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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 25/06/2025 11:53
El modus operandi fue el mismo que utilizaron a principios de marzo cuando asaltaron a una mujer y a su hijo, por lo que se cree que podría tratarse de la misma banda de delincuentes. Esta vez le tocó a un joven matrimonio y su hija de 4 años. Miércoles, 25 de Junio de 2025, 9:56 Por Carlos Riera Durante 40 minutos, una familia que reside en el barrio Prados de la Adelina, sobre el camino al balneario Ñandubaysal, pasó el peor momento de sus vidas. Unos cinco delincuentes, con el rostro tapado, supuestamente armados y vestidos de negro, ingresaron a la vivienda durante los primeros minutos de la madrugada de este miércoles y los maniataron para robarles. Los ladrones entraron por una habitación que la niña tiene para jugar y sorprendieron al matrimonio mientras ambos descansaban. Rápidamente redujeron al hombre de 40 años y a su mujer, los maniataron y comenzaron a buscar todo lo que había de valor en la casa. El grupo de delincuentes permaneció durante 40 minutos dentro de la casa, amenazando continuamente a los propietarios y revisando cada rincón del inmueble. Así fue que se llevaron unos dos millones de pesos, los teléfonos celulares de las víctimas, alhajas y una notebook. Luego abandonaron el lugar y casi de la misma forma que a principios de marzo, huyeron cortando el cerco perimetral, hacia el norte, en dirección a la estancia San Luis. Según pudo saber EL ARGENTINO, se trata de una banda organizada, en donde sus integrantes se comunican a través de Handy y no dejan nada al azar que permita identificarlos. Todos vestidos de negro, encapuchados y con guantes. En este caso no hubo lesionados y una vez que los delincuentes dejaron la vivienda, la pareja pudo desatarse y se comunicaron con la seguridad del lugar, y a partir de allí se dio intervención al personal policial de la Comisaría Quinta de Pueblo Belgrano. El caso relacionado El jueves 6 de marzo, una mujer de 78 años que se encontraba mirando televisión junto a su hijo de 54 años, en una vivienda dentro del mismo barrio, fueron sorprendidos por un grupo de delincuentes que irrumpieron armados en la tranquilidad de la noche. En esa ocasión, EL ARGENTINO informó que madre e hijo se encontraban en la planta alta de la propiedad, acostados, mirando televisión, cuando fueron sorprendidos por cinco delincuentes armados y con los rostros tapados con pasamontañas negros y vestimentas negras, que de forma inmediata comenzaron a gritarles y a exigirles que les entregaran todo el dinero que había en la casa. Uno de los cinco asaltantes se cree que pudo haber sido una mujer, por su contextura física, y de los cinco delincuentes, tres de ellos estaban armados con armas cortas, que apuntaban a las víctimas desde distintos ángulos, mientras los otros dos revisaban los placares de las habitaciones y pedían que les entregaran el oro. Los ladrones revisaban cada rincón de la casa y como los minutos pasaban y no tenían éxito en lo que buscaban, comenzaron las amenazas. Uno de los asaltantes le sacó los cordones de las zapatillas al hombre de 54 años y con ello lo maniataron de las muñecas y los tobillos. A la mujer la colocaron sobre la cama y a su hijo lo dejaron arrodillado en el suelo con la cabeza apoyada en la cama, mientras le decían que, si no les daba lo que estaban buscando, la iban a “cortar” a su mamá. El hombre no dudó y les indicó dónde tenía guardado el dinero de sus ahorros. Les enseñó que se encontraba en un cajón, y cuando uno de los delincuentes lo encontró, comenzó a recriminarle que era poco, siendo que se trataba de unos cinco mil dólares y unos 150 mil pesos argentinos. Estuvieron alrededor de 20 minutos o más exigiendo por el resto del dinero, y mientras tres o cuatro de los delincuentes se mantenían con las víctimas en la habitación de la planta alta, el resto de los cómplices registraba cada una de las dependencias de la vivienda, hasta que decidieron abandonar el lugar. Metieron el dinero en una mochila y se fueron de la misma forma que entraron al barrio: caminando. Luego que los delincuentes se fueron de la casa, las víctimas permanecieron maniatadas por unos 20 minutos hasta que finalmente pudieron desatarse y escapar en el auto que -extrañamente – no se llevaron los delincuentes, pese a encontrarse las llaves del vehículo a simple vista, al igual que un teléfono celular.
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