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» tn24
Fecha: 27/06/2025 15:45
Tal como se había anticipado, el Gobierno nacional confirmó este viernes que a partir del 1° de julio volverán a regir las alícuotas plenas para los principales cultivos de verano. La medida fue publicada en el Boletín Oficial mediante el decreto 439/2025, firmado por el presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo. Con la nueva disposición, la soja pasará a tributar nuevamente el 33% y el maíz el 12%, tras varios meses de reducción temporal. También se eleva la alícuota del girasol, que retorna al 7%. Por otro lado, el decreto extiende hasta marzo de 2026 la baja impositiva para el trigo y la cebada, que seguirán con un 9,5%, pero bajo una nueva condición: los exportadores deberán liquidar el 90% de las divisas dentro de los 30 días hábiles posteriores a la DJVE. Quienes no cumplan con ese plazo perderán el beneficio. Desde el Ejecutivo justificaron la prórroga en la necesidad de preservar la competitividad exportadora de estos cultivos, cuya campaña 2025/2026 está en curso. En contraste, se consideró que la soja y el maíz, con cosechas ya avanzadas, no requieren el mismo tratamiento. La reacción del campo no se hizo esperar. Confederaciones Rurales Argentinas expresó su preocupación por el impacto de la restitución de las alícuotas más altas, mientras que Coninagro alertó sobre la incertidumbre que la medida genera en un momento clave para la planificación productiva. Pese al malestar del sector, el Gobierno destacó que la rebaja temporal ya permitió un fuerte ingreso de divisas: desde enero se registraron ventas al exterior por más de 5.000 millones de dólares, con 15,8 millones de toneladas de subproductos de soja y casi 18 millones de toneladas de maíz anotadas. En lo inmediato, los analistas anticipan que la suba de retenciones podría enfriar las operaciones comerciales de los próximos meses. La decisión se conoce, además, en vísperas de la exposición de La Rural, donde se espera la presencia del presidente Milei y posibles mensajes dirigidos al sector agropecuario. El cambio en el esquema tributario responde a la estrategia del Gobierno de fortalecer las reservas del Banco Central y sostener el superávit fiscal, aunque la tensión con el campo marca un nuevo capítulo en la relación entre el Ejecutivo y uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional.
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