Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • La amenaza latente del desahucio en Córdoba

    » Diario Cordoba

    Fecha: 27/06/2025 15:38

    La pandemia de covid llevó a aplicar una serie de medidas de moratorias que paralizaron temporalmente los desahucios de muchas familias cordobesas, tanto en pisos en proceso de ejecución hipotecaria como alquilados. Transcurrido el tiempo, esos procesos se han reactivado provocando una cascada de lanzamientos. Los últimos datos hablan de cuatro desalojos a la semana en el primer trimestre del año. Manuel Redondo: «Espero que el juez pare esto, no sé qué hacer» Manuel tiene 67 años y su mujer, 64 años. / CÓRDOBA Manuel Redondo tiene 67 años, vive con su mujer, de 64 años, y viven con una espada de Damocles sobre la cabeza desde hace varios años, en los que su vida ha ido «de mal en peor», según relata. «Hemos pasado una racha malísima, tuvo un accidente, me caí y desde entonces ya no hemos levantado cabeza», asegura, mientras explica que está pendiente de que los echen de su casa si el juez no acepta la solicitud de moratoria en la aplicación del lanzamiento que la asociación Anfane. «Espero que el juez pare esto, no sé qué vamos a hacer». Manuel ha trabajado siempre en la hostelería como camarero y pinche de cocina. Su mujer tiene reconocida una discapacidad del 65%, pero no tiene ayudas. «Ella perdió un ojo y con el otro apenas ve», explica, «cuando yo trabajaba íbamos al día, pero me hice daño en una pierna y con la baja empecé a cobrar menos, hasta que no pude hacer frente a los pagos». Según cuenta, los recibos de la hipoteca llegaban el día 1, pero él cobraba el día 10. «Empezaron a llegar con recargo». Los pagos con la tarjeta de crédito se acumularon hasta que dejó de pagar la hipoteca. De eso hace «tres o cuatro años», explica, aunque no parece tener muy claras las fechas. Tanto su mujer como él, que ha engordado considerablemente y ahora se mueve con un andador, sufren una profunda depresión. «Cuando llego a mediados de mes, ya no tengo ni un duro, así que voy al banco para que me haga un anticipo, todo está cada vez más caro, así que cuando ingresan la pensión, la cuenta se lo chupa todo». Según Manuel, los impagos hicieron que perdiera la antigüedad «en los muertos y ahora tengo que ponerme al día, así que entre eso, la luz, el agua y la comunidad, a la que también le debía dinero, hay meses que no nos llega ni para comer». La asociación Anfane supo de este caso en el año 2020, cuando ya estaba en marcha la ejecución hipotecaria. Aunque intentaron solicitar que se aplicara el código de buenas prácticas, no fue posible porque el banco había vendido su deuda a un fondo de inversión. «El piso ya está subastado, pero hemos pedido que se aplique la moratoria hipotecaria hasta mayo de 2028», explican, «de momento, no tenemos respuesta». Juan Alba: «Con mi pensión, no puedo pagar más de 300 euros» Juan Alba tiene 81 años y no sabe dónde vivirá en unos meses. / CÓRDOBA Juan Alba tiene 81 años y no sabe dónde vivirá en unos meses o el año que viene si el banco cumple la amenaza de desahucio. De momento, no se ha fijado fecha de lanzamiento, pero está a la espera mientras busca ayuda desesperadamente. Hace diez años que vive de alquiler en un local transformado en vivienda en Levante. Ha sido cocinero toda su vida, hasta que se jubiló con 67 años, pero perdió su casa en propiedad después de divorciarse. Cuando alquiló el sitio en el que vive ahora no sabía que sobre él había pendiente una ejecución hipotecaria. «He pagado religiosamente mi alquiler de 300 euros todos los meses hasta que el dueño me dijo que el piso ya era del banco y que no hacía falta que le pagara más», recuerda. Ahí empezó la pesadilla que mantiene en vilo a este octogenario, que está en lista de espera para un piso de alquiler para mayores de Vimcorsa, aunque de momento, parece que no le corresponde «aunque según la asistenta social mi caso es grave», apostilla. La ejecución del desahucio va en contra del propietario, pero quien se verá afectado es él como inquilino. «Con mi pensión, no puedo pagar un alquiler normal, están por las nubes, es imposible, lo más barato que he encontrado cuesta 600 euros y yo no podría hacer frente a algo así», explica encogiéndose de hombros. La asociación Anfane está reclamando la concesión de un alquiler social, «pero no la aceptan porque al parecer el local no tiene cédula de habitabilidad, no se considera vivienda, a pesar de que tiene seguro del hogar», explican. Juan Alba no tiene familia, pero algunos amigos se ofrecieron a ayudarle para que pudiera comprar el inmueble, pero el banco lo rechazó. «Yo he sido cocinero toda la vida, empecé en el bar Siena, en Las Tendillas, luego me fui a Barcelona y de vuelta, he trabajado en la Almudaina, en el Oasis Sierra y por último, ocho años en Los Berengueles, he sido un profesional muy bueno, lo puedes preguntar a las personas que me conocen», afirma convencido, «podría tener mi vivienda propia, pero mi vida ha sido un poco triste, de eso prefiero no hablar». Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por