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Colon » El Entre Rios
Fecha: 29/06/2025 08:30
¿Cómo le está yendo a la economía? No hay una única respuesta. Cuando uno pregunta a diferentes actores del sector privado, encuentra una variedad de opiniones que desorienta. Lo cierto es que ni la recesión de inicios de 2024, ni la recuperación posterior de la economía, han sido parejas para todos los sectores. Un indicador de esta disparidad podría ser, para los colonenses, la disminución del número de visitantes provenientes de la otra orilla del Río Uruguay. Hacia fines de 2023 y hasta comienzos de 2024, el flujo de visitantes para cargar nafta, comprar en farmacias y comercios, y para comer en Colón, parecía inagotable. Sin embargo, ese flujo se achicó mucho en 2025. A los que les iba bien hace un año, ahora no les va tan bien. Este cambio recoge el INDEC en su “Informe de avance del nivel de actividad”, en lenguaje simple la evolución del PBI, para el primer trimestre de 2025. El Informe podría titularse: “La economía se expandió 5,8% contra el primer trimestre de 2024”. Pero también podría tener este otro título: “El PBI, que creció 0,8% contra el trimestre anterior, se desaceleró, pues había crecido 1,4% en el cuarto trimestre de 2024.”. Sin embargo, lo más llamativo es la disparidad en el ritmo de crecimiento de los distintos sectores que componen la economía. Hay sectores a los que el modelo los ayuda, y otros que lo sufren. El sector financiero, la explotación de minas y canteras (con Vaca Muerta y la minería de litio a la cabeza), la actividad de hoteles y restaurantes y la pesca crecen más que el promedio. También lo hace la construcción, aunque desde niveles ultra deprimidos, que sugieren un rebote desde niveles muy deprimidos. Muchos otros sectores, como el de servicios sociales, la administración pública o el transporte, corren por debajo del promedio. También lo hace el agro, aunque acá ocurre lo contrario de lo que pasa con la construcción: no había caído antes. Quizás la señal que haya que leer detrás de esta maraña de números sea la de que el programa económico está diseñado para que el capital fluya hacia los sectores en los que Argentina tiene ventajas competitivas, o en los cuales hay oportunidades de crecimiento claras. Si en 2023 no había crédito al sector privado porque todo el excedente de pesos se lo llevaba el estado para financiar su déficit, la desaparición del déficit permitió un boom de crédito privado, que es lo que refleja el Informe del INDEC. Como estrategia a largo plazo, buscar que se desarrollen los sectores en los que podemos generar productos exportables, en detrimento de aquellos que necesitan una protección arancelaria o un subsidio estatal para pelechar, parece una buena idea. En la transición, es inevitable que haya ganadores y perdedores, y un encontronazo entre quienes son optimistas y quienes están decepcionados o enojados. El objetivo de la política económica parece claro, aunque subsiste como factor intrigante de la política cambiaria, que trastoca en parte los incentivos que crean las rebajas de impuestos, en general los vinculados al comercio exterior, la desregulación de muchas actividades, o la normalización de muchos contratos de empresas reguladas. La manipulación del tipo de cambio con restricciones que se resisten a desaparecer genera una apreciación cambiaria que es contraria al incentivo que provoca el resto de la política económica. Es posible que haya que esperar a las elecciones de octubre para ver si la política cambiaria se torna más flexible y libre. Si no ocurre, el beneficio político que provoca la caída de la inflación a partir de un tipo de cambio anclado podría empezar a cargarse parte del potencial que subyace en los sectores que están preparados para crecer. Fuente: El Entre Ríos
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