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  • Protección y medidas en el lugar: seguridad garantizada

    » Misioneslider

    Fecha: 27/06/2025 07:57

    Las «cuatro casitas» de Belgrano, ubicadas en Arcos al 1400, han generado preocupación entre los vecinos debido a su inminente transformación. Estas viviendas unifamiliares, construidas entre fines del 1800 y principios del 1900, se encuentran ahora semi tapiadas y resguardadas detrás de una valla metálica negra que anuncia la llegada de obras. En un barrio caracterizado por su densificación, la noticia de la construcción de un edificio en altura en lugar de las casitas originales ha despertado un debate sobre la preservación del patrimonio arquitectónico en la ciudad de Buenos Aires. Conservación de las fachadas Las casitas de Arcos al 1400, situadas en una manzana atípica de Belgrano, han sido objeto de un proyecto que contempla la conservación de sus fachadas originales, así como partes de su estructura. A pesar de la preocupación inicial de los vecinos, se ha confirmado que las fachadas se mantendrán en pie, integradas en el basamento del nuevo edificio. Esta decisión ha sido respaldada por una protección cautelar que obliga a preservar la apariencia externa de las casas, permitiendo intervenciones en su interior y la posibilidad de ampliar el volumen original. La estrategia general busca preservar fundamentalmente las fachadas, sectores de techos y algunas componentes de los interiores que se encuentren en buen estado de conservación y resulten en un aporte al proyecto completo, según explican desde el estudio a cargo de la obra. Es importante destacar que, si bien las casitas tienen un valor patrimonial relativo, su conservación contribuirá a mantener la identidad y el carácter del barrio, en palabras del arquitecto Fabio Grementieri. Arquitectura parasitaria o fachadista El debate en torno a este tipo de intervenciones arquitectónicas ha llevado a reflexionar sobre la denominada «arquitectura parasitaria» o «fachadista», que consiste en la conservación de las fachadas originales de edificaciones antiguas en contraste con la construcción de nuevos edificios en altura. Para algunos, esta práctica representa una oportunidad para mantener la historia y la estética de la ciudad, mientras que para otros es sinónimo de demolición encubierta y vaciamiento de la identidad barrial. Es necesario encontrar un equilibrio entre la preservación del patrimonio arquitectónico y el desarrollo urbano sostenible, considerando los intereses de la comunidad y las necesidades de crecimiento de la ciudad. Las intervenciones en edificaciones históricas deben ser planificadas con cuidado y respeto por su contexto, garantizando la integración armónica de lo antiguo y lo nuevo en el paisaje urbano. Reflexiones finales En un contexto de constante transformación urbana, es fundamental valorar y proteger el patrimonio arquitectónico como parte de la identidad cultural de una ciudad. La conservación de las fachadas de las casitas de Arcos al 1400 representa un intento por preservar la memoria histórica de un barrio en constante evolución, manteniendo vivas las raíces de su pasado. La coexistencia de lo antiguo y lo moderno en el tejido urbano es una oportunidad para enriquecer el entorno y fomentar un desarrollo urbano más equilibrado y sostenible. En definitiva, la historia y la arquitectura de una ciudad son parte de su esencia y deben ser cuidadosamente preservadas y valoradas por las generaciones presentes y futuras. El respeto por el legado arquitectónico es clave para construir una ciudad más inclusiva, diversa y en armonía con su pasado y su futuro.

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