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Parana » ER 24
Fecha: 25/06/2025 07:35
LA VERDAD SOBRE EL CASO CECILIA GOYENECHE | Ni heroína, ni mártir: una pieza más en el ajedrez de impunidad política Durante años nos vendieron el “Caso Goyeneche” como la historia de una fiscal que cayó por ser valiente. Pero en Entre Ríos ya no alcanza con el guion oficial. La verdad es otra. Más cruda, más política, y mucho más útil para quienes siguen ocupando sillones con contratos fantasmas. Porque Cecilia Goyeneche no cayó por investigar. Cayó por incomodar. Su error no fue denunciar, sino poner nerviosos a los verdaderos dueños de la Legislatura, los que controlaban (y aún controlan) las cajas, los estudios contables, los padrones truchos y los pactos de impunidad cruzados entre bloques. El pacto de silencio que mantuvo durante años el sistema se rompió cuando el caso “Contratos” empezó a salpicar apellidos sagrados: Guastavino, Allende, Urribarri, Lauritto, Lara, Busti. Y cuando las planillas de contratados llegaron a despachos sensibles, la política tomó el control. En silencio, pero con firmeza. Ahí apareció quien siempre aparece: Jorge Amílcar García, el Procurador General, el verdadero operador de la impunidad con toga. García —que nunca fue investigado por nada— dejó a Goyeneche en la cuerda floja y apretó el botón rojo cuando los legisladores se cansaron del riesgo. Le puso fiscales para contener el escándalo, pero se aseguró de que el costo fuera solo para ella. Mientras tanto, otros fiscales se la jugaron. La defendieron. Levantaron la voz en un sistema que castiga el disenso. Algunos, como el Dr. Arias de Concordia, hoy son perseguidos, aislados institucionalmente por haberse atrevido a hablar. Otros, como Gamal Taleb, involucrado en múltiples operaciones y señalado por sus vínculos con los contratos truchos, siguen gozando de total impunidad, blindados por el mismo poder político que operó la caída de Goyeneche. Carubia, Medina de Risso, Schumacher, Garcia Garro, Los legisladores llenos de contratos, fueron parte del plan que niremos desentramando.- Y aunque los medios no lo digan, Entre Ríos vivió un hecho inédito: una movilización judicial contra el jury, con fiscales y funcionarios marchando para defender la legalidad y el debido proceso, la corte dio la razon, pero AQUI NO HA PASADO NADA. Algo que nunca ocurrió antes y que nadie quiso registrar. Hoy, esa causa está ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la espera de una decisión que podría poner a la Justicia entrerriana en el banquillo internacional. Así fue cómo Aramberry, uno de los fiscales más comprometidos en el armado del expediente, fue protegido y salvado. No fue removido, no fue investigado, no fue alcanzado por ninguna sanción. Mientras tanto, Goyeneche —a pesar de contar con sentencias que podrían permitir su reincorporación— sigue afuera del cargo, excluida por la misma estructura que antes la promocionaba como símbolo de transparencia. La caída de Goyeneche fue un movimiento de poder, no de justicia. Sirvió para simular depuración sin tocar a los verdaderos responsables. Se construyó un jury exprés —entre guiños legislativos, fiscales funcionales y prensa amordazada— para cerrarle la boca a quien podía abrir una grieta en el sistema. Porque si ella hablaba, había que explicar por qué Silvio Moreyra fue premiado con un cargo en CEMENER, pese a estar denunciado por vaciar el IOSPER. Habría que exponer cómo Diego Lara, JUNTO Y a través de su pareja Lifnosky, manejaba los listados de contratados con planillas truchas, Excel amañados y favores cruzados. Lara, el mismo que frenó el Jury contra García y luego fue recompensado con un sillón en el Tribunal de Cuentas, sin concurso, con sueldo de juez, sin pagar Ganancias, y sin control. Había que evitar, también, que el foco se desplazara a Adán Bahl, el hombre de Rosario Romero, vinculado a las estructuras que mantuvieron vivo el esquema de contrataciones falsas desde Rosario del Tala hasta Paraná. La continuidad es total: los estudios contables siguen, las planillas siguen, y los cómplices también. Cassaretto era presidente del IAPV y ASESOR en epocas de BAHL Lo que incomoda no es la verdad, es que se diga La historia de Goyeneche no es la de una fiscal heroica perseguida por la mafia. Tampoco la de una santa caída por error. Es la historia de una pieza que dejó de encajar y fue descartada. Porque ya no servía. Porque ya había hecho demasiado. Porque la verdad que sabía podía destruir demasiadas carreras políticas. Y por eso hasta hoy sigue afuera. Porque la dejaron sola. Porque el mismo sistema que la aplaudía cuando apuntaba contra perejiles la expulsó cuando amenazó con incendiar el bosque. Y porque si vuelve, alguien tendrá que explicar por qué los que robaron millones siguen en sus cargos, o en el Senado, o con pasaporte diplomático. Lo dijimos antes y lo repetimos hoy: la causa de los contratos truchos no terminó, apenas empieza. Y mientras haya planillas ocultas, fiscales silenciados, y políticos enriqueciéndose con el sueldo de gente que nunca trabajó, hay algo que no vamos a hacer: Callarnos…continuarà Fuente: La Caldera
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