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  • Del dolor a la paz interior: lo que la experiencia de un monje enseña sobre meditación, felicidad y la mente en tiempos modernos

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 24/06/2025 08:36

    Frente al malestar moderno, Gelong Thubten propone la meditación como una práctica cotidiana capaz de generar estabilidad emocional, claridad mental y conexión interior (Captura de video/The Diary Of A CEO) Aunque la sociedad occidental alcanzó niveles históricos de comodidad, los indicadores de salud mental muestran una tendencia opuesta. Según datos citados en The Diary of a CEO, Estados Unidos descendió al puesto 24 en el ranking global de felicidad en 2025, desde el lugar 11 en 2011. Reino Unido cayó al puesto 23, con un aumento de suicidios que alcanzaron máximos históricos. Thubten atribuye parte de esta crisis al colapso de las estructuras religiosas tradicionales, que antes ofrecían contención emocional y sentido de pertenencia. “Vivimos en una cultura posreligiosa, centrada en el individuo. Eso tiene cosas buenas, pero también nos obsesiona con la idea de que la felicidad está afuera”, reflexionó. Según él, el consumo perpetúa un ciclo de carencia y frustración, al reforzar la sensación de que siempre falta algo. De una vida caótica al monasterio Nacido en una familia de actores en Reino Unido, Thubten vivió una adolescencia atravesada por el sufrimiento: trabajaba como pianista en bares desde los 14 años y fue víctima de abuso sexual. A los 17, su padre abandonó el hogar. Poco después, fue expulsado de la Universidad de Oxford, donde estudiaba mientras enfrentaba una profunda depresión. “Tenía una voz interna que me decía: ‘sos un fracaso, sos asqueroso’. Llamaba a esa voz mi ‘diablo’”, relató. Intentó una carrera como actor, pero su estilo de vida en Londres y Nueva York derivó en adicciones y agotamiento. A los 21 años, sufrió un colapso físico y mental. “Desperté en mi apartamento de Brooklyn pensando que tenía un ataque al corazón. Me diagnosticaron una afección cardíaca y tuve que detenerme en seco”, recordó. Con el impulso de una amiga, ingresó en un monasterio budista en Escocia por un año. Esa pausa se convirtió en su camino definitivo. “No lo viví como un sacrificio, sino como un alivio. Renuncié a lo que me había enfermado”, explicó. El recorrido de Thubten, desde entornos abusivos y autodestructivos hasta la vida monástica, evidencia cómo el sufrimiento puede convertirse en motor de transformación personal (Captura de video/The Diary Of A CEO) La meditación como reentrenamiento mental Aunque creció cerca del budismo, Thubten confesó que inicialmente rechazaba la meditación. “Pensaba que era vaciar la mente, pero cuanto más lo intentaba, más fuerte se hacía mi voz negativa”, contó. Con el tiempo comprendió que meditar no es eliminar pensamientos, es aprender a observarlos sin dejarse arrastrar. “No se trata de dejar la mente en blanco, sino de aprender a no ser controlado por ella”, explicó. Según el método que enseña, la práctica consiste en sentarse unos minutos, observar la respiración y devolver la atención cada vez que se dispersa. “Ese regreso es el ejercicio. Ahí es donde se fortalece la mente”, afirmó. Estudios recientes mencionados en el pódcast indican que solo cuatro días de práctica diaria de diez minutos pueden generar cambios visibles en el cerebro. Thubten enfatizó que no hace falta vivir en un monasterio ni disponer de mucho tiempo. “Conozco personas con hijos y trabajos exigentes que meditan quince minutos al día”, aseguró. También recomendó aplicar “micro-momentos” de atención plena en situaciones cotidianas como hacer fila o quedar atrapado en el tráfico. Tras más de treinta años como monje, aseguró que la práctica es más necesaria que nunca. “Vivimos en tiempos en los que necesitamos la meditación más que nunca, por la aceleración de la vida y la forma en que la tecnología nos bombardea constantemente”, señaló en The Diary of a CEO. Más que una técnica de relajación, la meditación fortalece la atención, cambia la relación con los pensamientos y permite responder con mayor libertad ante el estrés (Imagen Ilustrativa Infobae) Budismo en Occidente: conciencia y compasión Thubten describió el budismo como una vía de transformación mental más que una religión. “No hay nada que adorar. La palabra ‘Buda’ significa ‘despierto’”, explicó. Según esta visión, el cielo y el infierno no son lugares, son estados mentales. “Todo es mente. La realidad es más parecida a un sueño de lo que creemos”. A su juicio, el crecimiento del budismo en Occidente responde a la necesidad de comprender y entrenar la conciencia, sin dogmas ni proselitismo. “La gente busca herramientas para transformar su mente y tomar control de su experiencia interior”, afirmó. Influencia más allá del ámbito espiritual Durante la entrevista se mencionaron figuras públicas que integraron la meditación en su vida diaria. Steve Jobs atribuía su claridad al Zen. Ray Dalio, Oprah Winfrey y Jack Dorsey también la consideran parte esencial de su rutina. Thubten subrayó que meditar no implica volverse pasivo, en realidad es actuar con mayor conciencia y equilibrio. “No se trata de indiferencia, sino de mantener la cabeza fría bajo presión y actuar con propósito”, dijo. Cómo empezar a meditar Para quienes desean iniciarse, recomendó evitar accesorios y rituales. “No necesitas cuencos, incienso ni símbolos. Solo vos y tu mente”, afirmó. La práctica sugerida es sentarse cada mañana durante diez minutos, establecer una intención de compasión y observar la respiración, sin juzgar las distracciones. Advirtió que no debe evaluarse la calidad de la meditación por cómo se siente. “El progreso no siempre se nota enseguida, pero ocurre. Lo importante es practicar, no sentirse bien o mal”, señaló. También enfatizó la autocompasión como eje para enfrentar emociones difíciles. Diez minutos al día y una actitud de observación sin juicio son suficientes para iniciar un proceso sostenido de cambio interno. No se necesita experiencia previa ni condiciones especiales (Imagen Ilustrativa Infobae) Duelo, perdón y transformación profunda La meditación fue clave para afrontar el asesinato de su maestro en China, hace once años. “En las noches más duras, enviaba compasión a la herida interna”, relató. Esa práctica le permitió atravesar el duelo y, con el tiempo, perdonar al responsable. “Sostener el resentimiento es como agarrar un carbón caliente: solo te quema a vos”, afirmó. Lo que transforma es la práctica El mensaje final de Thubten es claro: la transformación interior no depende del conocimiento, depende de la constancia. “Muchos leen sobre meditación o ven videos, pero no practican. Lo que falta siempre es hacer la práctica”, advirtió en The Diary of a CEO. Para quienes viven con ansiedad, miedo o falta de propósito, la meditación ofrece una vía accesible y concreta. “No se trata de alcanzar un estado perfecto, sino de aprender a estar bien con uno mismo, incluso en medio del desorden”, concluyó.

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