27/06/2025 18:00
27/06/2025 18:00
27/06/2025 18:00
27/06/2025 18:00
27/06/2025 18:00
27/06/2025 18:00
27/06/2025 18:00
27/06/2025 18:00
27/06/2025 18:00
27/06/2025 18:00
» Elterritorio
Fecha: 27/06/2025 13:16
La nutricionista Anabel Cornier Terrazas explicó por qué este conjunto de microorganismos que habita en el cuerpo humano es clave para la salud digestiva, el sistema inmune y el bienestar emocional. viernes 27 de junio de 2025 | 12:00hs. “No es bueno vivir con dolor”, afirmó la nutricionista Anabel Cornier Terrazas en diálogo con el programa Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7 al referirse a los síntomas persistentes que podrían estar relacionados con el desequilibrio de la microbiota intestinal. En el marco del Día Mundial de la Microbiota, celebrado este 27 de junio, la profesional destacó la importancia de cuidar ese universo invisible de microorganismos que habita no solo en el intestino, sino también en la piel, la boca, el tracto vaginal y pulmonar. La microbiota, explicó Cornier, es una comunidad compleja integrada por bacterias, virus, hongos y parásitos que viven en simbiosis con nuestro cuerpo. “Empezamos hablando de microbiota intestinal, pero con el tiempo se descubrió que está presente en muchos otros órganos. Y su rol va mucho más allá de lo digestivo: influye en nuestro estado emocional, el sistema inmune y hasta en la calidad del sueño”. El auge de diagnósticos como el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) puso en el centro de la escena a estos microorganismos. Según Cornier, esta condición está cada vez más visibilizada. “El SIBO se da cuando ciertas bacterias fermentadoras crecen de más, generando síntomas como hinchazón, gases, diarrea o incluso alteraciones en la piel y el ánimo. Por eso, muchas veces nos referimos al intestino como nuestro ‘segundo cerebro’”, explicó. La profesional subrayó que más del 80% del sistema inmunológico se encuentra en el intestino. “Si el intestino está alterado, eso repercute en todo el organismo. Por eso es clave alimentarnos de forma consciente, con menos ultraprocesados y más comida real”, recomendó. Entre los hábitos que dañan la microbiota, la nutricionista mencionó el elevado consumo de azúcares y alimentos industrializados. “Los aditivos vuelven más vulnerable a la microbiota, y el azúcar potencia el crecimiento de bacterias patógenas cuando ya hay un desequilibrio”, advirtió. No se trata solo de qué comemos, sino también de cómo vivimos: “El descanso, el manejo del estrés y la actividad física son tan importantes como la alimentación. Y el uso excesivo de medicamentos, especialmente antibióticos, también altera este ecosistema”. En ese sentido, Cornier recomendó volver a cocinar en casa, incorporar frutas, verduras y cereales integrales, y prestar atención a las señales que da el cuerpo. “No hay que normalizar sentirse mal. Si tenés síntomas digestivos persistentes, cambios en la piel, fatiga o mal descanso, lo mejor es consultar. Los nutricionistas formados en microbiota podemos hacer una evaluación profunda y derivar a otros profesionales como gastroenterólogos si es necesario”. En relación al mate, una costumbre extendida en Argentina, Anabel aclaró que no es dañino en sí mismo, pero sí lo pueden ser los hábitos que lo acompañan. “El problema aparece cuando reemplaza al desayuno o se lo acompaña siempre con productos de panadería. La clave está en qué combinamos con el mate”, señaló. Además, remarcó que la yerba mate tiene propiedades beneficiosas, como aportar vitaminas y favorecer la hidratación. Por último, dejó un mensaje de concientización: “Cuidar nuestra microbiota no solo mejora la digestión, también puede cambiar cómo nos sentimos, cómo dormimos y hasta cómo enfrentamos el día. El intestino nos habla: hay que aprender a escucharlo”.
Ver noticia original