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  • De promesas incumplidas y papelones globales: el Mundial de Clubes que desnuda al fútbol argentino

    » Corrienteshoy

    Fecha: 26/06/2025 14:23

    De promesas incumplidas y papelones globales: el Mundial de Clubes que desnuda al fútbol argentino El renovado formato del Mundial de Clubes ofrecía una oportunidad inédita para Boca y River: competir en igualdad de condiciones contra los mejores del mundo, con tiempo de preparación, millones en refuerzos y el aval de haber clasificado por ranking entre los más grandes del continente. Pero esa promesa terminó siendo humo. Ni Boca ni River lograron superar la fase de grupos, ni romper la histórica barrera contra los europeos, y dejaron una imagen preocupante en lo futbolístico, lo disciplinario y lo institucional. Boca fue el primero en despedirse. Empató con Benfica y cayó con el Bayern en partidos aceptables, donde se aferró a la garra y al entusiasmo de su gente, pero todo lo bueno quedó opacado por el empate bochornoso ante Auckland City, un equipo semi profesional al que no pudo vencer ni con el orgullo herido. Fue un 1-1 que marcó una de las peores páginas internacionales en la historia del club, con un gol en contra para el “Xeneize” y el de su rival, de un maestro de escuela neozelandés. Ni el contexto ni la eliminación previa justifican semejante papelón. River, por su parte, arrancó con una ilusión moderada y venció con autoridad al Urawa Reds japonés, empató sin goles con Monterrey en un partido chato y llegó con chances a la última fecha. Pero frente al Inter de Milán, cuando el desafío se volvió real, apareció la realidad: expulsiones, descontrol y una derrota lógica por 2 a 0 que lo dejó afuera. El equipo de Gallardo terminó con nueve jugadores, sin ideas ni rebeldía y el enojo final, con empujones y escándalos, fue apenas un síntoma de la impotencia acumulada. Lo más preocupante es que mientras Argentina se quedó sin representantes en octavos, Brasil metió a sus cuatro equipos entre los 16 mejores. Flamengo, Palmeiras, Botafogo y Fluminense no solo clasificaron, sino que lo hicieron con solidez y hasta vencieron a potencias como PSG y Chelsea. El contraste es brutal, los brasileños mandan en América y ahora también compiten en el mundo. Los argentinos, mientras tanto, hacen cuentas, cambian técnicos, se endeudan con refuerzos rutilantes y apuestan todo a la Libertadores del año siguiente, como si fuera un reinicio eterno. Mucho más, si pensamos en las épocas doradas del fútbol argentino, donde solo basta con mirar hacia atrás. En la vieja Copa Intercontinental, Argentina fue potencia: nueve títulos, con equipos que supieron plantarse ante los mejores de Europa. Racing en 1967, Estudiantes en 1968, Independiente en dos ocasiones, Boca tres veces, River y Vélez. Aquel fútbol podía competir con orgullo, e incluso dominar. En 2009, Estudiantes rozó la gloria ante el Barcelona de Guardiola; en 2015, River llegó a la final contra el mismo rival, y aunque fue superado, lo hizo desde un recorrido sólido. Incluso Boca, en 2007, jugó la final ante un Milan formidable. Hoy, en cambio, ni siquiera se accede a esa instancia. El fútbol argentino pasó de disputar finales del mundo a quedar eliminado en fases anteriores por equipos menores. San Lorenzo en 2014 también lo padeció contra el Real Madrid, pero anteriormente a eso sufrió ante el mismo rival que Boca este año, donde recién en el alargue sacó la ventaja. River en 2018 cayó en semifinales ante Al Ain, y desde entonces ningún club volvió a pisar una final. En ese contexto, no extraña que Milei haya aprovechado el naufragio para volver a cargar contra el modelo de gestión actual, agitando el fantasma de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Puede discutirse su propuesta, pero no su diagnóstico: el fútbol argentino está atrasado, saturado de partidos irrelevantes, inflado por un torneo de 30 equipos y sin una liga que lo respalde con seriedad. El Mundial de Clubes fue un espejo incómodo. Lo que se reflejó no fue solo la derrota, sino la decadencia de un sistema que hace tiempo dejó de estar a la altura. Lo único que sigue intacto es la pasión, como se vio reflejado en las tribunas, pero el fútbol –como bien demostró esta edición– ya no se gana con eso. Fuente: https://noticiasargentinas.com/deportes/de-promesas-incumplidas-y-papelones-globales--el-mundial-de-clubes-que-desnuda-al-futbol-argentino_a685d6f21bf10bd483476f485

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