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» Data Chaco
Fecha: 28/06/2025 11:50
Este sábado 28 de junio se celebra el Día Internacional del Árbol, una fecha que invita a repensar nuestra relación con esos silenciosos aliados que nos protegen del calor, filtran el aire, amortiguan el ruido y embellecen las calles. En Resistencia, no son solo parte del paisaje: son protagonistas de una causa urbana que crece hoja por hoja. En la raíz de esta cruzada está Vanina Abras, referente del colectivo Árboles Urbanos, una organización que nació del amor por las especies locales y de la urgencia de frenar los daños que sufren a diario. "No queremos podas drásticas, sino formativas", explicó a DataChaco en una entrevista realizada semanas atrás. Y lo dice con conocimiento técnico, pero también con la pasión de quien lleva una podadora en el baúl del auto "por si algún árbol necesita una mano". La agrupación funciona como red de monitoreo, consejería improvisada y centro de recepción de denuncias vecinales: "Nos mandan fotos, videos, consultas sobre plagas, raíces y hasta cómo plantar", cuenta Abras. Lo hacen todo sin cargo, y con una premisa clara: ningún árbol debería sufrir por desconocimiento o negligencia. Un árbol, una cuadra, una diferencia Entre cables, veredas estrechas y changarines sin capacitación, los árboles urbanos muchas veces terminan mutilados o enfermos. "No tenemos un invierno que selle heridas. Si cortás una rama grande, después viene la lluvia y los hongos hacen su trabajo", advierte Vanina. El daño no es solo estético: ramas debilitadas pueden caer y causar accidentes. Pero también están los árboles sanos, bien plantados y cuidados desde pequeños. Según la experiencia del colectivo, una cuadra con entre 9 y 12 árboles puede ayudar a combatir el frío actuando como barrera contra el viento, y bajando la temperatura en los días de calor extremo. Además, actúan como filtros de polvo y contaminantes, y ofrecen resguardo frente a las heladas. ¿Qué plantar y cómo? El entusiasmo por plantar árboles muchas veces choca con la falta de información. No todo árbol puede crecer en cualquier vereda, ni es cuestión de gusto personal. "Hay que conocer la especie, el tamaño que alcanza, las raíces, el entorno. Un palo borracho no puede ir pegado a una casa", explicó Abras. Y sugirió alternativas locales como el ceibo rojo, el chañar, el jabonero chino o la pata de buey. Incluso tiene su propio truco casero para plantar sin dañar cimientos: una bolsa de alimento balanceado de 10 kilos, con el fondo cortado, sirve como guía y contención para que las raíces crezcan hacia abajo. ¿Y las leyes? Existe una ordenanza en Resistencia —la N.º 2093— que protege al arbolado urbano. Pero como tantas buenas leyes, necesita ciudadanía activa para que se cumpla. Por eso, desde Árboles Urbanos piden involucramiento: desde parar una poda mal hecha, hasta sumarse a los encuentros, radios comunitarias o plantaciones colectivas. "Un árbol no tiene geometría. Se conecta con el del vecino, se asoma al terreno de al lado. Eso es lo natural", dice Vanina. Tal vez ahí está la clave: los árboles enseñan a vivir en comunidad, incluso sin palabras. Notas Relacionadas
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