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Basavilbaso » Riel FM
Fecha: 23/06/2025 21:31
En el marco de la Jornada Mundial contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reafirmó su compromiso en la lucha contra el narcotráfico y el consumo de drogas, a los que definió como “una herida profunda en el corazón de tantos jóvenes, muchos de ellos en situación de pobreza extrema”. A través de un duro documento, firmado por Monseñor Marcelo Colombo (presidente), el Cardenal Ángel Rossi (vicepresidente primero), Monseñor Daniel Fernández (vicepresidente segundo) y Monseñor Raúl Pizarro (secretario general), la Iglesia advirtió sobre la grave situación en los barrios vulnerables, donde, ante la retirada del Estado, “el narcotráfico ocupa ese lugar vacío y se convierte en una suerte de Estado paralelo”. “La droga mata por dentro, apaga la esperanza y corta proyectos de tantos chicos y chicas atrapados en el consumo. Esta realidad nos duele y nos interpela: ¡no podemos naturalizarla!”, señala el texto. La CEA destacó la labor silenciosa y sostenida que distintas comunidades eclesiales -como los Hogares de Cristo, Cáritas y centros barriales- realizan en todo el país, acompañando a personas en situación de adicción. “Lo hacemos con la certeza de que nadie está perdido para siempre”, aseguraron. Sin embargo, la Iglesia fue contundente al advertir que “sin la presencia constante del Estado y sin recursos, esta tarea no se sostiene”. Y agregó: “Desfinanciar estas obras, demorar la ayuda o relegarlas a la buena voluntad de voluntarios agotados es una forma indirecta de condenar a muchos a la muerte”. El mensaje también incluyó un pedido directo a las autoridades nacionales, provinciales y municipales para que reconozcan y respalden con recursos concretos el trabajo territorial que ya se realiza: “La prevención y la educación son pilares irremplazables, y no se puede seguir esperando que quienes acompañan a los jóvenes más rotos lo hagan sin apoyo”. Finalmente, el documento concluyó con un mensaje de esperanza para quienes sufren el drama de las adicciones: “Como Iglesia, no nos resignamos a perderlos. Porque creemos en Cristo, confiamos en la fuerza transformadora del amor, del encuentro y de la comunidad. No se desanimen. Pidan ayuda. No están solos”.
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