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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 29/06/2025 00:23
Chamarrita ya está donde siempre debió estar: libre, en su ambiente natural. Esta joven hembra de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) fue liberada en la Reserva El Potrero el pasado jueves 26 de junio, tras un largo proceso de rehabilitación que comenzó en 2023 y la llevó de un patio urbano a recuperar su lugar en la naturaleza. Su historia comenzó a fines de octubre de 2023, cuando vecinos del barrio Los gobernadores, en Paraná, la encontraron refugiada dentro de una vivienda, asustada y huyendo del acoso de perros. No es común ver a un aguará guazú en zonas urbanas, pero por su juventud y curiosidad, Chamarrita había terminado desorientada. Tras ser rescatada por la Brigada Abigeato de la Policía de Entre Ríos, fue trasladada al Centro de Rescate La Esmeralda, en Santa Fe, donde le trataron una fractura en una de sus patas delanteras. En diciembre de ese año, llegó a El Potrero, la reserva natural de gestión privada ubicada en Gualeguaychú, para continuar su recuperación y comenzar un proceso de reintroducción en su hábitat. Según explicó su coordinador Ladislao Földesi a Ahora ElDía: “Al principio, permaneció en un espacio reducido para evitar que se moviera demasiado y favorecer la curación de la fractura. Foto: Rafael Abuin El proceso de rehabilitación se llevó adelante con paciencia y con el objetivo de que Chamarrita recuperara sus hábitos silvestres de forma progresiva. Con el tiempo, la joven hembra comenzó a cazar por sus propios medios, a adaptarse al entorno y a reducir cada vez más el contacto con las personas. Se monitoreó con el menor contacto humano posible”. Una liberación planificada El caso de Chamarrita no quedó como un hecho aislado. Su llegada a El Potrero reactivó un viejo proyecto: trabajar en la conservación del aguará guazú en Entre Ríos, una especie declarada Monumento Natural Provincial por Ley Nº 11.079, ya que es un símbolo de la biodiversidad y sobre la cual aún hay poca información a nivel local. Así fue que se impulsó la creación de un programa de reintroducción del aguará guazú, aprobado por la Secretaría de Ambiente. “Es un animal que puede recorrer cientos de kilómetros en pocos días y abarcar miles de hectáreas buscando alimento”, explicó Földesi. Esa característica fue clave para definir que el mejor lugar para liberarla era la misma reserva donde había aprendido a moverse de nuevo. Antes de su liberación, el equipo veterinario le colocó un collar satelital para monitorear sus movimientos. Se le hicieron revisiones clínicas, análisis y una radiografía para confirmar que la fractura había sanado correctamente. Foto: Rafael Abuin “Se siguieron todos los protocolos nacionales y el collar permitirá que podamos seguirla y entender más sobre sus hábitos”, resumió Földesi. El 26 de junio se realizó la suelta blanda: se abrió la puerta del corral de presuelta y Chamarrita salió por sus propios medios. El director de Áreas Naturales Protegidas de la provincia, Pablo Aceñolaza, enfatizó la relevancia de este suceso: "Hoy, junto con actores públicos y privados, marcamos un hito en la conservación con su reintroducción en una de las áreas protegidas más grandes de la provincia. Este acto no sólo ayuda a restaurar una especie clave para el equilibrio ecológico, sino que también simboliza el compromiso con la conservación de la biodiversidad. Este proyecto es un llamado a la acción e invita a comunidades, científicos y gobiernos a unirse en la defensa de nuestro patrimonio natural". Más que una historia individual Chamarrita no es sólo un aguará guazú que volvió a caminar libre. Su caso marca la primera liberación formal de esta especie en Entre Ríos dentro de un programa técnico aprobado. Desde la reserva recuerdan que no representa ningún peligro para las personas: no es un animal agresivo ni ataca al ser humano. Por el contrario, su presencia debe ser celebrada como un signo positivo para la salud de los ecosistemas. El monitoreo satelital permitirá ahora conocer más sobre sus recorridos, su capacidad de adaptación y su posible aporte para conectar poblaciones aisladas. Földesi señaló: “En Entre Ríos hay muy poca información sobre el aguará guazú y su seguimiento nos permitirá aportar datos valiosos para la conservación de la especie”. Foto: Rafael Abuin El regreso de Chamarrita al paisaje entrerriano no solamente es la recuperación de un animal: es un llamado a cuidar los ambientes naturales que muchas especies necesitan para sobrevivir. Una especie única y protegida Su nombre científico es Chrysocyon brachyurus y es el cánido más grande de Sudamérica. Su nombre significa "zorro grande" en guaraní, aunque no es ni un zorro ni un lobo, sino una especie única. Tiene patas largas, pelaje rojizo y una melena negra en el lomo que se eriza cuando se siente amenazado. Habita principalmente en los pastizales, sabanas y humedales de Brasil, Paraguay, Bolivia y el norte de Argentina, incluyendo algunas zonas de Entre Ríos. Es un animal solitario, de hábitos crepusculares y nocturnos, que se alimenta de pequeños vertebrados, insectos, huevos y frutas, entre ellas la "fruta del lobo", esencial para su dieta. En Entre Ríos, está protegido como Monumento Natural Provincial, una categoría que prohíbe su caza, captura o tenencia. Las principales amenazas para la especie son la pérdida del hábitat, los atropellamientos y los ataques de perros.
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