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    » El litoral Corrientes

    Fecha: 29/06/2025 03:58

    n Random. La palabra alude a lo azaroso en el lenguaje de las nuevas generaciones y adquiere una gran significación para los jóvenes que irán a votar por la renovación gubernativa el 31 de agosto, en razón de que la oferta electoral se integra con desconocidos para el segmento de votantes sub 30, un nicho social donde la comunicación se maleabiliza conforme las dinámicas siempre sinuosas de las redes sociales. ¿Quiénes son Ricardo Colombi o Tincho Azcúa para un posadolescente de 22 años que en las nacionales de 2023 eligió a Javier Milei? ¿De qué manera ese votante de la llamada generación Z accedió a los contenidos que lo motivaron a votar por un antisistema del anarcocapitalismo de la escuela austríaca? Las respuestas a las dos preguntas tienen que ver con la condición de nativos digitales plenos de los electores nacidos entre finales de los años 90 y mediados de la década pasada, un nicho generacional impermeable a los estímulos analógicos. Los sub 30 no leen portales de noticias, no miran TV por cable y mucho menos de aire, no consumen contenidos radiales de formato estereotipado ni se detienen a ver el final de los avisos intrusivos que los políticos clásicos pautan en Youtube para que se ejecuten antes de un video viral. Sus derroteros formativos e informativos son diferentes cada día, asimétricos, mutables y absolutamente indiferentes al viejo formato de los actos de campaña en los que un pope sigloventista enuncia un discurso plagado de frases hechas, alusivas a entelequias como el crecimiento, el futuro y el ideal de felicidad trazado por mandatos perimidos como el tener la casa propia, el autito y los hipotéticos (y cada vez más improbables) hijos. La generación Z, también conocida como “generación de cristal”, no lee este análisis y mucho menos piensa en decodificar el lenguaje verbal o corporal de un candidato como si fuera una meta existencial de la que dependa su bienestar. En líneas generales, asiste a votar con criterios aleatorios, azarosos y eminentemente subjetivos que no se pueden predecir porque cambian de dirección en el momento menos pensado, en razón de un detalle que uniforma a los veinteañeros como lo que son: un bloque social criado y alimentado a pulso digital, con Tik Tok como placebo cognitivo y los videos cortos transformados en un vehículo de acostumbramiento al mensaje fugaz. Aunque ustedes, lectores, no lo crean, en manos de ese bloque de jóvenes sin aspiraciones de largo plazo recae el grueso de la decisión colectiva que parirá al nuevo gobernador de Corrientes. ¿Quiénes trabajaron en comunicación para llegar a este sector tan desequilibrante? Muy pocos. A nivel nacional está claro que el actual presidente de la Nación supo ingeniárselas para llamar la atención de los “Z” a fuerza de improperios y fragoteos desordenados en medio de una clase política en cuyo caldo logró emerger como distinto a todo. Y en el orden local, el actual gobernador Gustavo Valdés mixturó los códigos tradicionales con un lenguaje autónomo que lo emancipó de la superestructura mediática para permitirle un contacto sin intermediaciones con todo el abanico de la estratificación social, incluidos los impredecibles sub 30. No hay nombres confirmados en la oficialista alianza Vamos Corrientes, pero la figura de Valdés mantiene un evidente nexo de congenialidad con el estrato de votantes jóvenes en razón de una administración que se hizo fuerte en varios frentes segmentados como en la dimensión redes. Veamos: para los empleados estatales, los salarios al día y garantizados. Para los comerciantes y empresarios, la cadena de pagos ininterrumpida. Para los emprendedores, el estímulo a la inversión privada en el turismo, la industria y la logística, en complementación con inversión pública. Para los sub 30, una estética moderna que trasciende lo protocolar y se interpreta como un entramado de obras y decisiones con aroma vanguardista, desde reemplazar una cárcel por un megacentro cultural (la Unidad) hasta adquirir (por primera vez en la historia) patrulleros policiales ecofriendly. Valdés y el candidato que finalmente surja del espacio encabezado por el mandatario es, según se puede colegir, una opción conocida que, al mismo tiempo, representa un esquema de renovación en la continuidad. Parece un oxímoron, pero la posibilidad de que un gobierno de amplia aceptación popular sea sucedido por otro de su misma matriz implica la expectativa del que se aventura a lo nuevo sin arriesgar lo conquistado. Sea el menor de los Valdés, Tassano, Vischi o un tapado sorpresivo, Vamos Corrientes se mantiene en lo alto de la consideración pública espoleado por el liderazgo del actual titular del Ejecutivo, que atraviesa generaciones, estratos sociales y capas conductuales hasta alcanzar una sorprendente legitimación pública devenida de los últimos resultados electorales y de las encuestas más recientes, al punto de que si no enfrentara el impedimento constitucional, Gustavo Valdés sería el más sólido de los aspirantes. Los otros espacios no tienen todo eso. Tienen en un caso a Colombi, un apellido que en su momento fue el denominador común del poder en Corrientes, pero que en la actualidad pivota sobre la nostalgia de los electores mayores de 50 años, en buena parte ganados por el escepticismo y reacios a romper la rutina dominguera para ir a votar. El ex gobernador se acordó demasiado tarde de las redes y desembarcó a las apuradas, sin planificación, con enlatados producidos por inteligencia artificial que ni siquiera se ajustaron a las facciones de su rostro. Si sus asesores querían llegar al núcleo del votante “Z”, que crece a partir de la habilitación del voto joven (desde los 16 años) hasta acercarse al 30 por ciento del padrón, no estuvieron muy precisos. Como tampoco lo consiguieron los consultores que “coachearon” al peronista Azcúa, obligado a descender a los sótanos de la confrontación verbal en un intento por seguir el ejemplo mileista. Error: Milei hay uno solo y quien intente plagiarlo puede bordear el ridículo hasta desdibujarse. No es casual que, en los últimos días, se hable cada vez más de una claudicación del postulante peronista. En los días que vienen las distintas alianzas que competirán el último domingo de agosto se encaminarán a horas definitorias y en poco tiempo más las cartas estarán echadas. Quien logre el respaldo de un votante joven apartidario y, si se quiere, indomable, llevará una ventaja estratégica. Porque los “Z” podrán no estar interesados en la planificación familiar, ni querer casa, ni hijos. Y sí preferirían viajar por el mundo para tomarse una selfie en Cancún o comer una croissant en la torre Eifel. Lo que no harán es votar a un random.

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