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» Diario Cordoba
Fecha: 27/06/2025 14:32
Y del revés, lentamente, porque con 41 grados en la ola de calor que dicen que viene, como si la semana entera hubiera sido de primavera helvética, va a ser difícil no responder a los pitidos en el coche, al empujoncito en el autobús o a la última impertinencia de los jóvenes adolescentes sin colegio y con desasosiego vital. No discutir, es el mantra que me repito todas las mañanas cuando el termómetro no supera los veinticinco, pero luego viene el aire asfixiante, el sudor, la falta de sueño y la escalada de nuevo. Y así empieza el verano de las dificultades para la conciliación, de la masificación de playas y montañas, de los precios imposibles, del riesgo de incendios, de los golpes de calor, de las verbenas, de la alegría compartida y de la soledad lacerante para muchos. Y ajenos a este fluir de las estaciones, y a las ganas que tenemos de olvidarnos por un rato de todo, nos siguen gritando que somos un mal país o un problema para el mundo, retransmitiendo en directo el servilismo vergonzante de los poderosos sin muestra de rubor. Aunque también te digo, Mark Rutte, si yo viviera en La Haya me gastaría otro genio, e incluso vería a Donald Trump con ojos de líder político convencional, y no como a un presidente errático en sus decisiones, débil con los poderosos y cruel con el resto, más preocupado por sus negocios que por la democracia en el mundo. Pero cuento hasta diez y me digo, ha sido elegido democráticamente, a veces incluso de Netanyahu, se me contagia este empeño de legitimar sus ansias aniquiladoras porque salió electo en unas urnas, como si todo lo de alrededor de ese sistema político no estuviera quebrado y convertido en un estado militar. A mediodía, casi me parece creíble la teoría del pucherazo electoral de la que advierte Aznar, y le sigue Núñez Feijóo, que debe estar pidiendo que el 5 de julio llegué pronto y pasé su congreso nacional antes de tener que seguir diciendo cosas tan centristas. Sánchez tiene más etapas que cerrar sin ver el futuro inmediato resuelto, le pasa como a mí, que el verano se me va a hacer eterno, su comité federal, armar una renovación del Consejo de Ministros, negociar unos presupuestos generales a modo de cuestión de confianza con sus socios, que van engrosando el grupo mixto, mientras Yolanda Díaz se va quedando sola. Rehacer relaciones en verano es complicado porque el escapismo es el movimiento más deseado. Cuando anochece, vuelvo a respirar y pensar que nada es para tanto, ni siquiera que Feijóo y Abascal se hayan reunido para hablar de la situación internacional, porque no, todavía no es vicepresidente del gobierno. *Politóloga
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