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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/06/2025 10:33
Las películas favoritas de Pedro Almodóvar del nuevo milenio En ocasiones, buena parte de las más prestigiosas publicaciones internacionales hacen listas para establecer los cánones de la contemporaneidad. En ese sentido, ya resulta célebre el momento en el que la revista Sight & Sound, asociada al British Film Institute, convocó una encuesta, entre parte de la crítica especializada, para elegir la película más influyente de la historia del cine. Para sorpresa de muchos, ganó Jeanne Dielman, 23 quad du Commerce, 1080, Bruxelles de Chantal Akerman por encima de las películas que siempre habían acaparado los primeros puestos, como Vértigo, de Alfred Hichcock o Ciudadano Kane, de Orson Welles, marcando un cambio de paradigma significativo. Tráiler 'Pedro x Los Javis' Ahora, The New York Times ha preguntado a algunos de los creadores e intérpretes más representativos de nuestro tiempo para que elijan sus películas favoritas de este milenio. Entre la vejez y el descubrimiento de la identidad sexual Por razones de apellido, Pedro Almodóvar se encuentra en primer lugar y estas han sido sus obras seleccionadas Se supone, que no se encuentran por orden de preferencia, sino de acuerdo a un registro alfabético. Así, encontramos Amor, la película de Michael Haneke gracias a la que consiguió la Palma de Oro y que se centraba en la vejez y la degeneración de la identidad a partir de una pareja, formada por los desaparecidos Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant, que debían hacer frente al ocaso de la vida y la demencia senil, uno de los temas que más preocupan a Almodóvar en los últimos tiempos desde Dolor y gloria. Timothée Chalamet en 'Call Me By Your Name', de Luca Guadagnino (Sony Pictures) También encontramos el drama homoerótico de Luca Guadagnino Call me by your name, la historia de un joven que desea a un hombre mayor que él y con el que vivirá una intensa historia sexual, algo que conectaría directamente, por ejemplo, con La ley del deseo. Cineastas indómitos e iconoclastas La elección de Tigre y dragón de Ang Lee resulta más inesperada, sobre todo si tenemos en cuenta que Almodóvar estuvo a punto de dirigir Brokeback Montain. En cualquier caso, esta cinta que se inserta dentro del estilo ‘wuxia’ resultaba un portento tanto de técnica como de poesía visual. Una estupenda elección. A Pedro Almodovar le gustan los directores indómitos y, quizás por esta razón, no podía faltar entre sus favoritas una de las obras primigenias cumbre de Yorgos Lanthimos o, lo que es lo mismo, Canino. Una fábula perversa en torno a las relaciones familiares nocivas que creó un estilo propio, tan extraño como incómodo. Lucrecia Martel. Foto: Gustavo Gavotti Ida del polaco Pawel Pawliskowki es otra de sus favoritas. Una cinta delicadísima rodada en blanco y negro sobre una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja y que descubrirá que tiene una pariente viva que le describirá facetas inéditas de su identidad de sus progenitores durante la ocupación nazi. Su siguiente elección resulta de lo más consecuente, La ciénaga de Lucrecia Martel, cineasta que ha estado asociada a su productora El Deseo en varias de sus películas. Fue una película icónica e iconoclasta dentro del cine argentino al mostrar la decadencia de la clase alta a través de un estilo absolutamente único y rompedor que todavía sigue abriendo vías expresivas a nuevas directoras. De Paul Thomas Anderson a Abbas Kiarostami Tambien hay espacio para obras tan exquisitas como El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson, una visión de un creador de la alta costura (inspirada en Cristóbal Balenciaga) que ponía de manifiesto la lucha de sexos dentro de un entorno elitista en el que el hombre ejercía el poder dentro de todo su entorno. Una de las mejores películas de estos tiempos, y puede que de todos, brillante a nivel tanto conceptual como estilístico y narrativo. Llegamos a Roma, de Alfonso Cuarón, película muy reconocida a nivel internacional que se basaba en las crónicas de la asistenta de hogar que tenía el cineasta cuando era niño. No dejaba, a pesar de sus virtudes, de ser un poco clasista. En cuanto a Ten de Abbas Kiarostami, no habría ninguna duda. De hecho, se podría elegir cualquier película de Abbas Kiarostami de este milenio antes de su prematura muerte. Abbas Kiarostami, en 2007 (AFP) En cualquier caso, era una obra profundamente libre en la que nos acercaba a una serie de encuentros, 10, de una mujer divorciada (tremendo tabú en el país) en Teherán. Una absoluta maravilla tan valiente como conceptual y repleta de texturas y dilemas. La lista se cierra con Toni Erdmann, de Maren Ade. Se entiende su predilección por este título en el que se mezclan las relaciones paterno-filiales tóxicas con una poesía surrealista tan bella como dolorosa.
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