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» El litoral Corrientes
Fecha: 27/06/2025 12:14
Cada 27 de junio se conmemora el Día Mundial de la Microbiota, una fecha que busca visibilizar la importancia de este conjunto de microorganismos que está en el cuerpo humano y que influye desde la concepción en el desarrollo del sistema inmune, digestivo y neurológico, solo por mencionar algunos ejemplos. Actualmente, su relevancia en la salud pública empieza a ser reconocida ampliamente, sobre todo en los primeros años, ya que puede marcar la diferencia en el bienestar a lo largo de toda la vida, según los expertos. Cabe recordar que bacterias, virus, levaduras y hongos, entre otros microorganismos, componen la microbiota, que está presente “en el intestino, pero también en la piel, la leche materna, la vagina, el útero e incluso en las trompas de Falopio”, de acuerdo con Gabriel Vinderola, doctor en Química e investigador del CONICET en el Instituto de Lactología Industrial (INLAIN, CONICET – UNL). “Allí, antes de la fecundación, hay bacterias que podrían estar participando activamente en los procesos reproductivos. Hoy sabemos que el éxito o las dificultades para lograr un embarazo pueden estar influenciados por la calidad de la microbiota vaginal y uterina“, repasó el especialista, quien es docente de la Universidad Nacional del Litoral. Durante el embarazo, las bacterias intestinales de la madre desempeñan un papel crucial. Cuando consume una alimentación variada y saludable, rica en frutas, verduras, cereales integrales y alimentos fermentados como el yogur, las bacterias producen nutrientes que llegan al feto a través del cordón umbilical. “Los nutrientes que producen estas bacterias llegan al feto a través del cordón umbilical, lo que demuestra que nutrir la microbiota materna es una manera de nutrir al bebé antes de nacer”, postuló Vinderola. El inicio de un ecosistema microbiano saludable El nacimiento es una de las etapas importantes para la formación de la microbiota infantil. En el caso del parto vaginal, el bebé entra en contacto con los microorganismos maternos del canal de parto, un proceso que ayuda a colonizar su intestino con Lactobacillus y otras bacterias beneficiosas. Estas son esenciales para preparar al cuerpo para la leche materna. La lactancia materna exclusiva durante los primeros meses de vida sigue siendo uno de los factores más relevantes para el desarrollo de una microbiota equilibrada. Además de los beneficios nutricionales, la leche materna contiene bacterias que promueven la salud intestinal del bebé. Además, establece una base sólida para el desarrollo del sistema inmune y la prevención de enfermedades. La microbiota y su impacto en el metabolismo en la infancia El ecosistema microbiano intestinal está en constante comunicación, y las bacterias juegan un papel fundamental en este proceso. Cuando reciben una dieta equilibrada, que incluye alimentos frescos, frutas, verduras, cereales integrales y productos fermentados como el yogur (especialmente aquellos con probióticos debido a su proceso de fermentación), envían señales bioquímicas beneficiosas a otras partes del cuerpo, como el tracto reproductor femenino. Este vínculo contribuye a reducir la inflamación y la oxidación celular, dos factores que pueden afectar negativamente la fertilidad. Investigaciones realizadas en poblaciones con estilos de vida tradicionales y en individuos sanos han mostrado que modificar la composición de la microbiota intestinal puede influir en la manera en que nuestro cuerpo procesa la energía, lo que podría ser un factor relevante en el desarrollo de afecciones como el sobrepeso y la obesidad. Los expertos sugieren que las variaciones en la microbiota de cada persona podrían ser clave para entender por qué algunas desarrollan problemas metabólicos, mientras que otras, en circunstancias semejantes, no presentan tales complicaciones. “Una microbiota diversa y equilibrada es una aliada clave para el desarrollo de la salud digestiva, del sistema inmunológico, la regulación del apetito, la absorción de nutrientes, la prevención de alergias y la salud emocional de los niños”, indicó el doctor Christian Boggio Marzet, médico pediatra y gastroenterólogo, integrante de PROFENI (Profesionales Expertos en Nutrición Infantil). Un aspecto particularmente interesante es el concepto de microbioma ahorrador, una hipótesis que sugiere que algunas configuraciones microbianas podrían haber ofrecido ventajas evolutivas en contextos de escasez alimentaria al favorecer una mayor absorción y almacenamiento de energía. Sin embargo, hoy en día, con la accesibilidad a alimentos calóricos y altos en azúcares, esta eficiencia podría contribuir a la aparición temprana de obesidad, resistencia a la insulina, hipertensión y otras alteraciones metabólicas. Vinderola precisó: “Entendemos que podría ponerse a trabajar por nosotros en escasez de alimentos, pero también actuar en nuestra contra si ve que no estamos cuidando lo que comemos. Más que nunca, debemos ser conscientes del impacto que lo que hacemos o dejamos de hacer por nuestra microbiota tiene en nuestro organismo”. Cómo fortalecer la microbiota infantil, según los expertos El cuidado de la microbiota comienza desde el nacimiento, pero sus efectos perduran toda la vida. Para promover un desarrollo saludable, los expertos de PROFENI coinciden en varias recomendaciones clave: -Favorecer el parto vaginal cuando sea posible, ya que permite la transmisión de bacterias beneficiosas de la madre al bebé. -Fomentar la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y continuarla junto con otros alimentos hasta al menos los dos años. -Evitar el uso innecesario de antibióticos en los primeros años, ya que estos medicamentos pueden alterar la diversidad de la microbiota. -Introducir una alimentación rica en fibra desde la introducción de sólidos, incorporando frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos (estos últimos según edad y forma segura de consumo). -Fomentar el contacto con la naturaleza, ya que la exposición a diferentes microorganismos en el ambiente también enriquece la microbiota. -Asegurar ambientes libres de humo, tanto de tabaco como de otros contaminantes, ya que la calidad del aire también influye en la salud intestinal y general. Estas prácticas, junto con un entorno saludable y libre de contaminantes, contribuyen a la creación de una microbiota diversa y equilibrada, un factor esencial para la salud digestiva, la regulación del apetito, y la prevención de enfermedades crónicas en el futuro. “Seguramente sea más lo que desconocemos todavía que lo que sí sabemos, pero ya hemos aprendido que existen determinadas medidas concretas que impactan profundamente en la microbiota y que pueden contribuir a proteger la salud futura”, explicó el doctor Omar Tabacco, integrante de PROFENI y expresidente de la Sociedad Argentina de Pediatría. “Cada vez sabemos más. Me parece apasionante lo que sucede en nuestro organismo a partir de la interacción con este órgano vivo y dinámico que es el conjunto de microbios alojados en nuestro intestino“, destacó Vinderola. Y sumó: “La microbiota no se forma solo a partir del cuerpo de la madre. La familia también cumple un rol importante: los besos, los abrazos, todo el contacto con el entorno es parte de la construcción de ese ecosistema microbiano que el bebé irá integrando”. Vinderola ofreció una serie de sugerencias para madres que hayan atravesado una cesárea, ya sea por razones médicas o por elección, así como para aquellas que practican una lactancia mixta o cuyo bebé haya recibido antibióticos. “Los bióticos no reemplazan el valor de un parto vaginal ni de la lactancia materna, pero pueden ser una herramienta poderosa para acompañar la salud del bebé en contextos donde estas prácticas no son posibles o no son las elegidas”, subrayó. La categoría de los bióticos incluye probióticos, prebióticos, postbióticos y sinbióticos. Según el experto, estos compuestos se encuentran en algunas fórmulas infantiles, en leches modificadas, en suplementos dietarios y en algunos yogures, y pueden colaborar en la modulación de la microbiota del lactante. Cómo influye la microbiota en el crecimiento saludable -Favorece la absorción de nutrientes: algunas bacterias ayudan a digerir fibras y a producir ácidos grasos de cadena corta. Estos mejoran la absorción de minerales como el calcio, magnesio y hierro, fundamentales para el crecimiento óseo y el desarrollo general. Además, optimizan la digestión de carbohidratos y proteínas, facilitando la mejor utilización de los alimentos. -Modula el sistema inmunológico: una microbiota equilibrada entrena al sistema inmune, lo que reduce el riesgo de infecciones e inflamación crónica que podrían desviar energía del crecimiento. Además, protege al organismo de bacterias patógenas. -Influye en la producción de hormonas del crecimiento: interviene en el eje intestino-cerebro-hormonas, lo que afecta la secreción de IGF-1 (factor de crecimiento similar a la insulina), hormona esencial en el crecimiento infantil. -Impacta en el desarrollo cerebral: participa en la producción de neurotransmisores como la serotonina, que son fundamentales para el bienestar emocional y el desarrollo cognitivo. Estos factores también afectan indirectamente el crecimiento, como en el caso del sueño, que es crucial durante los períodos de crecimiento acelerado. -Puede prevenir retrasos de crecimiento asociados a malnutrición: en estudios realizados en países con altos niveles de desnutrición infantil, se observa que una microbiota alterada (disbiosis) se asocia con retraso en el crecimiento, aun cuando la dieta sea adecuada. “El desafío actual no se limita a evitar enfermedades, sino que implica construir entornos alimentarios y sociales que acompañen el desarrollo de una microbiota saludable desde el nacimiento hasta la adolescencia. Invertir en la salud intestinal infantil es invertir en salud pública. Fortalecer el microbioma en la infancia es una oportunidad única para sembrar bienestar a largo plazo”, coincidieron especialistas de PROFENI. Fuente: INFOBAE
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