desaceleración en las ventas. En este contexto, Uberti mencionó que, debido a la decisión oficial de prorrogar las alícuotas reducidas únicamente para el trigo y la cebada —y no para la soja, el maíz, el sorgo ni el girasol— se prevé un impacto negativo en precios y comercialización. Guillermo García, consultor agroindustrial, añadió: “Los exportadores seguirán aumentando sus DJVE de maíz y el complejo soja hasta este lunes 30 para asegurar su programa de embarques y sostener su capacidad teórica de pago. Los productores que no vendan en junio esperarán a observar cómo se equilibra el mercado en esta nueva condición.” Una de las posibilidades es que los productores desaceleran y esperen hasta las elecciones legislativas de octubre para ver si el Gobierno modifica su política económica, particularmente en lo que respecta al tipo de cambio. En ese escenario, las ventas podrían quedar muy frenadas hasta después de las elecciones. “Este sería el escenario más negativo para el Gobierno, mientras que el más optimista implicaría que la industria, para mantener la actividad de molienda y la exportación de subproductos, absorba total o parcialmente el aumento de las retenciones, evitando una caída abrupta en el precio para el productor. No parece muy probable, pero es un escenario a considerar”, aseguró Patiño Preciado. Sin embargo, según García, en un contexto donde el productor tiende a retener su soja a la espera de mejores precios, la industria contará con un salvaguarda: la importación de soja desde Paraguay y Uruguay. Mirando hacia el futuro, D’Angelo comentó que podría volver un ritmo desfavorable de ventas, y que el impacto a la baja en los precios llevaría a que disminuyan las intenciones de los productores de comercializar soja. “Con los números de recaudación por DEX, al regresar a las alícuotas originales, el Gobierno solo podría recaudar alrededor de US$605 millones por retenciones”, concluyó la analista.
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