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Parana » AnalisisDigital
Fecha: 26/06/2025 11:50
Por H.R. especial para ANÁLISIS La buena noticia es que los más de 8.000 diabéticos que dependen del Ministerio de Salud de la provincia, comenzarán a recuperar sus tratamientos con insulina. Esos procesos estuvieron interpelados durante los últimos dos meses, según un comunicado oficial de urgencia que se dio a conocer, casualmente, dos días después a que esta página diera cuenta pública del grave problema. Una vez más, sufre la verdad cuando se ataca al mensajero y no se asumen responsabilidades propias. Sobre todo cuando la pretendida purificación huele mal, en medio de severas contradicciones infectadas por la iracundia, y el apremio por contestar con comunicados de 2 pesos. Por ejemplo. Conocido el grave hecho a través de ANÁLISIS, una de las funcionarias del Ministerio de Salud, devenida como herencia de la gestión anterior, admitió públicamente el problema. Dijo que durante la semana “se va a normalizar la situación”, dejando absolutamente en claro que la situación “no estaba normal” ni mucho menos. El otro golpe al humo dio la misma funcionaria cuando sostuvo que “nadie se ha quejado”, como si ello menguara la gravedad del hecho. Y como dando por sentado que las personas con recursos limitados y peleando la calle, tienen tiempo, ámbito y ánimo para pedir explicaciones sobre las que jamás tendrán respuestas. Más allá del obvio pedido de “paciencia, cuando haya stock les avisamos”. Y así, de ese modo, mientras nacen justificaciones de ocasión, quienes sufren las consecuencias se deterioran. Según el comunicado de la prensa oficial, el ministro de Salud Daniel Blanzaco, dio una explicación con datos burocráticos. Fue precisamente Blanzaco quien se desayunó sobre la situación con la insulina, y comenzó entonces la odisea de pedir explicaciones. Así, a los gritos de personajes deslucidos, comenzó a desandarse el camino de buscar responsables. Ahí surgió el comunicado con valoraciones. Los involucrados están bajo presión. Y sonó como si fuera un accidente. Aunque la cuenten como quieran, la insulina faltó al menos por dos meses y de ello pueden dar fe los pacientes, los profesionales tratantes a quienes, seguramente, no van a poder sumar al comunicado obtuso del Ministerio de Salud. La regularización en la entrega de insulina, según algún proveedor atento, será en respuesta al pedido de la cartera sanitaria para que le adelanten medicación, como para ir zafando de la coyuntura. De nuevo, entonces insulina no había. Ahora bien, y como para cerrar este arco de contradicciones oficiales cargadas de paranoia: se suman las derivaciones de una actividad oficial organizada por el propio Ministerio de Salud, salvo desmentirse a sí mismo. Así es que, días atrás se llevaron a cabo cuatro jornadas virtuales de capacitación en insulinización. Además hubo una capacitación presencial y obligatoria para médicos que atienden pacientes con diabetes en instituciones públicas. En esa instancia de capacitación obligatoria y para sorpresa de los concurrentes, les informaron desde el Ministerio que no había stock de insulina, paradójicamente. Ya no hay nada que desmentir. Se necesita prudencia. Nadie tiene el cielo ganado, y mucho menos la soberbia y la negación. Nadie se cae de un árbol si no se sube.
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