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  • Boom de importaciones: el fenómeno Shein acorrala a la industria textil nacional

    La Paz » Politica con vos

    Fecha: 28/06/2025 13:25

    Ropa con precios muy por debajo de la media del mercado, envíos gratis y amplia variedad de talles son algunas de las variables que llevan a los consumidores a optar por marcas importadas. Desde que el Gobierno eliminó las restricciones a las importaciones en 2024, empresas como Shein, Temu y Amazon penetraron con fuerza en el mercado local y cada vez son más los consumidores que eligen productos en sus plataformas. Más allá de la variedad en los productos, existen factores que inciden directamente en la decisión de compra de los usuarios, como ser la amplitud de talles; la calidad, el precio y los envíos gratis, entre otros. Según el Indec, las importaciones registraron un salto interanual del 42,8% entre enero y marzo, a la vez que aumentaron un 17,7% respecto del último trimestre del año pasado. Además, en la actualidad el 70% de la indumentaria proviene del exterior, cuando históricamente estaba situada en un 40%. Sumado a todo esto, el dólar barato y la disminución de los aranceles a las importaciones fueron claves para permitir el ingreso al país a plataformas de origen extranjero que, aún enviando sus productos puerta a puerta o mediante los servicios de courier, hacen la diferencia frente a muchos de los productos de industria nacional. Luciano Galfione, presidente de la Fundación Protejer, opinó sobre este fenómeno y el por qué de su llegada puntual a la Argentina: «Esas empresas lo que hacen es buscar mercados donde haya una facilitación importante a la hora del comercio exterior. Argentina eliminó todo tipo de control, bajó aranceles y por eso se convierte en un mercado muy atractivo para empresas de fast fashion. Ni de diría de fast fashion, ultra fast fashion». «Su objetivo es ubicar productos a cualquier costo, sin importar valores. Es ubicar mercadería rápido y con mucha rotación, a contramano de lo que está haciendo el mundo», evaluó. Para entender el por qué de la complejidad de los precios de la ropa y de por qué es cara en Argentina, uno de los puntos de partida que tomó en cuenta Galfione es que «en Argentina y Europa tenemos leyes laborales y ambientales que son estrictas. Toda legislación que a la hora de producir tenemos que cumplimentar, estas empresas no las tienen». Según un análisis elaborado con información proveniente de las propias empresas, la empresa china Shein es la marca de ultra fast fashion que más contamina. Los empresarios textiles reconocen que la competencia los hace «más eficientes y mejores», pero reclaman que «a la hora de competir es en desigualdad de condiciones» y cargan la responsabilidad en los Estados, únicos capaces de «regular las asimetrías». «Obviamente me sale más caro producir si tengo protección social, que pagar sueldos dignos a los trabajadores; todas cosas que hacemos con gusto. Como contrapartida, como esas empresas no respetan esos mínimos internacionales, estamos en inferioridad de condiciones», afirmó Galfione sobre la desigualdad existente en la industria. Luego, remarcó que «esto está potenciado por medidas de gobiernos locales en las que el estado nacional dispuso que se puede importar hasta u$s400 sin aranceles. Ni siquiera se respetan los aranceles establecidos, que se los bajaron de forma unilateral. Nosotros pagamos IVA, ingresos brutos e impuestos municipales cuando ese tipo de empresas no lo hacen». La industria textil, entre la espada y la pared por las trabas burocráticas que exceden a la cuestión impositiva El presidente de Protejer explicó que, además de la cuestión impositiva, existen otros factores que hacen cuesta arriba el proceso productivo y que, indefectiblemente, también impactan en el precio final al consumidor. Entre ellas mencionó cuestiones de infraestructura como el estado de las rutas, que ralentiza y encarece los traslados de la mercadería; como así también la existencia de tasas de interés que, cuando en el mundo se pagan alrededor de un 3%, en Argentina se abona el 40%. También destacó la cuestión de las políticas de cada empresa. «En estas compañías, a partir de los u$s100 no se cobra ni siquiera envío. Imagináte si pudiese ser competitivo… esos son los problemas, no porque no produzcamos, no por la tecnología o el know how… hoy nos encontramos con esas barreras». Otro ítem que Galfione también consideró al momento de sumarle carga al precio del producto final tiene que ver con el rol de las tarjetas de crédito para la financiación de la prenda. «Las tarjetas de crédito cobran seis veces más comisiones en Argentina que el mundo. Así es que Shein le cobran seis veces menos que a mí, porque las comisiones se las cobran a los productores. Esto nos hace poco competitivos», lamentó. Debido al fenómeno de Shein, en redes sociales se generan continuamente debates en los que priman los reclamos por precios altos a los que se suman materias primas de baja calidad y también la falta de talles. En el caso particular de la marca china, no solo los precios son tentadores, sino las condiciones que impone la empresa. En la landpage apenas se ingresa al sitio de e-commerce, te obligan a iniciar sesión a la vez que te brindan un jugoso cupón de descuento para tu primera compra de regalo. Además, colocan rebajas tentadoras en cada micrositio y remarcan el envío gratis a domicilio. Para Galfione, el concepto de calidad se tornó «muy subjetivo»: «Acá se produce con las mismas materias primas que en el exterior. El 80% o 70% de la producción local de pantalones de jean tiene calidad internacional, por lo que hay gran subjetividad». En la misma línea, añadió: «Cuando a la calidad le metés precio al lado, ahí comienza a pesar. Si compras en Argentina más caro respecto de una de HyM de Estados Unidos, pensas que es caro y que la de HyM es mejor. Entonces, para vos la remera no vale lo que vale en EEUU porque Argentina tiene un problema estructural. No es porque se produzca más caro, sino que el problema es que se vende ropa más caro porque todo en general es caro en nuestro país. En la indumentaria queda más visible porque los productos están de manifiesto». Por otro lado, sobre los talles, el titular de Protejer opinó que «Shein tiene un mercado internacional gigantesco que vende a personas que viven en otras partes del mundo, donde los cuerpos no tienen nada que ver con los nuestros». «Nosotros no tenemos esa posibilidad porque el mercado es más chico, los cuerpos son distintos y, por ende, la oferta y el mercado también. No puedo salir al mercado global porque es imposible competir fuera de Argentina con estos precios. Es el huevo o la gallina», reconoció. (C5N)

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