29/06/2025 10:49
29/06/2025 10:41
29/06/2025 10:40
29/06/2025 10:39
29/06/2025 10:38
29/06/2025 10:38
29/06/2025 10:36
29/06/2025 10:36
29/06/2025 10:36
29/06/2025 10:36
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/06/2025 05:13
Kirsty Hayes tiene 48 años e ingresó a la Cancillería del Reino Unido en 1999. Está casada con Peter Hayes y tienen dos hijos: Libby y Jasper (Fotos de Jaime Olivos) Kirsty Hayes llegó a la Argentina como embajadora del Reino Unido en septiembre de 2021. Todavía había estertores de la devastadora pandemia de coronavirus. Su destino diplomático anterior había sido Lisboa: fue embajadora en Portugal. Cuando arribó a Buenos Aires creyó que con un poco de portuñol iba a poder hacerse entender. Pero una de las primeras noches en el país en la que fue a cenar con su esposo, se dio cuenta de que había algún inconveniente al momento de comunicarse. En el restaurante pidió dos gin tonics. Y un par de minutos más tarde el mozo llevó a la mesa dos tenedores. Había comenzado mal. Casi cuatro años más tarde, al finalizar su mandato y partir hacia su Escocia natal, domina el español, con acento, por cierto, sin problemas. El viernes 27 de junio Kirsty Hayes dejó la Argentina para volver al Reino Unido. En su lugar fue nombrado David Cairns. Horas antes de partir, la diplomática concedió una entrevista a Infobae que se realizó en la residencia ubicada en el Palacio Madero Unzué, uno de los lugares más distinguidos de Buenos Aires. Kirsty Hayes habló sobre aspectos de la Argentina que desconocía y algo de lo hecho durante su misión al frente de la embajada. -Antes de llegar como embajadora, ¿había estado en la Argentina? -Sí, una vez. Hace como una década. Cuando Cristina Kirchner era presidenta, yo hice una visita oficial. En este entonces, tenía responsabilidades para todos los temas de la ONU y Argentina estaba entrando en el Consejo de Seguridad. Así que vine por dos días para hablar con el Gobierno, con la Cancillería sobre este tema. Y me quedé en la residencia. Pero nunca pensaba que un día yo iba a estar aquí. Kirsty Hayes en el Palacio Madero Unzué, que desde 1945 es la residencia de quien ejerce la representación diplomática del Reino Unido en Argentina -¿Conocía algo de Argentina? -Yo conocía un poco sobre la región, porque yo estudié arqueología de América Latina en la universidad. En realidad, mi foco fue más la zona Andina, Perú. Pero conocí un poco de la historia del país y también como soy muy fan de los caballos, había visto algunos partidos de polo en mi país y también en Estados Unidos. Así que sí, conocía un poco, pero no conocía la totalidad de Argentina, en particular la gran variedad de paisajes y culturas en las diferentes provincias. -¿Cuándo supo que la destinaban a Argentina? -Me enteré de que iba a ser destinada a la Argentina con un año de anticipación. -Y en el momento que le dijeron que iba a Argentina, ¿qué pensó? -Estaba súper entusiasmada. Súper agradecida. Yo entré en Foreign Office (la Cancillería del Reino Unido) en 1999. Nos habíamos graduado recién en la universidad y nos preguntaron cuál sería nuestro cargo ideal en el futuro. Y yo respondí la embajada en Argentina. - ¿Por qué? -Porque siempre tuve mucho interés en la región y entre todos los países de la región no hay país como Argentina en términos de su historia y cultura. Obviamente tenemos una relación única con Argentina, por lo bueno y lo malo. Pero siempre hubo una relación muy intensa. O la relación más intensa de la región, así que me parecía muy interesante. -¿Cómo esperaba ser recibida por la sociedad argentina? -Elegí Argentina por la complejidad de la relación. Yo fui anteriormente embajadora en Portugal. Portugal es un amigo muy cercano al Reino Unido. Tenemos la relación diplomática y militar más extendida en todo el mundo y en general estamos de acuerdo en una la mayoría de las cosas. Obviamente, en Argentina hay un asunto muy doloroso entre nosotros, el conflicto del 1982, y yo sé que es un muy importante para los argentinos y hay emociones muy fuertes sobre esto. Así que yo esperaba, yo pensaba que este sería el tema dominante de mi tiempo aquí. Pero no sabía el alto grado de afecto que muchos argentinos tienen por mi país. Tampoco conocía el grado de influencia histórica que tenía Reino Unido aquí, por ejemplo, en los ferrocarriles y en la educación. -¿Estos hechos los descubrió cuando llegó? -Sí. Así que esta fue una sorpresa muy positiva. Durante los casi cuatro años que estuvo en Buenos Aires la acompañó su marido, Peter Hayes: "A él le gustó mucho el vino argentino y esquiar en bellos lugares como San Martín de los Andes, Las Leñas -¿Fue el idioma un problema para su llegada a la Argentina? -No. Siempre preparamos a nuestros diplomáticos con tiempo para los cargos, así que tomé clases varios meses antes de llegar. Yo ya hablaba portugués y eso me ayudó. Cuando llegué creo que tenía la tendencia de hablar mucho portuñol y hubo algunas palabritas que usé en entrevistas durante un año como parceiro (amigo, compañeros, en portugués). La pronunciación del portugués de Portugal es muy cerrada. Así que creo que me causó algunas dificultades al inicio. -¿Aprendió palabras en “porteño”? -Sí. Me gusta mucho cómo usan el “vos”. - ¿Escuchó insultos en porteño? - Por supuesto. Los conozco y los aprendí. Yo tengo mucho cuidado con usarlos. -Dijo que le gustaban los caballos, ¿eso es previo a la llegada a Argentina? - Claro, de toda mi vida. Hice salto en el Reino Unido e intenté aprender un poco de polo aquí pero el problema es que monto bien pero no tengo coordinación para pegarle a la bocha. -¿Cuál es su relación con el fútbol un deporte importante tanto en Argentina como en el Reino Unido? -No soy hincha de ningún equipo. En mi familia son hinchas del Liverpool, pero yo no simpatizo por ninguno en especial. -¿Y de acá? -Sería poco diplomático ser hincha de un equipo de aquí. Hay un chiste en mi familia y un poco en la embajada, que traigo suerte en el fútbol, porque cuando yo era embajadora en Portugal fueron campeones europeos y aquí durante mi mandato Argentina ganó el Mundial de Qatar. Esa fue una experiencia inolvidable. Estuve en la calle, fui al Obelisco y usé una camiseta de la Selección Argentina. La entrevista con Infobae fue realizada el jueves 26 de junio. Al día siguiente Kirsty Hayes dejó la embajada y regresó al Reino Unido ¿Alguna vez había estado en otro festejo popular como el de diciembre de 2022 en Buenos Aires en alguno de sus destinos? -En Portugal estuve con amigos en una casa. No había estado en la calle. Lo que pasó fue que la Final de Qatar fue para mí como una película surrealista. Los empates, desempates y los penales. Fue un momento extraordinario y me encantó ver la buena onda de la gente. Fue emotivo. -¿En este tiempo se familiarizó con la cultura argentina? -Leí obviamente a Jorge Luis Borges, pero en inglés. Y también leí otros autores. -¿Ha visto cine? -Claro. Soy muy fan de Ricardo Darín. He visto la mayoría de sus películas -¿Lo conoció? -Lamentablemente no pude. Creo que ese fue un fracaso de mi gestión. También me gusta mucho la serie Los Simuladores porque es muy argentina. - ¿Qué le pareció la música argentina? -Cuando llegué al país en 2021 no sabía nada de tango. Nada. Y me propuse aprender a bailar, algo que es muy difícil. Tomé clases con una profesora y, a pesar de no tener talento, ella me ayudó y creo que me voy de Argentina habiendo aprendido a bailarlo. Además, me gusta escuchar tangos, mi preferido es Por una cabeza porque es lindo y tiene vínculo con los caballos. También me gusta mucho Soda Stereo, grupo al que no conocía cuando llegué a la Argentina. Tuve la posibilidad de hablar con Charly Alberti y fue muy lindo cuando Coldplay invitó a los músicos argentinos a tocar en un recital. "Mi hija Libby de 22 años pasó un año aquí. Aprendió español y disfrutó de Argentina. Tiene un novio británico al que le gusta todo de este país y hasta tiene más aspecto de argentino que de británico", explicó la ex embajadora - ¿Qué sabía de la comida argentina cuando llegó? -Bueno, obviamente a nivel internacional Argentina es sinónimo de buena carne. Y eso lo comprobé durante estos casi cuatro años. También he tenido una buena experiencia con el Malbec, que es muy popular en el Reino Unido. Somos el segundo mercado más importante en el mundo y el primero en Europa. Básicamente cada restaurante tiene por lo menos un Malbec de Argentina en su carta de vinos. - ¿Algo le llamó la atención de cómo nos alimentamos los argentinos? -La cantidad de carne que comen. Y también me llama la atención que desayunen cosas dulces como medialunas y dulce de leche. Esa costumbre no la adopté. - ¿Y qué comida le gusta? -Mi plato preferido, para ser honesta, son las empanadas. Me encantan. Es muy difícil resistirse a las empanadas de carne. Probé empanadas en todas las provincias argentinas y me gustan todas, no puedo elegir una en especial. - Si tuviera que hacer un regalo que represente algo muy argentino, ¿qué compraría? -Un mate y una bombilla. Tengo una colección de mates y trato de convencer a mis amigos para que tomen mate, pero no les gusta. Yo tomo mate amargo. Es muy linda la costumbre social de tomar mate con amigos. -Ya ha dicho que visitó todas las provincias y que no va a decir cuál es el lugar que más le gustó. Entonces, ¿cuál fue el que la sorprendió? -Me interesa mucho visitar las partes del país que no son tan populares para el turismo. Por ejemplo, cuando visité las Cataratas del Iguazú, que son muy lindas, fui a los Saltos del Moconá que son muy interesantes, hermosos y a la vez únicos en cuanto a la forma de los saltos. También me encantó conocer los Campos de Piedra Pómez en Catamarca, que reciben pocos visitantes, pero son únicos, preciosos. Parecen la superficie de la luna o un merengue. Y como estudié arqueología me atrajo mucho la Cueva de las Manos en Santa Cruz y el Parque Patagonia. Recomiendo los Esteros del Iberá no solo por el paisaje sino por la relevancia desde el punto de vista de la conservación. Mi tarea durante estos cuatro años fue ser embajadora del Reino Unido y además promotora del turismo en la Argentina. -¿Notó diferencia en el trato hacia usted entre la gente de Buenos Aires y la del resto del país? -Los argentinos de todo el país son muy cálidos. "Voy a extrañar todo. Me encanta el país. La calidez de la gente es excepcional. La variedad de paisajes, la comida, el vino. Todo, todo", dijo Kirsty Hayes -Durante estos años se dedicó a cuestiones de género. ¿Cómo describiría en general la situación en ese aspecto en la Argentina? -Bueno, se nota que Argentina tiene legislación muy en la vanguardia del mundo y también para mí fue muy bueno ver tanta participación política de mujeres y una gran influencia de liderazgo de mujeres en la sociedad civil. Por otro lado, en comparación con el Reino Unido, el mundo de negocios en la Argentina todavía parece muy dominado por los hombres. -Esa es la diferencia que nota: faltan mujeres en la conducción empresarial… -Hay ejemplos, pero no es masivo. De todos modos, hemos llevado adelante muchas iniciativas en el área de género con la importante colaboración de entidades argentinas. Hemos logrado varias cosas positivas, pero tanto en mi país como en Argentina se trata de conseguir un progreso continuo en cuestiones de género. - ¿Cuál es el balance de su período al frente de la embajada? -Yo quería ser diplomática para hacer una diferencia positiva en el mundo, para influenciar por lo positivo. Así que este es siempre mi objetivo. En términos de trabajo tenemos metas bastante concretas, por ejemplo, sobre sobre comercio, por ejemplo. Y hemos tenido un año récord en términos de comercio bilateral, que es una cosa muy positiva, pero para mí hay mucho más para hacer en esta área. -Durante estos cuatro años hubo dos gobiernos de signos diferentes: el de Alberto Fernández y el de Javier Milei. ¿Cómo fueron las relaciones diplomáticas en ambos períodos? -Han sido diferentes. Yo creo que este gobierno tiene mucho interés en la relación bilateral. Creo que han tenido un abordaje más pragmático sobre el tema del Atlántico Sur. Y hemos trabajado con mucha cercanía sobre temas como Ucrania, por ejemplo. Con el gobierno anterior a veces hubo algunos roces. Pero por otro lado conseguimos colaboraciones muy positivas en áreas puntuales como la salud, el tema de género y cambio climático. Conseguimos trabajar forma positiva con ambos gobiernos. Y ahora estamos muy contentos al ver la recuperación de la economía aquí lo que abre más posibilidades para para el comercio entre los dos países. -Si tuviera que elegir un logro como embajadora, algo que le contaría a su familia con especial satisfacción, ¿cuál sería? -Yo diría el tema humanitario y de búsqueda de reconciliación entre nuestros dos países. Cuando yo llegué, casi inmediatamente empezó el año 2022, en el que se cumplieron 40 años del conflicto del Atlántico Sur. Y nuestra intención fue intentar homenajear a todos los caídos y los veteranos de ambos lados. Y organizamos encuentros entre veteranos británicos y argentinos que fueron muy emocionantes. Porque esas personas hace 40 años estaban intentando matarse y ni siquiera compartían un idioma. Pero en los encuentros estaban con sus familias creando lazos de amistad. Para mí eso fue muy impresionante, muy importante. También valoro mucho mi relación con la comisión de los Familiares de los Caídos y creo que el momento más importante de mi estadía aquí fue el vuelo de familiares del año pasado que organizamos con el gobierno argentino y también con la participación de Corporación América. Eso permitió que familiares y sobre todo madres de los caídos -que van quedando pocas- pudieran hacer un viaje a las islas para para visitar a sus seres queridos. Kirsty Hayes se declara admiradora del actor Ricardo Darín. No pudo conocerlo personalmente (Fotos de Jaime Olivos) -Por su experiencia en el Foreign Office, por su trabajo como embajadora en la Argentina, ¿cree que el Reino Unido alguna vez reconocerá la soberanía argentina en las Islas Malvinas? -Tenemos que recordar que para nosotros la prioridad son las opiniones y los derechos de los isleños. Ellos deben decidir su propio futuro y que no va a haber un cambio sin la voluntad y apoyo de los isleños. La respuesta final de Kirsty Hayes fue expresada en lenguaje diplomático. La traducción al lenguaje coloquial es simple: no.
Ver noticia original