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» Notife
Fecha: 23/06/2025 22:38
Axel Nicolás Romero, de 25 años, fue asesinado a tiros en la madrugada del domingo en Villa Gobernador Gálvez. El cuerpo apareció cerca de Jorge Newbery y Pasaje 8, junto a siete casquillos calibre 9 mm. Romero tenía un pedido de captura en su contra desde noviembre. Lo señalaban por participar en la balacera en la que resultó herido “por error” un chofer de app. La investigación está a cargo del fiscal Lisandro Artacho, quien también gestionó la orden de detención de Romero. El mismo fiscal imputó el 7 de noviembre pasado a José David Fernández (19) y Verónica Analía Carrizo (44). Según Artacho, ambos organizaron el ataque por encargo de un recluso. En ese hecho anterior, el chofer viajaba a Villa Gobernador Gálvez por fuera de la aplicación. Iba con un conocido que buscaba comprar una camioneta. Al llegar al lugar, dos personas surgidas de un Chery Tiggo comenzaron a disparar. El conductor, identificado como Maximiliano V. (28), recibió balazos en abdomen y tórax. Sufrió una lesión medular. El comprador escapó ileso y relató que escuchó tiros muy cerca. También oyó que un arma se trabó. La pista sobre Romero surgió cuando cayó su celular en la huida de los tiradores. Se cree que él viajaba en el Tiggo usado para el ataque. De allí se obtuvieron nombres de los organizadores y del instigador preso. En el operativo tras la balacera original, la Policía de Acción Táctica detuvo a Fernández y a un adolescente de 16 años. Secuestraron en el Tiggo dos pistolas 9 mm, un celular y un bidón con combustible. La camioneta tenía pedido de secuestro por robo y patente adulterada. Carrizo habría sido el nexo entre el recluso y los tiradores. También guardó el Tiggo en su casa antes del ataque. De vuelta al crimen de este domingo, los peritos levantaron las vainas para determinar la mecánica del homicidio. Sin embargo, los vecinos se negaron a aportar datos. Artacho ya investiga si el asesinato de Romero está vinculado con represalias por la balacera fallida. El fiscal no descartó que se trate de un ajuste de cuentas. La madrugada en Villa Gobernador Gálvez se tiñó de violencia otra vez. Romero murió en el lugar, sin tiempo para defensa. Su muerte llega seis días antes de cumplirse siete meses de su presunta participación en el ataque al chofer. Hasta ahora, no hubo detenidos por el homicidio de Romero. La Policía analiza cámaras de seguridad y busca testigos que se animen a declarar. El caso suma tensión en la región. Hace apenas una semana, un hecho de violencia similar sacudió a la ciudad vecina. La comunidad exige justicia y mayor presencia policial. Mientras el fiscal firma nuevas órdenes de allanamiento, crece la teoría de que los responsables actuaron en equipo. Se investiga el posible uso de un segundo vehículo. La ruta delictiva de Romero comenzó el día que perdió el celular en el Tiggo. Desde entonces, su nombre quedó ligado al ataque “por error” al chofer. Artacho advirtió en noviembre: “La gravedad del ataque merece la máxima pena”. Ahora, el fiscal busca esclarecer el homicidio para cerrar el círculo de violencia. La investigación avanza a contrarreloj. Cada pista cuenta para entender quién quiso silenciar a Romero y por qué. La causa promete nuevos movimientos en las próximas horas. Villa Gobernador Gálvez vive horas de inquietud. La muerte de Romero agrava la sensación de inseguridad local. La comunidad recuerda el ataque al chofer. Y teme que la violencia siga escalando. Las autoridades prometen actuar con firmeza. El fiscal Artacho está decidido a hallar a los asesinos de Romero. Y a demostrar si el crimen fue una venganza directa por el error que hirió al chofer.
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