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» Comercio y Justicia
Fecha: 27/06/2025 04:12
Un relevamiento de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) concluye que, el segundo trimestre del año, encuentra a la industria cordobesa en un equilibrio frágil. No hay derrumbe, pero tampoco reactivación. Lo que se detuvo es la caída, no el problema. Las empresas siguen produciendo, manteniendo empleo y sosteniendo estructuras, pero cada movimiento requiere un esfuerzo mayor, con resultados más acotados. La rentabilidad cae, la inversión no despega y la demanda interna no se recupera. Sin embargo, persiste una expectativa positiva en una porción significativa del empresariado. Puede interpretarse como convicción política, como apuesta económica o como necesidad estratégica. Para algunos, el ajuste actual es la antesala de una etapa mejor; para otros, es el empujón que obliga a innovar o desaparecer. La pregunta que se abre es si ese optimismo empresarial alcanzará para transformar expectativas en inversión real, y si el entorno acompañará con reglas, financiamiento y visión. Porque resistir no siempre es sinónimo de crecer, y porque sostener no puede ser el único plan. La industria cordobesa transita un trimestre signado por la estabilidad en sus niveles de actividad, pero sin señales tangibles de reactivación. Las empresas operan en un contexto donde lo urgente dejó de escalar —la inflación y la volatilidad cambiaria ceden—, pero lo importante aún no despega: la demanda sigue débil y la producción no repunta. Frente a este escenario, las firmas sostienen su operatividad con ajustes puntuales. No hay un colapso, pero sí una suerte de pausa forzada que impide planificar a mediano plazo. El empleo se mantiene en equilibrio precario, con algunas empresas recortando turnos o personal, y otras simplemente esperando a que el contexto habilite nuevos movimientos, señaló el documento.
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