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Parana » Informe Digital
Fecha: 26/06/2025 00:19
CÓRDOBA.- La competitividad en Argentina vuelve a ocupar un lugar central en el debate macroeconómico, abarcando no solo a los sectores industriales, sino también al agrícola. Un estudio realizado por el Ieral, de la Fundación Mediterránea, revela que la mayoría de los insumos de producción en el país tienen precios ligeramente más altos en dólares en comparación con Brasil, Paraguay, Uruguay y Estados Unidos. Los investigadores Franco Artusso y Tobías Lucero destacan la distorsión que generan los impuestos provinciales y tasas municipales, y advierten que “el principal problema de la competitividad del sector agropecuario se encuentra por el lado de los ingresos y no de los costos”, debido a que los productores enfrentan retenciones que “reducen de forma directa el precio efectivo que reciben por sus productos”, algo que no sucede en los países de la comparación. El 30 de este mes, según confirman funcionarios del gobierno nacional, concluirá la rebaja de retenciones vigente desde finales de enero. El sector esperaba una extensión de esta medida, dado que los precios internacionales no han mejorado y los insumos se han encarecido. Precios comparados de insumos, transporte de cargas y maquinaria agrícolaIeral El informe también señala que los costos de insumos y equipos agropecuarios locales están “exacerbados por impuestos sobre ventas como Ingresos Brutos o tasas municipales sobre facturación de empresas, que otros países no aplican, y que al no reconocer como crédito el impuesto que las empresas pagan en sus compras, generan un efecto de impuesto sobre impuesto, trasladando un sobrecosto a los precios de los bienes a medida que avanzan por la cadena de valor”. Para los economistas, “avanzar en la sustitución de este tipo de tributación por impuestos más neutrales (como el IVA) y en reformas en otras áreas puede ser crucial para acortar las brechas de precios con los países competidores”. El análisis indica que, salvo contadas excepciones, “no hay grandes disparidades entre los precios” que se manejan en Argentina en relación al promedio de los otros cuatro países. Los fertilizantes presentan un costo promedio 3,3% superior en el ámbito local; los herbicidas, 7,8%; los fungicidas, 1,4%; y los combustibles (gasoil grado 2), un 11% más caros. La diferencia se acentúa significativamente en el transporte de cargas (flete granario por camión en 400 kilómetros), donde Argentina es un 23% más costosa en promedio, con una tarifa de US$35,7 por tonelada/kilómetro, y en maquinaria agrícola, especialmente en tractores, con una brecha del 27% (la diferencia en cosechadoras ronda el 10%). Por ejemplo, en fertilizantes, la tonelada de sulfato de amonio se cotiza en US$450 a nivel local, solo por debajo de Estados Unidos, mientras que el superfosfato triple (también a US$450) resulta más económico que en Estados Unidos y Brasil. En fertilizantes, la tonelada de fosfato diamónico (DAP) cuesta US$870 en Argentina, siendo solo más cara en Paraguay. Los US$6 por litro del herbicida 2,4 D igualan el precio en Paraguay y son solo superados por Estados Unidos; los US$8,50 del atrazina (90%) están por detrás únicamente de Estados Unidos y los US$5,4 del glifosato (54%) son únicamente más económicos que en Brasil. Los fungicidas Pyraclostrobin (13,3%)-Poxiconazol (5%) se comercializan a US$23 el litro en el mercado local, siendo superados únicamente por los cerca de US$24 de Uruguay. Al considerar maquinaria, combustible y flete, se han evaluado 13 productos y Argentina resulta más cara en el 85% de los casos en comparación con Brasil (en 11 de los 13 productos); en el 69% respecto a Paraguay (9 productos); en el 77% frente a Uruguay (10 productos); y en el 62% con respecto a Estados Unidos (8 productos). La Argentina, incluyendo maquinaria, combustible y flete, es más cara en el 85% de los casos con respecto a Brasil; en el 69% en relación a Paraguay y; en el 77% sobre Uruguay Marcelo Manera – LA NACION Los autores del informe indican que, dado que el Gobierno “ha conseguido avances significativos en materia de estabilización macroeconómica y cambiaria, los desafíos a mediano plazo en términos de competitividad se trasladan al ámbito microeconómico”. Por ello, el enfoque debe orientarse a “mejorar el funcionamiento de los mercados de bienes y factores, reduciendo las distorsiones generadas por una compleja red de regulaciones, impuestos y regímenes laborales centralizados, diseñada en su momento para un tipo de organización económica —colectivista, burocrática e intervencionista— que no ha conseguido buenos resultados en términos de crecimiento y desarrollo”. Los autores del relevamiento advierten que hay “ciertas limitaciones” en las conclusiones, dado que, por ejemplo, un fertilizante puede tener el mismo costo en dos mercados (Brasil y Argentina), pero ello no implica necesariamente que fertilizar los cultivos cueste lo mismo, ya que factores como la composición del suelo y el clima de cada país influyen en las dosis efectivamente aplicadas.
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