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» Diario Cordoba
Fecha: 24/06/2025 15:13
El mundo del arbitraje también mueve ficha tras el cierre de temporada en el fútbol profesional. Y en la lista de colegiados que darán el salto a Primera División aparece un nombre que, en Córdoba, no pasa desapercibido: Miguel Sesma Espinosa. El riojano, nacido en 1995, será uno de los nuevos jueces en la élite, aunque su vínculo con el Córdoba CF va más allá de lo meramente deportivo. De hecho, una de las dos veces que dirigió a los blanquiverdes quedó grabada en la memoria colectiva del club y su afición… Con Dragisa Gudelj como protagonista de los hechos. El día que enmudeció El Arcángel Fue un 25 de marzo, en el duelo de la vigésimo novena jornada del curso 2022-2023 en el Grupo 1 de Primera Federación que enfrentaba al Córdoba CF y al Racing de Ferrol. Apenas habían transcurrido diez minutos -y ya había habido un gol para cada lado- cuando el central serbio se desplomó de forma repentina sobre el césped. El silencio también cayó como un manto sobre el estadio. Rápidamente, los servicios médicos del club saltaron al terreno de juego para asistir al futbolista, que había sufrido una parada cardíaca. Y es que durante varios minutos se vivieron momentos de enorme tensión, con el jugador siendo reanimado sobre la misma cancha antes de ser trasladado de urgencia al Hospital Reina Sofía. En ese contexto, Sesma Espinosa tomó una decisión que definió también su profesionalidad: suspender el encuentro. No hubo dudas ni titubeos… La gravedad del suceso y el impacto emocional entre compañeros, rivales y espectadores habían hecho inviable continuar con el pleito. Semanas después, y ya con Gudelj fuera de peligro aunque alejado del equipo -lógicamente, en pleno inicio de su particular odisea médica-, la cita se reanudó desde el minuto diez, ya sin el destituido Germán Crespo en el banquillo y con la llegada de Manuel Mosquera, que tampoco cuajó en esa recta final de Liga. El Racing de Ferrol acabaría imponiéndose por 1-2, con un postrero tanto de Carlos Vicente, hoy futbolista del Alavés. A nivel clasificatorio, aquel duelo fue un punto de inflexión en la caída libre del Córdoba CF en ese curso, aunque la prioridad en el recuerdo colectivo quedó marcada por la vida salvada del «8», que todavía no había dicho su última palabra. Los futbolistas y cuerpo técnico del Córdoba CF, desolados tras el desvanecimiento de Gudelj. / MANUEL MURILLO El regreso de Gudelj Y es que durante muchos meses, lo deportivo quedó en segundo plano para el central serbio de origen neerlandés. Una de esas luchas internas que, por el contexto y el calado de la misma, se antojaba más dura que cualquier otra concebible en el mundo del deporte. Recuperarse, volver a sentirse futbolista, formar parte del vestuario sin pisar el verde… todo eso marcó una etapa de mucha paciencia para el central. Aun así, el central no se desligó del equipo ni un solo instante: asistió a entrenamientos, convivió con sus compañeros y mantuvo la rutina en los términos más habituales posibles. Tiempo después llegó el momento soñado. Fue en Montecastillo, en el primer amistoso del Córdoba CF de Iván Ania, frente al Sevilla. Gudelj volvió a vestir de corto. Saltó como titular y, además, con el brazalete de capitán. «He estado esperando muchísimos días para estar de vuelta», confesó entonces, emocionado, tras disputar una primera parte que supo a gloria. «Me siento muy bien, con mucha confianza y buenas sensaciones», añadió tras el encuentro en el complejo deportivo jerezano. Dragisa Gudelj, durante aquel encuentro ante el Sevilla FC en Montecastillo. / ccf Desde entonces, su papel volvió a ser de protagonista. Fue sumando minutos en la pretemporada y dejó su firma incluso en el primer Trofeo Puertas de Córdoba, con un gol desde los once metros ante el Cádiz. En Liga, disputó 15 encuentros como titular, con un rendimiento sobresaliente. Hasta que el destino le obligó a frenar de nuevo, y de forma definitiva. Ocurrió en Melilla, el 3 de diciembre. Minuto 32 de partido. Gudelj se desplomó de nuevo sobre el césped, víctima de otro episodio de muerte súbita. Esta vez, el dispositivo DAI (desfibrilador automático implantable) implantado en su pecho lo reanimó al instante. Quienes estaban allí aseguran que hasta se escuchó el chispazo... El partido, increíblemente, no se detuvo. El Córdoba CF ganó 0-1 por entonces con un gol de Calderón, pero fue lo de menos. Fue aquella la última ocasión en la que el defensor portó la blanquiverde. Pasó después a la grada, con presencia habitual en El Arcángel e incluso en la fiesta del ascenso en Las Tendillas, en la que también tuvo su cuota de protagonismo. Más movimientos arbitrales De vuelta a la parcela arbitral, la lista de ascensos en el colectivo deja también movimientos de peso. A la élite, junto a Sesma Espinosa, suben Iosu Galech Apezteguía y José Luis Guzmán Mansilla. A Segunda División lo hacen Luis Bestard Servera, Alonso De Ena Wolf, Gorka Etayo Herrera, Alejandro Morilla Turrión y Alejandro Ajaos Valera. Además, el cordobés Manuel Camacho Garrote aparece como primer suplente en ese salto de categoría, por lo que en caso de que alguno de los promocionados no hiciera finalmente posesión del cargo, él sería el elegido para ocupar dicha plaza en el fútbol de plata. Mientras, Rubén Ávalos Barrera y Óliver de la Fuente Ramos pasarán a la sala VOR. Suscríbete para seguir leyendo
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