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Crespo » Paralelo 32
Fecha: 23/06/2025 22:23
En una entrevista íntima con la Fundación Iberoamericana de Salud Pública (FISP), el reconocido médico uruguayo Roberto Canessa repasó los momentos que marcaron su vida: desde su elección por la medicina y su compromiso con la cardiología pediátrica, hasta las profundas enseñanzas que le dejó la tragedia de los Andes, donde sobrevivió junto a otros 15 compañeros tras un accidente aéreo en 1972. A más de cinco décadas del hecho que lo expuso al límite de la existencia, Canessa continúa transformando esa experiencia en un mensaje de humanismo, ciencia y resiliencia. Una vocación marcada por la sensibilidad y el conocimiento Hijo de un cardiólogo, Canessa exploró otros caminos, pero fue la medicina la que lo atrapó por la conjunción única de ciencia y sensibilidad humana. “La medicina tiene mucho de humanismo y de ciencia, eso es lo que más me gusta porque enfrentás a un paciente con un problema técnico que además es un ser humano, con una historia y una familia”, expresó. La elección del corazón más joven Aunque inició su carrera tratando adultos, su rumbo cambió tras una experiencia en el Hospital Italiano. Allí comprendió que su lugar estaba en la cardiología infantil: “Los adultos tienen un corazón muy maltratado. En cambio, el niño viene mal armado de fábrica, y vos lo tenés que acomodar”, explicó. Con emoción, relató que muchos de sus pacientes “son niños que le robamos a la muerte”. Para Canessa, trabajar en red, con pasión y entrega total, es esencial: “Es todo por ellos, todo por los niños”. Los Andes: un antes y un después La vivencia de los 72 días en la cordillera tras el accidente aéreo del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya dejó huellas imborrables. Pero para Canessa, lejos de convertirse en una carga, esa experiencia fue una lección vital. “No te sientes a esperar a los helicópteros. Cuando tenés la opción de salir a caminar, no mires la montaña, mirá el paso siguiente. Y cuando te canses, mirá todos los pasos que diste, porque eso quiere decir que podés seguir”, reflexionó. Con dureza y claridad, remarcó la diferencia entre la adversidad cotidiana y los verdaderos límites: “Cuando se te cae el avión no es que no llegás a fin de mes, es que te dicen que tenés leucemia y tres meses de vida”. Compromiso con el otro El mensaje final de la entrevista fue tan potente como su historia. Para Canessa, la empatía y el compromiso con los demás deben guiar la vida: “Ante el sufrimiento ajeno, hay que ponerse en el lugar del otro y ofrecer ayuda. No hay mayor fortaleza que usar lo que uno tiene para mejorar la vida del otro”.
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