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» Diario Cordoba
Fecha: 28/06/2025 03:10
El Ministerio de Transportes y Sostenibilidad Urbana ha dado un paso más para la mejora de la Autovía de Andalucía (A-4), un asunto que colea desde hace años y que parece que puede desbloquearse. Ojalá. Las comunicaciones son vitales para cualquier territorio, pero mucho más en aquellos enclaves denominados estratégicos, como es el caso de Córdoba. La provincia comenzó a cambiar, para bien, allá por el año 1992 con la línea de Alta Velocidad Madrid-Sevilla y la citada autovía, lo que nos colocó en el mapa del transporte y abrió muchas puertas para reactivar nuestra economía. Han pasado varias décadas desde entonces y en algunos aspectos hemos mejorado, pero en otros seguimos acumulando una serie de déficits que, más pronto que tarde, habrá que resolver si queremos dejar de decir aquello de que «Córdoba tiene un gran potencial» para pasar a la fase en la que aseguremos que hemos despegado definitivamente. La realidad hoy de nuestras infraestructuras viarias es muy dispar. En el caso del aeropuerto, parece que se le está tratando de dar un impulso para que lleguen vuelos regulares, si bien los precios que se ofertan no pueden competir en la actualidad con los de otros aeródromos. Como debate, ahí lo dejo para quien quiera profundizar, decir que ha habido expertos en esta materia que siempre han defendido que la mejor opción para Córdoba sería que los aeropuertos de Sevilla y Málaga tuvieran un acceso directo por alta velocidad desde nuestra ciudad. En cuanto al AVE, después de 35 años, el Estado está mejorando la infraestructura, lo cual debe mejorar el servicio, pero el gran reto en la actualidad sigue siendo resolver las enormes incidencias diarias, los retrasos y la rebaja en la calidad que se presta a los viajeros. Pero la gran oportunidad, sobre todo económica, para Córdoba es el desarrollo del denominado Corredor Central, una especie de autopista ferroviaria desde Algeciras hasta Zaragoza que tiene en El Higuerón un complejo logístico de primera magnitud. Ha habido y hay reivindicaciones de organizaciones empresariales y de instituciones para consolidar esa posición, pero tal vez aún falta algo de pedagogía para explicarle a la sociedad cordobesa lo que podría suponer este espacio en generación de negocio y empleo. Sobre todo porque no basta solamente con mejorar ese eje viario central en cuanto a sus prestaciones, sino que El Higuerón necesita un empuje para su ampliación que camina despacio y al que le queda mucho recorrido. De hecho, uno de sus atolladeros es la conexión por carretera desde la Autovía A-4 hasta esta estación, una obra sobre la que los gobiernos andaluz y central, de todas las ideologías, han ido echando balones fuera con una insolencia que los cordobeses no merecemos. En cuanto a las carreteras, aunque ha habido avances notables, la realidad es que Córdoba sólo cuenta con una autovía de las denominadas de primer nivel, que es la A-45 entre la capital y Antequera. El resto son conexiones que se han quedado anticuadas o que, simplemente, no existen. Calificar cono vía de alta capacidad la variante de la capital es un insulto a la inteligencia, con atascos enormes y sin una alternativa para quienes se ven obligados a utilizarla. Cualquier mejora en la A-4 debe pasar irremediablemente por una nueva ronda, que deje el actual itinerario de uso exclusivamente local. Sobre el resto de los 88 kilómetros que conforman el trazado de la Autovía de Andalucía por la provincia, pues simplemente decir que no se ajustan a lo que tienen que ser unas comunicaciones por carretera modernas y eficientes, con trayectos casi impracticables y tramos como el de la Cuesta del Espino del que se han elaborado unos cuantos estudios informativos, pero que sigue en la misma situación que hace 40 años. A todo ello tenemos que sumar que, de forma incomprensible, Córdoba y Jaén no está unidas por autovía por falta de voluntad política, a pesar de las reivindicaciones de los sectores sociales y empresariales de las dos provincias para desdoblar la A-306. El caso más de delirante es la carretera N-432 Badajoz-Córdoba-Granada, una trampa mortal para los conductores en un eje viario que cruza de norte a sur la provincia y cuya conversión en autovía no se acomete que por la negligencia de los distintos gobiernos. Así llevamos más de dos décadas. Si queremos situar a Córdoba en el mapa, no sólo hay que modernizar y adaptar nuestras infraestructuras a las nuevas realidades logísticas y económicas, sino abordar de una vez las asignaturas pendientes, para lo que sería necesario un rigor y un compromiso que, hasta ahora, los gobernantes de este país no han sabido mostrar. *Presidente de la Federación Provincial de Comercio Córdoba y vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO).
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