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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/06/2025 08:35
Daniel Herrero dio sus primeras entrevistas como nuevo CEO de Prestige-Auto, la empresa que represeta a Mercedes-Benz en Argentina Apenas pasaron unos días desde que formalmente Prestige-Auto comenzó a controlar totalmente la operación comercial e industrial de Mercedes-Benz Argentina, para que la impronta de Daniel Herrero, CEO de la nueva compañía que pertenece a Open Cars SA, quedara plasmada en un evento de la marca. Tal como había prometido tras conocerse su nombramiento en el cargo de máximo responsable de Prestige-Auto, el primer lanzamiento de productos se hizo en el Museo Juan Manuel Fangio de Balcarce. Se presentaron dos nuevos modelos que llegan importados a la Argentina desde Europa, las dos versiones de la nueva Mercedes-Benz Vito, Tourer y Furgón Mixto, y la nueva generación del conocido y afamado sedán coupé Mercedes-Benz CLA. También, en el evento se presentó la app que da conectividad y vinculación a los clientes con sus vehículos, tanto para asistencia en caso de emergencias, Mercedes Me, como para ofrecer servicios adicionales. Sin embargo, más allá del entusiasmo por el regreso a la actividad al frente de una automotriz (Herrero fue CEO de Toyota Argentina por más de 10 años), la experiencia del ejecutivo le permite trazar algunas líneas generales de la industria y del mundo del automóvil, con el foco puesto en el mercado argentino. - ¿Es un momento bisagra de la industria automotriz? - Para mí hoy hay una oportunidad. Yo digo que con las nuevas tecnologías, estamos como cuando entra el Pace Car en una carrera de autos. Largan todos juntos de nuevo. Las tecnologías nuevas las podemos usar todos. La Inteligencia Artificial hace cinco años era de la NASA y hoy la tenemos todos en el teléfono. Entonces eso te permite emparejar hacia arriba. - Pero hay que adaptarse a ese cambio… - Eso es lo difícil, porque esas mismas tecnologías se van a traducir en los nuevos vehículos. Entonces vos tenés que adaptarte a esas tecnologías nuevas. Un paragolpes vale 80 dólares. Un infotainment vale 800 dólares. Si vos querés seguir fabricando paragolpes, vas a morir. Tenés que desarrollar tecnología para hacer todas esas computadoras que van a llegar. Vas a tener que invertir y capacitar a tu gente para poder hacer eso. El nuevo Mercedes-Benz Vito se pesentó en dos versiones, Tourer en configuración 9+1 y Furgón Mixto. Viene importado de España - Eso es a nivel global, pero en la Argentina, además, estamos en plena apertura del mercado. Cambiaron las condiciones de los últimos años para el sector. - En eso coincido, pero yo soy defensor del servicio. Hoy el mundo camina una relación de cliente con la marca. Vas a tener tres millones de opciones y probablemente alguien vaya por una opción distinta o más barata. Pero en el fondo, el servicio que vos le des es algo que vale. Obviamente, no podés seguir convalidando una diferencia de precios muy grande con un vehículo importado. Tendrás que fabricar más, bajar los precios. Pero el servicio va a seguir siendo una parte importante de la competencia. - ¿La economía de escala es la que está marcando el ritmo nuevo de la industria automotriz, unificando piezas y fabricando grandes volúmenes para bajar costos? - Exactamente, o ir a un nicho del mercado o ser súper eficiente en lo que vos haces. - ¿Apuntar a un nicho es el plan de Mercedes-Benz y de Prestige-Auto? - En Prestige hay un segmento de nicho, que son los autos de lujo, en donde la competencia va por otro lado, distinto de lo que es el precio. Y después hay un segmento de batalla, que es el de producción, Sprinter. Y ahí, ¿cómo lo vamos a ganar? Precisamente, expandiéndonos a Latinoamérica, con sistemas de conversiones, con operación de postproducción. Dándole al cliente lo que quiere. Con el escalón de adelante, que venga pintada de rojo, que tenga el gancho para la lancha. Nosotros preparamos todo. Eso es servicio. - Alguna vez dijiste que la especialización en pick-ups era la clave en Argentina para la industria. El de Sprinter es otro tipo de especialización. - Y parece que no me equivoqué, cada vez se hacen más pick-ups. En el caso de Sprinter, a lo mejor por volúmenes, vamos a tener que buscar otros destinos. Hemos pedido volver a exportar a Estado Unidos, como se hizo en el pasado. Por ahí también exportar a África. - ¿Hay otra oportunidad ahí? ¿Proveer a los mercados que no van a la electrificación al ritmo de los países desarrollados? - Yo puedo decir que soy una filial o un distribuidor que va a hacer los trajes a medida para atender los destinos que, por ejemplo, son complicados para Alemania. Costa Rica todavía tiene normas de emisiones Euro 3. En Nigeria hay 0,8 teléfonos por habitante, y solamente el 30% de los nigerianos tiene luz eléctrica. ¿Vos ves electrificación ahí mañana a la mañana? No. Entonces esos destinos hay que atenderlos. Para Herrero, el rol del sinidcalismo es clave en el cambio de paradigma de la industria automotriz actual acompañando la transformación - ¿Pero sería posible fabricar el Sprinter eléctrico en Argentina después de 2030? - Sí, sí, sí. No hay ninguna restricción. Lo único que me dijeron es que ellos no van a invertir, sino que la inversión tiene que salir de la filial local. - ¿Y cómo ves el negocio que están iniciando desde la semana pasada con la actual generación de Sprinter? - Muy bueno en términos de recepción del equipo de personas que trabajan en Mercedes, que abren Prestige. Son gente buena y tienen ganas de ir para adelante, que eso es lo más difícil. Es más, si vos lees el libro “El arte de la guerra”, de Sun Tzu, dice que un general fuerte e inteligente, con un ejército débil y desunido, no gana ninguna batalla. Ahora, un general más o menos, con un ejército fuerte y unido, gana cualquier batalla. La planta está bien, tenemos la plata para invertir lo que le falta a la planta para ser eficiente, con lo cual yo creo que se puede competir sin ningún problema. - ¿Es muy grande el desafío para incrementar producción? - Hay que laburar, hay que ser eficiente, no podes bancar 12% de ausentismo, porque no es competitivo. Hay que tener una calidad que sea de excelencia. - Hablaste del presentismo. Vos tenés una relación excelente con Smata y especialmente con Ricardo Pignanelli. ¿En qué términos hablaron de este tema? - Yo le dije que vagos y chorros en la industria automotriz actual no tienen lugar. Él me dice lo mismo, ningún problema. Entonces, si quieren la buena noticia, van a tener trabajo de por vida. La mala, van a tener que laburar todos los días. No hay otra. - ¿Qué papel jugarán los sindicatos en el cambio de paradigma de la movilidad? El auto eléctrico tiene muchas menos partes, es un auto que requiere menos mano de obra. - Se tienen que adaptar a eso, pero por el otro lado también entienden que hay un montón de negocios que van a salir atrás de ese cambio. Un auto convencional tiene 2.000 partes móviles, un auto eléctrico 80. Tiene un servicio mucho más barato, como el lavarropas, sacas el motor y le pones otro. Hay fabricantes de autos eléctricos que te dicen que el auto te va a durar 500.000 kilómetros. Eso es algo que no lo hicimos nunca ni lo vamos a hacer. Ahora imaginate un auto amortizado en 500.000 kilómetros para hacer transporte, el costo baja muchísimo. Entonces mucha gente va a preferír un Uber o un Didi, y ni hablar si el auto ese se convierte en autónomo. Van a aparecer negocios que te cambien la estructura de la movilidad. Mercedes-Benz ya presentó uno de los nuevos modelos de autos de lujo que seguirá importando a Argentina, el nuevo sedán deportivo CLA - ¿Cómo ves el gobierno? - Yo lo veo bien. Los primeros años de cualquier proceso, son cambios culturales. Y en un cambio cultural siempre tenés un 20% a favor, un 20% en contra, y un 60% indeciso. Pero el gran problema del cambio cultural es que al que le jode, al que le molesta, lo nota el día uno. En cambio, las mejoras se ven a lo largo del tiempo. Entonces, en la medida que pase el proceso inicial, que empiecen las mejoras, el gobierno tendrá tiempo de atender otras actividades. Hoy todos sabemos que los autos tienen impuestos y son caros. Pero ahora no pueden pagar las jubilaciones, y ése es el problema que tienen que atender. - ¿No hay una dicotomía entre tener una apertura total de las importaciones y a la vez defender la industria por las fuentes de trabajo y las exportaciones? - Bueno, la industria automotriz da 500.000 o 600.000 puestos de trabajo, y te ahorra 12.000 millones de dólares. Entonces, a veces, en el arranque se toman algunas decisiones que parecen antipáticas para algún sector. Pero después se pueden sentar a dialogar y entenderse ambas posturas. Cada uno tiene algo que ofrecer y es una charla que habrá que tener. Es parte del proceso.
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