27/06/2025 17:00
27/06/2025 17:00
27/06/2025 16:59
27/06/2025 16:58
27/06/2025 16:53
27/06/2025 16:53
27/06/2025 16:52
27/06/2025 16:51
27/06/2025 16:51
27/06/2025 16:51
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/06/2025 12:44
La colaboración entre operadores logísticos, autoridades de transporte y gobiernos municipales será clave para que este tipo de modelo se convierta en una alternativa estable, segura y con impacto real (Ilustración: Movant Connection) Madrid explora una solución innovadora para el colapso logístico de las grandes ciudades: transportar mercancías en el metro. Un reciente proyecto piloto puso a prueba esta idea con resultados prometedores. A través de trenes adaptados para mover paquetes en lugar de personas, la capital española avanza en una propuesta que podría transformar radicalmente la forma en que se reparten productos en entornos urbanos densos, aliviando el tráfico y reduciendo emisiones. El experimento se desarrolló en varias líneas de la red madrileña con el objetivo de analizar si la infraestructura subterránea, diseñada para el transporte de pasajeros, puede funcionar también para la distribución de mercancías. La apuesta apunta a reducir el número de camiones de reparto en superficie, uno de los principales factores de congestión en las ciudades europeas. Paquetes bajo tierra: una apuesta eficiente y sustentable Durante las pruebas realizadas entre 2023 y 2024, se lograron movilizar más de 30.000 paquetes sin afectar la experiencia de los usuarios del metro. También se estableció un servicio nocturno, de 19:00 a 20:00 horas, que alcanzó picos de 700 paquetes diarios, lo que permitió evitar cientos de trayectos por las calles. En paralelo, se implementó un segundo ensayo, trasladando paquetes desde zonas periféricas hacia el centro de Madrid antes del inicio del servicio de pasajeros. Además, en una etapa más reciente, se probó una modalidad mixta: camiones llevando paquetes desde un centro logístico externo al depósito del metro en Villaverde, desde donde la carga se transportaba en tren hasta otra estación más alejada. Allí, los envíos se depositaban en taquillas inteligentes para su recolección directa por parte de los consumidores. Estos movimientos permitieron evaluar la capacidad del sistema para integrarse con modelos de última milla sostenibles. En ese sentido, la carga transportada por el metro fue posteriormente distribuida mediante vehículos eléctricos o medios no contaminantes, cerrando el círculo de una logística más ecológica. El impacto de este tipo de iniciativas va más allá del ámbito logístico. Cada paquete que no requiere un vehículo en superficie supone una mejora en la fluidez del tránsito, una reducción de emisiones contaminantes y un descenso en los niveles de ruido. En ciudades con alta densidad poblacional, como Madrid, Barcelona, Buenos Aires o São Paulo, este tipo de innovaciones puede tener efectos inmediatos en la calidad del aire y en la reducción de tiempos de viaje. Un modelo replicable para otras ciudades La existencia de una red de metro consolidada y en expansión ofrece una oportunidad única para repensar el uso de esa infraestructura, especialmente en horarios de no tanta demanda o durante la noche, cuando la frecuencia de pasajeros disminuye. La combinación de transporte ferroviario subterráneo con tecnologías de entrega inteligentes (como lockers o vehículos eléctricos de bajo tonelaje) se perfila como una de las claves para lograr ciudades más limpias y eficientes. Este modelo, si se implementa a mayor escala, podría ayudar a resolver parte del problema del creciente volumen de compras online y su impacto en la distribución urbana. Durante las pruebas realizadas, se lograron movilizar más de 30.000 paquetes sin afectar la experiencia de los usuarios del metro (Foto: Shutterstock) Desafíos: seguridad, coordinación y escalabilidad A pesar de sus beneficios, la iniciativa enfrenta varios desafíos. El primero es la necesidad de garantizar que el transporte de mercancías no interfiera con la operación diaria del metro. Las pruebas fueron cuidadosamente coordinadas para evitar esta situación, pero a gran escala se requeriría una logística precisa y un marco regulatorio específico. Otro reto es la infraestructura de soporte en las estaciones: ascensores, andenes, puntos de carga y descarga, así como espacios de almacenamiento temporario. Para que este sistema funcione de manera eficiente, es indispensable adaptar la red a esta nueva función sin poner en riesgo la seguridad de los usuarios ni alterar los flujos habituales. Finalmente, la colaboración entre operadores logísticos, autoridades de transporte y gobiernos municipales será clave para que este tipo de modelo se convierta en una alternativa estable, segura y con impacto real en la economía urbana.
Ver noticia original