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  • El STJ, en la mira. Investigación periodística le atribuye “manejo discrecional de viáticos, nombramientos sin concurso y ausencias”

    Colon » El Entre Rios

    Fecha: 27/06/2025 09:30

    Atención Esta imágen puede herir su sensibilidad Ver foto Compartir imágen La portada de la Revista Análisis en su última edición Los vocales del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos “tienen un manejo discrecional de viáticos, de nombramientos sin concurso y nadie les pone límite a las ausencias que ellos mismos disponen”, publicó la Revista Análisis.Según un informe elaborado por el periodista Daniel Enz, “entre 2022 y lo que va de 2025, Susana Medina de Rizzo estuvo 191 días hábiles ausente del Poder Judicial. Este año ya no estuvo 32 días. O sea que, en tres años y medio, prácticamente no trabajó un calendario completo (el año judicial tiene no más de 205 días), pero cobró puntualmente su sueldo de casi 15 millones de pesos”.Enz también da cuenta que “entre los 9 vocales, en ese mismo período, gastaron en viáticos el equivalente a un total de 260.767.232 pesos. En dólar oficial de hoy serían 217.306 dólares. Pero también nombraron sin concurso a más de 300 personas (muchas de ellas por bajas producidas), entre ellas a una refugiada política siria, por pedido expreso de Claudia Mizawak y a un integrante de una Fuerza de Seguridad extranjera, perteneciente a una embajada, que estaba amenazado de muerte en Buenos Aires, que solamente permaneció unos meses en Paraná, por exigencia de Susana Medina”.La publicación de la Revista Análisis describe a la cúpula del Poder Judicial entrerriano como “un lugar cerrado, casi hermético, donde poco y nada se ignoran los movimientos de casi todos sus vocales. No se conoce casi nada de las decisiones institucionales que toman, a quiénes nombran y sus fundamentos y el contenido de los Acuerdos de todos los martes se conoce generalmente años después de que se realizan. No se sabe cuánto gastan en viáticos; se desconocen -por lo general- los motivos de los viajes que hacen fuera de la provincia y si realmente se cumplen esos destinos y menos aún se tiene conocimiento de las licencias con goce de haberes que se toman en cada año. Es información que solamente manejan entre ellos o algunos de sus colaboradores directos. Aunque, además, no siempre se sabe qué hace cada uno de ellos y ni siquiera se lo preguntan, por más que estén pared de por medio en sus oficinas. Es la auténtica hoguera de las vanidades, donde para afuera demuestran una cosa y para adentro hay distancias, pujas de poder, egoísmos, envidias y zancadillas diplomáticas entre unos y otros, de las que nadie se quiere hacer cargo cuando se conocen públicamente, aunque ello constituye la nada misma de todo lo que sucede semanalmente o a diario puertas adentro. ‘Cada cual en lo suyo’, repiten por lo bajo cuando alguien se los pregunta”.“Ese silencio del devenir del Superior Tribunal de Justicia –asegura Enz- ha sido propicio para que en los últimos tres años y medio sucedieran demasiadas cosas bajo la más absoluta reserva y sin que nadie del poder político se anime un instante a advertir lo que pasa. Los hombres y mujeres de la política hace ya un buen tiempo que tratan de no ser para nada críticos de los integrantes del Superior Tribunal de Justicia. Mantienen distancia, lo que es también una demostración de cierto temor o recelo, para, si es necesario, no tener las puertas cerradas a la hora de pedir por algún favor. Lo que también se maneja bajo absoluta confidencialidad son los pactos entre los vocales. Nadie devela un llamado, un correo electrónico o un simple mensaje desde la Casa Gris a Tribunales. Es más: hasta se desconocen, cuando se sabe perfectamente que hay vínculos casi semanales entre los hombres y mujeres del poder político y la cúpula del Poder Judicial. Desde uno y otro partido mayoritario. Incluso, hasta se formaron parejas de personas de cierta importancia en el poder político, en las últimas décadas y dos actuales vocales del STJ”.El director de la Revista Análisis considera que la ausencia de controles, ese “no control de nadie desde el poder político (ni siquiera el control contable, ya que la oficina del Tribunal de Cuentas en el Palacio judicial es como un apéndice tribunalicio, por los años que llevan en ese mismo lugar las mismas personas) provoca desprolijidades, abusos de poder y ciertos actos de audacia de parte de un grupo mayoritario de vocales”.Por ejemplo –agrega-,” para que se nombraran, sin concurso previo, a más de 300 personas en diferentes lugares del Poder Judicial, por disposición absoluta de un vocal del STJ y en los últimos tres años y medio. Que se ascienda de categoría a un empleado, sencillamente porque hizo “determinado favor particular” a esa vocal o a algún familiar directo que disfruta de esos placeres. O que se perjudique a otros con cambios de funciones, horarios o destinos, sólo porque no es lo suficientemente complaciente con ese o esa vocal”.“Ese marco de poder puede hacer también que una vocal haga ingresar a trabajar a Tribunales a una militante política siria por un pedido expreso solidario de su hija (más allá de los derechos internacionales y humanos que le asistan a toda deportada refugiada) o que otra magistrada del STJ pida lo mismo para un integrante de una fuerza especial extranjera, por requerimiento no formal de un embajador amigo, ante amenazas de muerte sufridas por esa persona en Buenos Aires y la necesidad de sacarlo de dicha ciudad para resguardarlo. Pero claro: sin dejar ningún papel asentado en la estructura. Alcanzaba y sobraba (porque el hombre estuvo solamente un par de meses resguardado) con la comunicación a los vocales, en una reunión cerrada, de parte de quien era por entonces alguien con cierta ascendencia en el cuerpo. Nadie se animó a objetarle nada, pese a la gravedad institucional que ello podría haber determinado para la provincia, por las características del forastero y los protocolos que exigen esas situaciones, donde debe tomar intervención Cancillería Argentina, la embajada de marras, el gobierno nacional y el provincial. Pero nada de eso existió. Porque no quedó asentado en ningún lado”, remarca Análisis.Todas estas cosas -corroboradas por el periodista Daniel Enz en lo que él mismo define como “una prolongada investigación periodística, que comprendió requerimiento de informes documentales y diversas consultas con conocedores en detalle del tema en cuestión”- suceden, sucedieron y no se le pone límites, más allá de algunos intentos aislados de modo interno o externo. No se quieren modificar resoluciones, reglamentos ni actitudes de la historia reciente del STJ “porque las cosas siempre se hicieron de la misma manera y no hay por qué variarlas”, según explican.El informe periodístico agrega:El informe completo firmado por Daniel Enz está publicado en la edición gráfica de la revista Análisis, e edición 1161, del día 26 de junio de 2025.

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