27/06/2025 19:00
27/06/2025 19:00
27/06/2025 18:59
27/06/2025 18:57
27/06/2025 18:57
27/06/2025 18:56
27/06/2025 18:55
27/06/2025 18:54
27/06/2025 18:53
27/06/2025 18:53
Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 27/06/2025 12:59
El Dr. Fernando Rivas, tocoginecólogo con más de 30 años de experiencia, nos explica qué es el parto respetado. El parto es un momento trascendental en la vida de toda persona gestante y su familia. En los últimos años, el concepto de “parto respetado” ha ganado fuerza como un enfoque que busca garantizar derechos fundamentales, priorizando la naturalidad del proceso y la autonomía de la persona que da a luz. Sin embargo, todavía existen dudas, mitos sobre las intervenciones médicas respecto a las decisiones que se toman durante el trabajo de parto como a la hora de una cesárea. Para despejar esas inquietudes y ofrecer una mirada profesional, dialogamos con Fernando Rivas, tocoginecólogo con más de 30 años de experiencia, quien nos explica qué es el parto respetado, cuándo es realmente necesaria una cesárea, cómo se respeta la voluntad de la paciente y cómo ha evolucionado la atención obstétrica en nuestro sistema de salud. —¿Qué se entiende por “parto respetado”? “El parto respetado es conocido así como aquel en el que no se realiza ningún tipo de intervención obstétrica sobre el proceso natural del parto. Siempre existió una obstetricia más intervencionista, con prácticas constantes sobre el cuerpo de la persona gestante. El parto respetado busca rescatar lo contrario: dejar que el proceso ocurra de forma natural, sin intervenciones innecesarias. Hay una ley que establece pautas claras: el derecho de la paciente a elegir cómo parir, con quién estar acompañada, el respeto a su intimidad y comodidad. Por ejemplo, si una mujer quiere estar sola, se respeta; si desea estar acompañada por su pareja o una persona cercana, también. Ahora bien, en la práctica, sobre todo en el ámbito público, nos enfrentamos con obstáculos edilicios que dificultan que esto se cumpla como debería. Muchas veces no hay espacio ni condiciones para garantizar privacidad o acompañamiento.” —¿Cuáles son los factores médicos que justifican la realización de una cesárea? “Existen indicaciones médicas muy puntuales que justifican una cesárea. Por ejemplo, si se detecta sufrimiento fetal, lo que puede llevar a una hipoxia (falta de oxígeno para el bebé), hay que actuar de inmediato. En esos casos, no se puede esperar, porque está en juego la vida o la salud del recién nacido. También hay razones relacionadas con la posición del bebé. Si está en posición podálica (de cola), aunque en algún momento se intentaban partos en esas condiciones, hoy se recomienda cesárea por los riesgos y la duración que implica ese tipo de parto. Otra situación frecuente es cuando hay un trabajo de parto prolongado, lo que se conoce como ‘falta de progresión’. Es decir, que la cabeza del bebé no logra rotar internamente como debe para atravesar el canal de parto. Si eso no ocurre después de muchas horas, la mujer está agotada y el bebé no desciende, ahí se decide realizar una cesárea. Lo importante es que, incluso en estas situaciones, la decisión se habla con la paciente. El parto respetado también implica que el médico explique claramente por qué se hace lo que se hace. No es imponer una cesárea sin diálogo, sino explicar por qué es necesaria.” —¿Qué rol cumple el obstetra en la toma de decisiones durante el trabajo de parto? ¿Cómo se garantiza el respeto por la voluntad de la paciente? “Es fundamental el diálogo. Cuando una paciente no quiere una cesárea, por ejemplo, y desde lo médico se evalúa que sí hace falta, se le explica. Es importante que entienda que no es un capricho médico, sino una necesidad real. Hay que hablarle en un lenguaje claro, sin tecnicismos, porque es un momento donde está vulnerable, con dolor, contracciones, emociones. Hay que transmitir tranquilidad, explicar los riesgos, los beneficios, y dar lugar a que pueda tomar decisiones informadas. Ahora, si se trata de una urgencia, como un desprendimiento de placenta o un sufrimiento fetal agudo, ahí se actúa rápidamente. La explicación se da igual, pero después. En esos casos no hay tiempo de negociación, porque está en riesgo la vida del bebé. Pero si hay margen, se conversa, se le da tiempo a la paciente, y se decide con ella.” —En algunos sectores sociales circula la idea de que hay un “negocio” detrás de las cesáreas. ¿Qué puede decir al respecto desde su experiencia? “Personalmente, no entiendo de dónde sale esa idea. Mis honorarios, por ejemplo, son los mismos si realizo un parto natural o una cesárea. No hay diferencia económica. Incluso, te doy un dato: hasta hace poco, IOSPER (la ex obra social provincial) pagaba menos por una cesárea que por un parto. Recién ahora se logró que reconozcan el mismo valor. En realidad, las cesáreas generan más gastos, sí, pero para la institución o la obra social: internación más larga, uso de quirófano, medicamentos, otro médico que asiste como ayudante… pero no es que el obstetra gana más. Ahora, sí es cierto que ha aumentado el número de cesáreas, y hay múltiples factores: por un lado, pacientes que eligen programar una cesárea por comodidad, miedo o deseo personal. Y por otro lado, puede haber cierta comodidad desde lo médico también, como evitar partos a la madrugada. No lo niego. Pero decir que es un negocio en sí me parece erróneo y hasta injusto. Hoy se utilizan técnicas mucho menos invasivas, con mejores resultados, y la anestesia ha avanzado tanto que el postoperatorio es mucho más llevadero. Las pacientes prácticamente no tienen dolor o tienen molestias mínimas en comparación con lo que era antes. Eso facilita una mejor recuperación, lo que les permite estar en mejores condiciones para cuidar al recién nacido desde el primer momento. De igual manera, no debemos minimizar una cesárea. A veces se escucha decir ‘es una pavada’, ‘te la hacen rápido’. No. Es una cirugía mayor, con riesgos intraoperatorios y postoperatorios. Hay que tenerle el respeto que merece.” —¿Cómo ha cambiado la atención en los últimos años respecto al enfoque del parto humanizado o respetado? “Hace 30 años, si una paciente pedía una cesárea electiva, el médico casi que lo tomaba como una falta de criterio. Hoy se respeta mucho más la voluntad de la persona gestante. Y eso está muy bien, porque tiene derecho a elegir. Sin embargo, el sistema todavía tiene muchas deudas. A nivel hospitalario, y también en algunos privados, no estamos ediliciamente preparados. Lo ideal sería que cada paciente tuviera su propia habitación, que pueda estar con su familia, que ese espacio se transforme en sala de parto sin necesidad de moverla. Eso lo vemos en documentales o series de otros países, pero acá cuesta. Hoy, en los hospitales, hay salas de preparto compartidas, con varias pacientes al mismo tiempo, divididas en box, pero sin puertas. Si entran acompañantes, se pierde la intimidad. Y eso va en contra del enfoque respetado. Por eso digo que hemos avanzado en derechos y en visión médica, pero seguimos atrasados en infraestructura. Y eso, lamentablemente, también condiciona la experiencia del parto.” Fernando Julian Rivas MP 7294 Tocoginecologia rivasf752@gmail.com
Ver noticia original