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» Comercio y Justicia
Fecha: 25/06/2025 14:45
En el primer trimestre de 2025, las importaciones alcanzaron el 32% del PIB, el nivel más alto en más de un siglo, según un informe de Argendata. La apertura comercial, un dólar competitivo y la recuperación económica explican este fenómeno, que transforma el panorama económico pero plantea desafíos para las pymes locales Según el informe de Argendata, que es el portal de la fundación Fundar para incidir en el debate público y sumar conocimiento basado en evidencias, las importaciones alcanzaron el 32% del PIB argentino en el primer trimestre de 2025, un nivel sin precedentes en 135 años, superando picos históricos como 1913 (28%) y 1929 (22%), aunque aún por debajo del récord de 1889-1890 (cuando llegaron a casi el 50% del PBI). Este aumento refleja una combinación de factores estructurales y coyunturales que han transformado el comercio exterior nacional, con implicancias tanto positivas como desafiantes para la economía, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (pymes). El informe identifica claramente tres causas principales para este crecimiento: Apertura comercial: La desregulación de procesos y la reducción de aranceles han facilitado la entrada de productos extranjeros. Medidas como la eliminación del impuesto PAIS y la simplificación de trámites aduaneros han reducido barreras al comercio, incentivando la importación de bienes. Por ejemplo, operadores del sector infustrial vienen insistiendo en que la liberación de importaciones de autopartes, impulsada por el ministro Luis Caputo, contribuyó a este fenómeno, especialmente en el sector automotriz, donde dos tercios de los autos patentados en mayo de 2025 fueron importados. Dólar barato: La apreciación del peso y un tipo de cambio favorable han abaratado los productos importados, haciendo que bienes de consumo como electrodomésticos (+198,6% interanual), vehículos (+101,6%), alimentos y bebidas (+86,7%) y prendas de vestir y calzado (+75,3%) sean más accesibles, medidos en dólares claro. Además, el turismo al exterior, que se contabiliza como importación, alcanzó niveles récord, impulsado por el menor costo relativo de viajar. Reactivación económica: La recuperación económica, que comenzó en la segunda mitad de 2024, incrementó la demanda de insumos, repuestos y bienes de consumo importados. Según BBVA Research, el PIB argentino creció un 3,9% en el último trimestre de 2024 y se proyecta un crecimiento del 5,5% para 2025, impulsado por el consumo y la inversión privada. Este dinamismo económico lleva a las empresas a importar más para sostener la producción y a los consumidores a demandar bienes importados, amplificando el efecto. Contexto económico y sus implicancias El aumento de las importaciones coincide con un entorno de estabilización macroeconómica. Según el Banco Mundial, la administración de Javier Milei logró un superávit fiscal en 2024, redujo la inflación mensual de 25,5% en diciembre de 2023 a 2,4% en febrero de 2025 y disminuyó el riesgo país de 2.500 a 700-800 puntos básicos. Estas mejoras, junto con la flexibilización del mercado cambiario, han creado un ambiente propicio para el comercio exterior. Sin embargo, este boom importador tiene un impacto ambivalente, especialmente para las pymes. Según el Monitor de Desempeño Industrial de la Unión Industrial Argentina (UIA), el 11,4% de las empresas exportadoras dejaron de exportar en la primera mitad de 2025, afectadas por la pérdida de competitividad debido a costos elevados y un tipo de cambio apreciado. Además, el 41,3% de las pymes reportó caídas en las ventas internas, golpeadas por la competencia de productos importados más baratos. Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), advirtió que la apertura comercial, aunque redujo precios en algunos sectores, no fue acompañada por políticas industriales que protejan a las pymes. “Estamos importando mano de obra y generando desocupados en el país”, señaló, destacando que sectores como el textil, el calzado y la metalurgia enfrentan una “competencia desleal” que amenaza el empleo. Los altos costos energéticos, la presión impositiva y los costos financieros por encima de la inflación agravan la situación. Oportunidades y desafíos para las pymes El aumento de las importaciones refleja una economía más abierta y dinámica, pero también expone a las pymes a una mayor competencia. Sectores como el automotriz han visto un crecimiento significativo en las importaciones de vehículos y autopartes, lo que impulsó el patentamiento de autos 0 km (+59,1% interanual en mayo de 2025, según Acara). Sin embargo, esto redujo la participación de mercado de las terminales locales, obligándolas a revisar estrategias para mantenerse competitivas. Por otro lado, la Expo Industrias y Servicios 2025, programada para agosto, busca ser un espacio para que las pymes encuentren nuevas oportunidades de negocio, especialmente a través de la integración con grandes empresas como YPF y socios del Mercosur. Rosato destacó la importancia de que las grandes compañías comuniquen sus necesidades para que las pymes puedan reconvertirse y participar en sectores estratégicos como la energía. Perspectivas para 2025 La proyección de crecimiento del 5,5% del PIB para 2025, según BBVA Research, sugiere que las importaciones seguirán siendo un componente clave de la economía, especialmente en sectores como la agroindustria y la energía, que lideran la recuperación. Sin embargo, el desafío para las pymes será adaptarse a un entorno más competitivo, donde la reducción de aranceles y la apertura comercial, aunque beneficiosas para el consumidor, pueden erosionar su participación en el mercado interno y externo. Para contrarrestar estos efectos, los industriales reclaman una política industrial que incluya alivio impositivo, reducción de costos laborales no salariales (como las ART) y medidas para mejorar la competitividad exportadora. Sin estas reformas, el riesgo de cierres de empresas y aumento del desempleo persiste, especialmente en sectores intensivos en mano de obra. De este modo, el récord de importaciones en el primer trimestre de 2025 refleja un cambio estructural en la economía nacional, impulsado por la apertura comercial, un dólar competitivo y la reactivación económica. Si bien este fenómeno dinamizó el consumo y la producción, también plantea desafíos para las pymes, que luchan por mantenerse competitivas frente a la avalancha de productos importados. La clave para un crecimiento sostenible estará en equilibrar la apertura comercial con políticas que fortalezcan a las pymes, protejan el empleo y promuevan la reconversión industrial en un contexto global cada vez más exigente.
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