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  • Israel, Irán y el horror nuclear

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    Fecha: 23/06/2025 23:09

    La guerra entre Israel e Irán atraviesa una línea roja en Medio Oriente: el ataque a instalaciones nucleares, justo cuando los países con armas atómicas refuerzan sus arsenales, se abandonan acuerdos vigentes desde la Guerra Fría y el mundo se vuelve a asomar al horror nuclear de Hiroshima y Nagasaki. La cuestión nuclear quedó definitivamente en el centro del conflicto de Medio Oriente cuando Israel justificó su reciente ataque a Irán en la decisión de abortar su desarrollo atómico bombardeando instalaciones estratégicas y destruyéndolas, pese a que Teherán renegociaba un acuerdo para su control con EEUU. Ahora, mientras caen misiles israelíes e iraníes, y EEUU interviene en favor de Israel y pide la “rendición incondicional” de Teherán, crece el pánico por fugas de material radiactivo en instalaciones atómicas persas, con el fantasma de una potencial conflagración nuclear agitándose en el fondo. Israel es un poseedor no reconocido de armas nucleares e Irán puede serlo. El director de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, dijo que la guerra "aumenta la probabilidad” de fugas tóxicas en la central de Natanz, donde Irán enriquece uranio -con fines pacíficos,asegura- en centrifugadoras que contienen del gas hexafluoruro, volátil, corrosivo y letal. De hecho, el ataque israelí a la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz ha causado radioactividad localizada, según autoridades iraníes e internacionales, pero no parece ser grave. El uranio en sí es débilmente radiactivo. Es mucho más peligroso cuando sufre una reacción de fisión, como en un reactor nuclear o bomba, que libera grandes cantidades de energía y otros productos químicos radiactivos. Frente a los esfuerzos negociadores occidentales, que habían arrojado el acuerdo internacional JCPOA de 2015, del cual el presidente Donald J. Trump retiró a EEUU en 2018, el primer ministro Benjamin Netanyahu -sostenido por una alianza con ultraderechistas- lleva años pidiendo atacar los sitios nucleares iraníes. “Irán no puede disponer de armas atómicas”, lo apoyó Trump, y advirtió a Teherán que para detener la guerra debía volver a negociar un nuevo acuerdo nuclear en los términos de Washington. El Departamento de Estado rechazó al comienzo que EEUU conociera los planes de Netanyahu pero cuatro días después consideraba ya sumarse a la ofensiva israelí e, incluso, eliminar al Líder Supremo, Alí Jamenei. “Quiero hacer un acuerdo con Irán, pero deben dejar de patrocinar el terrorismo, detener sus sangrientas guerras por poder y cesar de manera permanente y verificable su búsqueda de armas nucleares”, había dicho Trump en mayo. Ahora, pasó de pedir negociaciones a intervenir en el conflicto y matar a Jamenei. Teherán se prepara para abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que le impide poseer armas atómicas, y como dijo antes Jamenei, reivindica el derecho del país a tener su propio y autónomo desarrollo nuclear. El presidente iraní, el reformista Masoud Pezeshkian, reiteró sin embargo que las armas nucleares eran contrarias a un edicto religioso del propio Jamenei, quien en 2003 declaró “haram” (prohibido) tanto las armas biológicas como las atómicas. “En los últimos meses, Irán ha dado pasos que nunca antes había dado: pasos para hacer armas con su uranio enriquecido”, dijo Netanyahu para justificar el ataque. La directora de inteligencia estadounidense, Tulsi Gabbard, dijo al Congreso en marzo que seguía evaluando que Irán no estaba construyendo un arma nuclear. Antecedentes Una semana después del inicio de la guerra entre Irán e Irak en 1980, la Operación Espada Ardiente iraní dañó el reactor nuclear iraquí en construcción en Osirak, en el primer ataque del mundo a una central nuclear. Al año siguiente, Israel destruyó en Irak un reactor construido por Francia en la Operación Ópera, cerca de Bagdad. Una década después, la Operación Tormenta del Desierto de EEUU atacó el Centro de Investigación Nuclear Tuwaitha. Irak también atacó un reactor nuclear incompleto de Irán en Bushehr durante la guerra de ocho años entre los dos países, y lo dañó. La Unión Soviética finalmente completó el reactor a principios de los años 2000, y entró en operación en 2009. En 2007, Israel bombardeó un reactor sirio, aparentemente justo antes de que entrara en funcionamiento, creyendo que formaba parte de un plan del régimen del presidente Bashar al-Assad para adquirir armas nucleares. Y la Operación Outside de Israel destruyó el reactor de plutonio norcoreano en Deir Az Zor, Siria. La destrucción parcial de las instalaciones nucleares de Natanz, Isfahán y Parchin, y el asesinato de 14 de los principales científicos nucleares de Irán, retrasaron su programa nuclear, pero la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow, hundida bajo tierra y concreto reforzado, sigue fuera del alcance de Israel. Solo las bombas bombas perforadoras de búnkeres de EEUU pueden lograrlo. Seis, siete, ocho bombas Según Rossi, “para tener un arma nuclear hace falta uranio enriquecido, también puede ser plutonio, pero en el caso de Irán, lo que ellos han acumulado es uranio enriquecido. El uranio tiene que estar enriquecido a un grado de 90% de un isótopo, que es una variedad de la partícula de uranio; ellos están acumulando al 60% ”. “Ya lo tienen, ya lo tienen. Es decir, no han llegado a acumular a 90%, pero de querer hacerlo es un pasito más. Pero esto no quiere decir que tengan hoy un arma nuclear”, aunque tienen material que “sería suficiente para seis, siete u ocho armas nucleares”. Las instalaciones de Natanz e Ispahan ya quedaron inoperables . Por ahora, la OIEA, que tiene inspectores en Irán que visitan frecuentemente las dos principales instalaciones de enriquecimiento en Natanz y Fordow, no ha encontrado evidencia que sugiera que el régimen islámico esté desarrollando armas. Pero antes de la guerra aprobó por primera vez en dos décadas una resolución que decía que Irán estaba incumpliendo sus obligaciones de no proliferación. Irán, que inició su desarrollo nuclear antes de la Revolución Islámica de 1979 con ayuda de EEUU, detuvo una primera etapa de enriquecimiento de uranio bajo el régimen de los ayatolas en 2003. En 2013 negoció con la Administración Obama y firmó el acuerdo JCPOA en 2015, con EEUU, China, Rusia y otras potencias. El acuerdo limitó severamente la actividad nuclear de Irán, bajo control de la OIEA, a cambio de aliviar sanciones previas a la economía iraní. Irán limitó su proceso de enriquecimiento de uranio al 3,67% y con un tope de 300 kilos de reserva de material fisible (el exceso debía ser entregado). Pero Trump abandonó el acuerdo en 2018 e impuso sanciones a Irán, que aumentó su actividad con hasta 14 mil centrifugadoras mucho más avanzadas para producir uranio altamente enriquecido, que ahora se propuso destruir Israel. En mayo, un informe del OIEA dijo que la reserva de uranio enriquecido al 60% había aumentado a más de 400 kilos -suficiente material fisible para unas 10 armas si se enriqueciera al 90%- y su reserva de uranio enriquecido superaba los 8,4 kilos. En el otro extremo, tras años de desarrollo en secreto, la Fuerza Aérea de EEUU presentó este mes el misil crucero aire-tierra de largo alcance AGM-181 que llevará la ojiva nuclear W80-4. Durante la próxima década, EEUU va a gastar casi 100 mil millones de dólares al año para mantener sólo su arsenal nuclear. La carrera global Los estados con armas nucleares del mundo están reforzando sus arsenales atómicos y abandonando los pactos de control de armas, creando una nueva era de amenaza que ha puesto fin a décadas de reducción de existencias desde la Guerra Fría, según el prestigioso instituto sueco SIPRI. Del inventario global total de un estimado de 12,241 ojivas en enero de 2025, al menos 9,614 estaban en arsenales militares para uso potencial, según el anuario del SIPRI, un inventario de las armas más peligrosas del mundo. Unas 2,100 de las ojivas desplegadas se mantenían en un estado de alta alerta operativa en misiles balísticos, casi todas de EEUU o Rusia. Las tensiones globales decidieron a los nueve estados nucleares -EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel- a planear aumentar sus arsenales. "La era de reducciones en el número de armas nucleares en el mundo, que había durado desde el fin de la Guerra Fría, está llegando a su fin", concluyó el SIPRI. "En cambio, vemos una clara tendencia de crecimiento de arsenales nucleares, un discurso nuclear más agresivo y el abandono de los acuerdos de control de armas". Rusia y EEUU, que juntos poseen alrededor del 90% de todas las armas nucleares, mantuvieron relativamente estables los tamaños de sus ojivas utilizables en 2024. Pero ambos están implementando programas extensos de modernización que podrían aumentar el tamaño de sus arsenales en el futuro. El arsenal de más rápido crecimiento es el de China, con Pekín sumando 100 nuevas ojivas por año desde 2023. China podría potencialmente tener tantos misiles balísticos intercontinentales como Rusia o EEUU para el final de la década. Según las estimaciones, Rusia y EEUU tenían alrededor de 5,459 y 5,177 ojivas nucleares respectivamente, mientras que China contaba con unas 600. Si no se alcanza un nuevo acuerdo para limitar sus arsenales, el número de ojivas desplegadas en misiles estratégicos probablemente aumentará tras la expiración en febrero de 2026 del Tratado bilateral de 2010 sobre Medidas para la Reducción y Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas ( Nuevo START ), que Rusia abandonó en 2023 en plena guerra con Ucrania. En este contexto, conviene recordar que a principios de este año dos países con armas nucleares, India y Pakistán, estuvieron a punto de iniciar una guerra. A su vez, según el SIPRI, Corea del Norte continúa priorizando su programa nuclear militar como un elemento central de su estrategia de seguridad nacional. El país ensambló unas 50 ojivas, posee suficiente material fisible para producir hasta 40 más y está acelerando la producción de material fisible adicional. Finalmente, el propio Israel Está modernizando su arsenal nuclear. En 2024 realizó una prueba de un sistema de propulsión de misiles que podría estar relacionado con su familia de misiles balísticos Jericó, capaces de portar armas nucleares. También parece estar modernizando su reactor de producción de plutonio en Dimona. “Las señales indican que se está preparando una nueva carrera armamentista que conlleva mucho más riesgo e incertidumbre que la anterior”, según Dan Smith, director del SIPRI. El rápido desarrollo y aplicación de una serie de tecnologías - por ejemplo, en inteligencia artificial (IA), capacidades cibernéticas, activos espaciales, defensa antimisiles y tecnología cuántica- están redefiniendo radicalmente las capacidades nucleares, la disuasión y la defensa, creando fuentes potenciales de inestabilidad.

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