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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 26/06/2025 10:51
Especialistas impulsan buenas prácticas y tecnologías para transformar la poscosecha en una etapa clave de la rentabilidad agroindustrial (inta) Mientras la agricultura de precisión avanza con drones, imágenes satelitales y maquinaria de última generación, un área sigue sin recibir toda la atención que merece: la poscosecha. En esta etapa crítica del proceso productivo, donde se almacena el esfuerzo de toda una campaña, pueden definirse las ganancias o producirse pérdidas irreparables. Desde INTA Balcarce, un grupo de especialistas trabaja para darle visibilidad a esta fase y propone herramientas concretas para mejorar su gestión. “La postcosecha es muy importante, ya que un problema en esta etapa puede echar por tierra el trabajo de toda una campaña”, señaló Ricardo Bartosik, experto en el tema. Un insecticida mal aplicado, una secadora desregulada o una bolsa mal sellada pueden tener efectos devastadores. El silobolsa es una gran herramienta, pero como toda herramienta tiene sus limitaciones (inta) El silobolsa, un aliado que exige cuidado Entre las tecnologías más difundidas para conservar granos, el silobolsa ocupa un lugar destacado. Bien utilizado, puede reducir las pérdidas a niveles mínimos. Pero si se cometen errores, el impacto es grande. “El silobolsa es una gran herramienta, pero como toda herramienta tiene sus limitaciones”, explicó Leandro Cardoso. El especialista recordó que no es apto para almacenar grano húmedo por mucho tiempo, y que su éxito depende de sellado correcto, monitoreo constante y buen mantenimiento. Un solo silobolsa puede contener la producción de entre 29 y 67 hectáreas, dependiendo del cultivo. En escalas mayores, como celdas de hasta 150.000 toneladas, una falla puntual puede afectar el trabajo de cientos de productores. Cardoso recomendó preparar bien el terreno, mantener la maquinaria en buen estado, sellar con termoselladora, controlar plagas y, especialmente, monitorear. La medición de dióxido de carbono, por ejemplo, permite detectar problemas antes de que se manifiesten. Más allá del campo: plantas de silos y acopios Otra opción es contar con plantas de silos, que aunque demandan una mayor inversión, permiten secar, limpiar y conservar el grano en mejores condiciones. Además, otorgan mayor capacidad de negociación comercial. “Los silos secadores, muy usados en Estados Unidos, permiten secar grano con hasta 21% de humedad con excelente calidad. En Argentina su uso es aún limitado, pero pueden marcar una gran diferencia”, aseguró Cardoso. En los centros de acopio, la gestión también es determinante. Bartosik explicó que, sin herramientas como termometría o aireación automática, se puede sobresecar el grano, perder calidad o incluso generar focos de calor que arruinen toneladas. Hay tecnologías disponibles desarrolladas localmente —como el sistema CO2NTROL del INTA— que permiten anticiparse y evitar estos problemas. “Hace falta implementar buenas prácticas con registros, procedimientos y auditorías. Y capacitar a la gente”, subrayó. El cambio que falta: cultural, no tecnológico Para los especialistas del INTA, el mayor desafío no está en la falta de tecnologías, sino en cómo se percibe esta etapa. “En general, el agro argentino invierte en producción, pero cuando el grano ya está en el silo, muchas veces se baja la guardia”, advirtió Bartosik. Esta desatención puede traducirse en toneladas de grano arruinadas en pocos días. Para revertir esta situación, el equipo propone un doble cambio. Por un lado, una gestión que integre la poscosecha al negocio principal. Por otro, una mentalidad que valore la conservación del grano tanto como la siembra y la cosecha. “Conservar mejor el grano es una necesidad. La innovación en poscosecha ya no es un lujo, es una estrategia”, concluyó Cardoso. Fuente: Inta
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