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  • El llamado de atención de un ejecutivo agro de multinacional que impactó en una cumbre internacional

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 25/06/2025 11:40

    SAN PABLO, BRASIL – La agricultura ya no puede concebirse como un conjunto de partes desconectadas. Las circunstancias han cambiado. Factores como el clima, las regulaciones, los costos, la presión para aumentar la producción, el acceso al financiamiento y las nuevas exigencias ambientales llevan al sector a replantear su funcionamiento. En este contexto, Marcelo Batistela, vicepresidente de Soluciones Agrícolas de BASF Brasil, enfatizó la necesidad de transformar la forma en que se toman decisiones en el agro y de desarrollar soluciones de manera más integrada. “¿Dónde estamos en la agricultura y hacia dónde vamos?”, fue la pregunta que se planteó Batistela durante su intervención en el World Agri-Tech South América. Para el ejecutivo, uno de los grandes desafíos actuales radica en determinar si los actores de la cadena agroindustrial comprenden en realidad cómo opera esta cadena y los problemas que enfrentan los productores. “¿Realmente entendemos la cadena agrícola? ¿Somos conscientes de los desafíos que enfrenta el agricultor en su operación, en sus diferentes sistemas productivos y en sus diversas realidades?”, interrogó. Y añadió: “¿Estamos, más allá del rol que desempeñamos en la cadena, enamorados de nuestra idea, nuestro sector, nuestra tecnología, nuestro producto… o estamos cada vez más comprometidos con resolver los problemas de la agricultura?”. El seminario planteó los desafíos de la agriculturaShutterstock Según Batistela, el agro desempeñará un papel crucial en los profundos cambios que se avecinan. “Formaremos parte de la revolución energética, de la energía renovable. Si deseamos continuar en este planeta —como dijeron varios hoy—, si queremos asegurar un futuro para las próximas generaciones, es imprescindible descarbonizar el mundo. Y ahí, la agricultura puede ser una parte esencial de la solución”. En esta línea, advirtió que no se podrá avanzar sin reevaluar el modelo actual. “Lo que nos trajo hasta aquí en la agricultura probablemente no será lo que nos lleve hacia adelante”, afirmó. “La agricultura es una actividad compleja, llena de variables difíciles de controlar y múltiples desafíos. Cuando uno está detrás de una operación en el campo, para que la producción se realice hay numerosos factores que deben gestionarse, no de forma aislada, sino de manera conectada”, explicó. Y advirtió: “La innovación, la tecnología, los agentes financieros o de consumo tienden a pensar verticalmente en su parte de la cadena. Y está bien que cada uno tenga su valor. El gran desafío es cómo, a partir de ahora, lograremos que todo eso esté más integrado”. Uno de los datos que mencionó para ilustrar esta necesidad de articulación es que un productor de soja en Brasil toma, en promedio, 1500 decisiones por campaña. “Debemos encontrar formas de acortar las distancias entre los eslabones de la cadena, para ofrecer soluciones de manera más optimizada, realista y práctica, permitiendo que el productor opere mejor y con mayor resiliencia”. “Lo que nos trajo hasta aquí en la agricultura probablemente no es lo que nos llevará hacia adelante” Marcelo Batistela También se refirió a los desafíos del contexto climático, financiero y regulatorio. “Gestionar temas como los desafíos financieros, las regulaciones y el clima se vuelve cada vez más complicado”. Como ejemplo, mencionó: “La semana pasada, en el Cerrado brasileño, donde normalmente deja de llover en abril y vuelve a llover en septiembre, cayeron 80 mm en junio. Eso no es común. Y en Río Grande do Sul, lamentablemente, se reportaron excesos hídricos nuevamente”. Sobre los riesgos globales, agregó: “Los fenómenos climáticos siempre han existido, pero ahora con mayor intensidad y frecuencia. También enfrentamos conflictos y barreras arancelarias semestralmente. Como humanidad, parece que no aprendemos de los errores del pasado”. A pesar de estas dificultades, destacó la experiencia brasileña en adaptación. “La tropicalización fue un gran desafío, pero al mismo tiempo se convirtió en una bendición que permitió una intensificación muy efectiva, dándonos competitividad, aunque con otros desafíos”. Batistela aseguró que aumentar la productividad seguirá siendo fundamental. “La productividad es la primera parte de la ecuación de la sostenibilidad económica. Ya hemos demostrado que, con buenas prácticas, tecnología y conocimiento, es posible incrementar la productividad más allá de lo que se invierte”, afirmó y añadió: “Hoy tenemos 2,2 cosechas al año; apostaría que pronto llegaremos a 5 cosechas en un ciclo de dos años”. “El sector ha hecho mucho. Pero considero que, sinceramente, ya no es suficiente”, remarcó. Para avanzar, propuso un nuevo enfoque centrado en el productor. “Si situamos al productor en el centro y cada uno, desde su sector, aporta conocimiento específico —que es valiosísimo—, y combinamos esos saberes de toda la cadena, el sistema se fortalecerá”. Batistela: “Necesitamos un propósito común” De acuerdo con Batistela, este camino requiere cuatro pilares fundamentales: “Necesitamos un propósito común. Sin una meta que nos una, es muy complicado colaborar. También se necesita coraje, porque no es sencillo: lo vimos en todos los paneles; hay complejidad, visiones diversas e intereses variados. Es esencial el conocimiento, ya que estamos profundizando cada vez más en los detalles; la agricultura será cada vez más especializada, y aquí el conocimiento marcará la diferencia. Y, por último, la colaboración. Seamos honestos: ¿cuántas veces diferentes empresas invierten en lo mismo, en el mismo tema, y terminan presentándole al productor —una sola persona que toma decisiones— versiones distintas del mismo producto? En lugar de ayudar, muchas veces complicamos las cosas”, señaló. Finalmente, explicó que desde BASF han comenzado a reorganizar sus estructuras internas para trabajar de manera más transversal: “Iniciamos hace un tiempo una reestructuración no por negocio interno, sino por sistemas productivos, rompiendo silos entre unidades —cultivos, semillas, biotecnología, finanzas, biológicos— para actuar de una forma más integrada con nuestros clientes”.

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